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A la izquierda, el momento en el que el cabo Ávila era trasladado al hospital. A la derecha, su recuperación tras las operaciones. | Foto: Archivo particular / Twitter - @lafmboyaca

CONFLICTO

“Agradezco a la vida que fui yo el que activó la mina y no un niño”

Este es el conmovedor relato del cabo Edward Ávila, quien le contó a Semana.com su drama al caer víctima de una mina instalada por un grupo armado ilegal.

Fabián Cristancho, periodista de Semana.com
7 de mayo de 2015

Cuando el país aún no se repone de la muerte de 11 militares en Buenos Aires, Cauca, tras un ataque de las FARC mientras dormían, se conoce la desgarradora historia del cabo del Ejército Edward Ávila, que cayó víctima de una mina antipersonal en Convención, Norte de Santander, región de dominio histórico del Ejército de Liberación Nacional, ELN.

Desde el pasado martes 5 de mayo un grupo de soldados de la Trigésima Brigada prestaba seguridad en Convención para un fin noble: instalar un parque infantil. Ese mismo día se adelantaron las labores para levantar los juegos pero no se logró terminar la obra, por lo cual regresaron el miércoles y, como es de costumbre para el Ejército en zonas de conflicto, se inició el operativo de verificación punto a punto para continuar con las labores tranquilamente.

Cuando ya terminaban la verificación el cabo primero Edward Orlando Ávila Ramírez, de 26 años, dio un paso que lo empujó. “Lo único que recuerdo es la explosión, ver mis pies destrozados y el esfuerzo de mis compañeros para sacarme del sector”, contó el militar a Semana.com.

La explosión se dio a pocos metros de donde había población civil y, lamentablemente, los espectadores fueron varios menores que se encontraban curiosos por la obra. “Todo pasó en el casco urbano de Convención, los niños tuvieron que presenciar esa escena tan trágica, tan triste”, relató el soldado.

Entonces, los compañeros del cabo lo llevaron al Hospital de esa localidad para que el personal médico le prestara los primeros auxilios mientras llegaba apoyo aéreo. Consciente durante todo el tiempo, al llegar a la clínica Chicamocha en Bucaramanga le amputaron lo que quedaba de sus pies.

En sus primeras declaraciones el suboficial dijo que ese es el precio que los militares pagan por hacer parte del conflicto. Y sorprendió por la dureza del mensaje al decir que "quejándose no le iban a volver a salir los pies". Un fuerte mensaje esperanzador en medio de su tragedia.

El cabo Ávila es insistente en enviarle un mensaje a los grupos armados ELN, FARC, EPL, Bacrim, en el sentido de que la población no tiene por qué sufrir los estragos de la guerra. "Los niños y nuestros campesinos no tienen que estar en medio de las balas y de los artefactos explosivos. Vivamos nosotros nuestra guerra”, reflexiona el suboficial.

El militar le dijo a Semana.com que su preocupación por los niños radica en los sueños que tiene para su hija de ocho años, “uno de mis mayores anhelos es que mi niña alguna vez vea un país diferente a este de muerte y tristeza por todos lados”.

Como si fuera poco este jueves se conocieron unas fotografías explícitas donde se mostraban los restos de los pies del militar colgados de una malla en el colegio del pueblo, como si fueran un trofeo. El soldado Ávila le confirmó a este medio que las fotografías son reales y dijo que lo único que demuestra ese acto obsceno es “la bajeza de esos criminales quienes con esa burla me revictimizan”.

La Defensoría del Pueblo calificó como “una expresión de máximo irrespeto por los derechos humanos el ataque con explosivos en Convención cuando unidades militares instalaban un parque en beneficio de la comunidad”. El ente dice que con la acción los responsables no solo desconocieron sino que “violaron gravemente los principios humanitarios en medio del conflicto”.

Por su parte el presidente Juan Manuel Santos usó su cuenta en Twitter para condenar el hecho. "Colombia entera repudia y condena atrocidad de ELN. ¡Nos llena de vergüenza y dolor!", publicó el jefe de Estado. El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, calificó a los autores del ataque como “ratas humanas por andar disfrutando semejante hecho tan absurdo. A esa gente le espera o una tumba o una cárcel. Quien conozca a esos bandidos del ELN, que denuncie", invitó Pinzón.

La Defensoría advirtió que de comprobarse la responsabilidad del ELN se trataría no solo de una infracción al Derecho Internacional Humanitario, sino de “un episodio claramente contradictorio con el discurso de paz que viene manejando ese grupo armado ilegal de cara a los diálogos exploratorios con el Gobierno”.

El 10 de junio de 2014 el Gobierno nacional confirmó que estaba explorando un proceso de paz con el ELN, la segunda fuerza guerrillera del país. Aunque han pasado once meses de disminuida información y muchas quejas del grupo armado por el poco avance de las conversaciones, la zozobra se sobrepone a la esperanza cuando hay víctimas.

Sobre este proceso exploratorio con el grupo del que hoy es víctima, el cabo plantea que los diálogos no deben ser entre el ELN y el Gobierno sino “ELN y Colombia, FARC y Colombia, porque la paz nos involucra a todos, los victimarios se tienen que comprometer con Colombia”.

Aunque el ELN no se ha pronunciado sobre el hecho, Ávila reclama que nadie se ha responsabilizado del acto y que en vez de hablar de perdón tiene mucho que agradecer pues interpreta esta experiencia como una oportunidad de la vida misma.

Dice que lo hubiera lamentado más si no hubiese sido él quien en cumplimiento de sus funciones hubiera activado la mina sino un niño o un campesino.

Según los registros, desde 1990 a abril de 2015 cerca de 11.000 colombianos han sido víctimas de minas antipersonales. De acuerdo con las autoridades son cerca de 30.000 artefactos los que inundan el país y, según se ha dicho, no hay un mapa concreto de dónde están enterrados.

Tras pocas horas del trágico suceso que le pudo costar la vida, el cabo Ávila celebró este jueves su cumpleaños rodeado de su familia y un nutrido equipo médico. Está concentrado en su recuperación y desde ya piensa en sus prótesis. Asegura que usará este tiempo para planear con su familia qué sigue para ellos, “yo ya tenía un camino pero no me lo cortaron, voy a buscar un camino que me lleve mucho más lejos”, sentencia.