Apareció Emily, la bebé de 18 meses secuestrada en Vichada

Mientras miles de colombianos todavía sufren por el cierre de la frontera con Venezuela, un hecho insólito pone el dedo en la llaga y deja en evidencia que la delincuencia no tiene barreras.

Emily, la bebé de 18 meses de nacida que fue raptada por un hombre en la inspección de Casuarito, en Puerto Carreño (Vichada), apareció este martes en Puerto Ayacucho (Venezuela).

La pequeña había desaparecido en la mañana del lunes luego de haber sido sacada de su vivienda y conducida a un paraje desconocido. El relato es escabroso. Al parecer, el delincuente entró a la casa donde habitaba la pequeña y antes de llevársela, asesinó a la niñera, una joven indígena de 20 años.

Tan pronto como se conoció el hecho, la Policía y la Gobernación empezaron operativos conjuntos para dar con la ubicación de la pequeña. Lo primero que hicieron fue informar la situación en los consulados de Colombia y Venezuela.

Una vez ambos países se comprometieron a colaborar en la búsqueda, repartieron volantes con la imagen de la menor y la Policía ofreció cinco millones de recompensa por alguna información que llevara a su paradero.

La búsqueda fue intensa y arrojó resultados rápidamente. Según las autoridades, el delincuente –al sentirse presionado- contactó a una familiar de Emily, que es docente de una institución en Venezuela, y acordó con ella la entrega de la bebé en una estación de gasolina de Puerto Ayacucho.
 
Afortunadamente, el encuentro entre ellos resultó como se esperaba y Emily fue entregada con vida. En la tarde de este martes, la pequeña se encuentra en un hospital en ese municipio venezolano, en donde los médicos valoran unas heridas leves que tiene en su cuerpo.

Por su parte, el delincuente huyó y hasta el momento no se conoce su ubicación. Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para que siga colaborando y la Policía pueda capturar al responsable de este episodio.

Aunque la noticia da un respiro de tranquilidad por la vida de la pequeña, también lleva a que muchos se cuestionen cómo es posible que la frontera esté protegida por miles de militares de la Guardia Bolivariana para prohibir el paso de colombianos al vecino país, pero no se haya evitado que este hombre atravesara el paso fronterizo con una pequeña raptada.