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Tanto Manuel (izquierda) como Guido Nule, declararon en Miami ante la Procuraduría, que quien conocía el detalle del manejo de las licitaciones era Miguel, el otro miembro del clan empresarial.

CORRUPCIÓN

¿Bla, bla, bla....?

Cuando se esperaba que los Nule probaran la corrupción en Bogotá, dejaron al país en ascuas al plantear nuevamente que quebraron por no ceder a una extorsión.

18 de diciembre de 2010

La estrategia de defensa de los Nule parece ser una moneda al aire en la que con cara ganan ellos y con sello pierden los demás. Al menos eso se desprende de las declaraciones que le dieron a la Procuraduría Manuel y Guido Nule, en Miami, y que fueron reveladas por Caracol Radio.

Delegados de la Procuraduría, la Fiscalía y la Corte Suprema están de correría entre Panamá y Miami para tomar sus testimonios en las investigaciones contra el contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi; el ex congresista Germán Olano; el congresista Iván Moreno y el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, y para dilucidar quiénes integran el llamado cartel de la contratación. Eso ha indignado a muchos que piensan que los Nule no deberían tener un tratamiento excepcional, pero las autoridades han aceptado los argumentos de la defensa según los cuales enfrentan riesgos en Bogotá, por lo que se radicaron en esas ciudades del extranjero.

Las declaraciones habían despertado mucha expectativa luego de que Miguel Nule se fue lanza en ristre contra todo el mundo a través de los medios y de que se filtraron fragmentos de una escandalosa conversación suya con Olano en la que se mencionan comisiones y se involucra a los hermanos Moreno.

Pero en las diligencias que trascendieron la semana pasada, en el caso contra el Contralor y Olano, Guido y Manuel solo agregaron un nuevo elemento a lo que ya habían dicho a los medios. Ofrecieron detalles de una reunión, hasta ahora desconocida, en un hotel en Bogotá, a la que el Contralor habría llegado con traje de motociclista, para pedirles dinero "a cambio de un mejor trato". Y volvieron a afirmar que Olano era el intermediario de esas solicitudes. Sin embargo, sostuvieron que ello habría sucedido en 2009, lo que no coincide con los millonarios pagos que su conglomerado empresarial hizo al ex congresista Olano en 2008, como lo reveló esta revista recientemente.

Dijeron que por no haber accedido a dichos pagos, el Contralor comparó sus negocios con una pirámide empresarial, lo que, según ellos, generó pánico económico, fue determinante para la quiebra de su grupo y un aliciente para que la administración distrital los obligara a ceder el contrato de la Fase III de TransMilenio por la calle 26.

Cuando se les preguntó sobre las pruebas que respaldaban sus testimonios se negaron a presentarlas y adujeron que la Fiscalía sabrá todo en su debido momento, pues con ella están negociando que se les aplique un principio de oportunidad. De hecho, varios medios dieron a conocer que el propio fiscal general encargado, Guillermo Mendoza Diago, se habría reunido con ellos en Miami hace pocos días, para hablar sobre el tema. Está por verse qué sale de las diligencias que se practiquen el fin de semana.

No está claro si la estrategia de los Nule de entregar su información a cuentagotas, incluso ante las autoridades, obedezca a que en verdad serán los testigos claves en todos estos procesos. O si, por el contrario, lo hacen porque en realidad no tienen mucho más que decir y están tratando de jugar sus cartas para distraer la atención en los demás involucrados y ocultar su propia responsabilidad en la quiebra de contratos públicos más grande del país. Mientras tanto, la opinión espera que se resuelva este berenjenal, que involucra cientos de miles de millones de pesos del erario.