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AÑO NUEVO, FLOTA NUEVA

1992 se está convirtiendo en el gran año de la modernización de Avianca

3 de febrero de 1992

A PESAR DE QUE NO SE PUEde decir que la empresa Avianca haya superado definitivamente sus dificultades financieras, lo que sí es un hecho es que para sus pasajeros se inicia este año una etapa que será radicalmente diferente. Si bien Avianca registra hoy un déficit acumulado cercano a los 45 mil millones de pesos, y la solución definitiva de este problema está lejos de ser inmediata, la renovación de sus equipos ha sido de tal magnitud que representa un auténtico salto de la mula al jet.
Apenas terminen las gestiones anunciadas por la empresa en materia de compra de unos aviones nuevos y venta de varios de los más viejos, Avianca se convertirá en una de las aerolíneas con equipos de vuelo más modernos entre las firmas de aviación de América Latina. Hasta hace poco tiempo el promedio de vida de los aviones operados por Avianca (18 años) colocaba a esa empresa por encima del promedio de Latinoamérica (14.4 años) y del mundo (11.2 años).
Pero tras el proceso mediante el cual la aerolínea logró negociar su deuda con los bancos nacionales y extranjeros, y su situación financiera empezó a mostrar una mejoría, se establecieron los programas de renovación de equipos que le cambiarán la cara definitivamente.
Fue así como se decidió a adquirir 13 aviones. Once del tipo MD 83 (con lo cual Avianca compra aviones Douglas por primera vez desde que se inició la era del jet), y dos Boeing 757-200. Además se tomó la determinación de vender los ocho aviones Boeing 727-100, los más antiguos de la compañía, y de ceder a la empresa SAM tres jets 727- 200. Igualmente se hizo una operación mediante la cual se vendió el jumbo 747, para tomarlo en arriendo a la firma compradora por un lapso de tres años. De esta forma, la flota de Avianca queda compuesta por 24 aviones -tal como aparece discriminada en los gráficos.. Y el promedio de edad de la misma queda por debajo del promedio general de los países de América Latina.
A juicio de los ejecutivos de la compañía, la época que se inicia ahora en materia aeronáutica en Colombia está signada por las necesidades derivadas de la apertura impulsada por el Gobierno de César Gaviria. A partir de ahora la competencia se agudizará por la entrada al país de compañías extranjeras, contra las cuales habrá que competir sin que haya miramientos especiales del Gobierno hacia las líneas aéreas nacionales.
Y fue justamente buscando esa eficiencia que Avianca tomó las decisiones sobre su flotilla aérea. El análisis de las rutas nacionales arrojó como conclusión que la mayoría de los recorridos eran cortos, por lo cual había que buscar un tipo de avión que se ajustara a esa realidad. Además en la combinación entre capacidad y tamaño de los aviones y ocupación promedio de los mismos, se veía que había dos rutas de concentración de cupos y otras muchas con una emanda menor. Por eso se diferenciaron los tipos de las nuevas naves, para que cumplieran con características técnicas acordes con su función real.
De esta manera Avianca que ha sido desde su fundación la aerolínea bandera de Colombia; se prepara para seguir siéndolo en estas nuevas épocas, pero ondeando desde un mástil que aguante la reciedumbre de los vientos de la apertura.