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APERTURA Y APRETON

Para la historia, el año 91 será el de la apertura económica. Para los colombinos que lo sufrieron, será el del apretón

20 de enero de 1992

EN OTRAS CIRCUNSTANCIAS, UN MINISTRO de Hacienda obligado a tomar las medidas que tomó Rudolf Hommes en 1991, y a enfrentar de manera permanente a un colega de tanto peso político como Ernesto Samper -seguro candidato de su partido a la Presidencia de la República-, habría tenido que salir rápidamente del gabinete .Pero la convicción de Hommes en la bondad de sus ideas -o su testarudez, según sea el cristal con que se mire-, y el apoyo incondicional del Presidente de la República, permitieron que sus programas salieran adelante, con resultados positivos en casos tan críticos como el de la inflación.
El año que termina va a pasar a la historia como el de la consolidación del programa de apertura. Los aranceles fueron reducidos a sus niveles mínimos mucho antes de lo que estaba previsto. Y de la gradualidad pregonada por Samper y sus asesores, se pasó a una apertura acelerada. El sistema cambiario alcanzó tal libertad. que por primera vez en mucho tiempo el propio Gobierno -presionado por una acumulación sin precedentes de reservas en e] Banco de la República- les ofreció a los ahorradores colombianos la posibilidad de invertir en papeles oficiales denominados en dólares. Y en una decisión cuyas repercusiones todavía son inciertas, el papel del Gobierno colombiano fue crucial para que de una vez por todas, se pusiera en marcha el mercado común andino. A partir del primero de enero, las cinco naciones del área -con pequeñas limitaciones- serán un sólo país en materias económicas
En esa misma línea, pero en materia institucional, se produjeron también una serie importante de medidas. La principal, sin lugar,a dudas, fue la entrada en operación del Ministerio de Comercio Exterior, que concentró las atribuciones políticas esenciales para el funcionamiento del sector. Pero no menos importantes fueron la creación del Banco de Comercio Exterior, cuyas operaciones se iniciarán en firme en 1992, con un presupuesto del orden de los 600 mil millones de pesos, y la reestructuración de otras entidades como la Aduana, que en años pasados no hacían sino entorpecer el comercio internacional.
Pero si para la historia 1991 será el año de la apertura, para la gran mayoría de los colombianos, que sufrieron sus rigores, el que termina fue el año del apretón. La lucha implacable desatada por el Gobierno contra la inflación dejó muchos heridos en el camino. Medidas como la contracción del crédito provocada por la imposición durante varios meses de un encaje marginal del 100 por ciento, el encarecimiento de los recursos financieros vía operaciones de mercado abierto el descuento aplicado a los dólares provenientes del exterior -primero por un trimestre y después por todo un año- golpearon duramente la actividad productiva. Tanto, que según el propio Gobierno la economía nacional apenas crecerá por encima del dos por ciento.
Pero el esfuerzo del Gobierno permitió finalmente controlar los precios. La inflación de 1991 estará, por lo menos, cinco puntos por debajo de la del año pasado. De un 32 por ciento que subió el costo de vida en 1990, se pasó a un 27 por ciento. Pero más importante que eso es que se quebró la tendencia de los precios. De acuerdo con cálculos de muchos expertos -incluidos los del Fondo Monetario Internacional- de no haberse tomado las medidas que se tomaron, la inflación del presente año habría superado fácilmente la cifra del 40 por ciento. Y eso, según el Gobierno, no lo hubiera resistido el país. -