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Así habrían saqueado la empresa de acueducto

Según Emilio Tapia, el ingeniero Andrés Cardona movía todos los hilos de una de las empresas más importantes del país.

15 de mayo de 2013

Tuvieron que decirle muchas cosas para que se decidiera a hablar. Así, por ejemplo, lo señalaron de haberse convertido en el “amo y señor” de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) durante la administración de Samuel Moreno y de haber participado ampliamente en el denominado ‘carrusel de la contratación’. Apurado por estos señalamientos, el ingeniero Andrés Cardona respondió un amplio cuestionario a El Espectador el pasado 27 de octubre.


En dichas declaraciones negó sus relaciones con el controvertido empresario Emilio Tapia y dijo que lo había visto dos veces en su vida. “Lo vi (a Tapia) en dos o tres ocasiones debido a la relación que este señor ha mantenido con un amigo mío de muchos años que es empresario del sector. Hablé un par de veces con él”.

Más adelante aseguró: “Yo conocí a Tapia porque por un tiempo estuvo en la misma oficina de mi amigo. Con Dávila (Álvaro Dávila) sí hablé de negocios. Pero con Tapia, absolutamente nada”. 

Sin embargo, a juzgar por los relatos de Emilio Tapia en la Fiscalía, la realidad parece ser otra. En el expediente, que promete ser una verdadera bomba judicial, hay relatos sorprendentes sobre la manera como Cardona, quien llegó a manejar el Acueducto por encargo del exsenador Iván Moreno, se habría convertido en una “máquina de hacer dinero” derivado de las comisiones de millonarios contratos.

Según ha dicho Tapia en su proceso de colaboración con la Fiscalía, el entonces senador Iván Moreno le consultó sobre su decisión de poner a Cardona por encima de los gerentes de turno en el Acueducto, con el objetivo de servir de intermediario entre la entidad y los contratos. Cardona, según los testimonios que reposan en la Fiscalía, tenía con Moreno una relación de confianza de vieja data.

En varios interrogatorios Tapia ha dicho que Cardona y él acordaban cuáles gerentes debían llegar a la entidad y que los otros cargos, de menor rango, los ponía a su antojo Cardona con el fin de que siguieran sus instrucciones. “Él era el responsable o intermediario de todos los contratos grandes. Cardona entraba en sociedad en los contratos y además exigía comisiones de ellos, independientemente de su participación”, dijo Tapia. 

“Se ‘amañaban’ los pliegos de los contratos y luego de otorgados se destinaba el 8 por ciento para los servidores públicos que ayudaban a sacar el contrato, para los Moreno y una parte para él”, dijo el empresario a la Fiscalía. Es decir, Cardona ganaba por punta y punta. 

Según algunas declaraciones contenidas en el expediente del ‘carrusel’, Cardona estuvo al frente de un contrato para la construcción del túnel de ocho kilómetros que llevará las aguas residuales de Bogotá hasta una planta de tratamiento en Soacha. El contrato, al que también se refirió la revista SEMANA en el informe 'El segundo bogotazo', se firmó por 267.000 millones y, a punta de adiciones, de donde se sacaban comisiones, ya va en más de 300.000 millones.

Pero el oficio de Cardona, supuestamente, iba más allá. En ocasiones, de acuerdo con lo contado por el contratista, buscaba las empresas para la interventoría de los millonarios contratos (empresas mexicanas y criollas, entre otras) que terminaban dirigidas por él. “Imagínese usted manejar un presupuesto 1,3 billones en contratación”, comentó uno de los involucrados en el ‘Carrusel’.

Tapia le ha dicho a la Fiscalía que hasta ahora no se ha abierto totalmente la caja de corrupción que operó en el Acueducto. Para él, era mucho más importante el nivel de contratación que se movía allí que el del IDU. Cardona, según las declaraciones, le reportaba a Tapia sobre los detalles de cada contrato y este, a su vez, les daba razón de ellos a los hermanos Moreno en lo que a ellos correspondía. “Se les entregaba el dinero a los Moreno en efectivo”, ha dicho Emilio Tapia en la Fiscalía.

El trabajo de Cardona, según Tapia, tenía un ingrediente adicional: el manejo de los contratos que no superaban 500 millones de pesos y que eran entregados por el Acueducto a concejales, quienes conseguían los contratistas de su confianza para ejecutar las obras y de paso entregarles la comisión. La idea era mantener vivas las relaciones del Distrito con el Concejo para que aprobaran proyectos de interés.

Según la declaración y como lo reveló SEMANA, los concejales se quedaban con el 20 por ciento y de paso se alineaban para sacar proyectos de importancia para el Distrito. “Eran contratos mensuales. Todo era coordinado por Cardona, quien mandaba en las administraciones de Pizano y Luis Fernando Ulloa en el acueducto”.

Cardona, ingeniero graduado en la Universidad Nacional de Medellín, también habría manejado parte de la contratación de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos (UAESP). Allí habría liderado, por ejemplo, un convenio interadministrativo entre la Empresa Aguas de Bogotá (filial del Acueducto) y la UAESP, para el relleno de Doña Juana. “Cardona sacó tajada debido a que él coordinaba la operación”, dijo Tapia.

En entrevista con Semana.com Cardona negó todo cuanto ha dicho Tapia. Aseguró que no conoció a Iván Moreno en Bucaramanga, sino en el segundo semestre del 2008, en un ámbito completamente distinto al laboral.

Reconoció que durante la administración de Samuel Moreno ganó en franca lid licitaciones por cerca de 10.900 millones de pesos y que nunca ha tenido que ver con políticos o concejales para hacerse a un contrato.

“Me fue mejor con Garzón que con Moreno. Nunca he dependido de favores políticos”, dijo Cardona, quien aseguró también que conoció a Tapia por cuenta de un amigo suyo y que se reunió con él porque Tapia estaba interesado en conocer el tema de contratación del Acueducto.

“Nos pidió información sobre la contratación del Acueducto y yo le dije qué contratos había allí. Vimos que el personaje (Tapia) no era nada concreto, que era dueño de una empresa que no conocía el tema de licitación y de proyectos y, por eso, hasta allí llegamos. Lo vi dos o tres veces”, dijo Cardona.

Por último, asegura que no entiende por qué Tapia lo ha involucrado en sus asuntos y que tiene cómo demostrar que lo dicho por el contratista es falso. ¿Cómo y por qué yo iba a tener el poder que me endilgan en el Acueducto? se pregunta Cardona. La Fiscalía tiene la última palabra.