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El alcalde Enrique Peñalosa intervino en el marco del ‘Gran foro Colombia 2016: ¿hacia dónde va el país?’ organizado por la Revista SEMANA. | Foto: Guillermo Torres

BOGOTÁ

Así será la Bogotá del futuro, según Peñalosa

En el foro organizado por SEMANA, el mandatario dio a conocer sus prioridades, entre ellas: la construcción de tres súper troncales, crecimiento ordenado, metro y recuperación del río Bogotá.

25 de enero de 2016

El regreso de Enrique Peñalosa a la alcaldía de Bogotá ha generado reacciones de todo tipo. Desde quienes consideran que será un mandatario ‘milagroso’, hasta quienes piensan que sus propuestas son demasiado ambiciosas e innecesarias para la ciudad. Su principal reto en el 2016 será el diseño del Plan de Ordenamiento Territorial, que bien puede ser considerada como la hoja de ruta la ciudad. El plano de planos.

Peñalosa dijo que recibió una ciudad desordenada, sobre todo porque los centros comerciales reemplazaron los andenes y parques como los lugares de encuentro. El espacio público, según él, perdió su condición de ser el escenario de igualdad entre los habitantes de Bogotá. Por eso dijo que la principal reflexión que debe ocupar a los bogotanos es pensar en el modelo de ciudad en el que quieren vivir en el futuro.

El alcalde, en el marco del ‘Gran foro Colombia 2016: ¿hacia dónde va el país?’ se refirió principalmente a uno de los mayores asuntos que preocupan a la ciudadanía: la movilidad. Aunque dice que el problema no se resuelve haciendo más vías, reiteró que va a construir tres súper troncales para la ciudad: la primera es la prolongación de la Caracas hasta Usme; la segunda es la troncal de la carrera Séptima, en la que, según él, los ciudadanos de mayores ingresos tendrán que pensar si pasan horas en sus vehículos o se movilizan más rápido en el Transmilenio. Por último, está la construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), que tendrá Transmilenio desde Soacha hasta la calle 13 y desde ahí hasta la zona norte.

La discusión del metro parece superada. Peñalosa volvió a comprometerse con la construcción de la primera línea y defendió que será elevada. Su diseño inicia en Mosquera, se extenderá por la 26 hasta la Caracas y de allí hacia el norte. Descartó que el metro pase por la carrera 11, como se preveía en estudios contratados por la anterior administración.

Otro de los temas críticos para el alcalde es la expansión de la ciudad. Dijo que en cuarenta años, Bogotá será tres veces más grande, situación que obliga a un crecimiento más ordenado y “compacto” de ciudad. Fue muy crítico con la forma de crecimiento “desordenado” que ha tenido la ciudad hasta hoy, en solo dos zonas, hacia el norte y el suroccidente.

Para el alcalde, la Bogotá del futuro debe tener mayor relación y contacto con la naturaleza. En ese concepto se concentra, quizás, la mayor apuesta urbanística del mandatario. Se comprometió a adecuar, en el norte de la ciudad, 1.500 hectáreas de parques lineales. Pero quizás su mayor ‘revolución’ es que el río Bogotá se convierta en el eje de la Bogotá del siglo XXI.

Propone convertir el río en un corredor de 60 kilómetros con malecones en las dos riberas y que en sus alrededores puedan habitar 1,5 millones de ciudadanos. Su otra gran apuesta es la construcción de más ciclorutas, similares al tramo de 24 kilómetros en La Alameda-Porvenir, en la localidad de Bosa.

En el panel también intervino Mónica de Greiff, presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá, quien tras oír la exposición del alcalde dijo que los bogotanos tenemos derecho a soñar, pero también al diálogo.

Por su parte, el director de ProBogotá, Luis Guillermo Plata, señaló que Bogotá es responsabilidad de todos y que hay que empezar por cosas pequeñas como no parquearse donde se debe, respetar las cebras, para generar grandes transformaciones.

Uno de los mayores conocedores de la ciudad, el concejal Juan Carlos Flórez, dijo que el alcalde tiene que hacer un balance del desorden que encontró. Se va a enfrentar el “megachicharrón” del SITP y de Transmilenio. “Hemos invertido 1,5 billones de pesos tapando el hueco fiscal de Transmilenio. Antes que construir nuevas troncales hay que sanear las finanzas y dejar atrás la exclusión entre metro y Transmilenio”.