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CACIQUES TECNOLOGICOS

Con computador, Galán y Gustavo Rodríguez en Bogotá y Alvaro Villegas en Antioquia, logran montar las tres mejores maquinarias del país.

31 de marzo de 1986

Si se tratara de definir para un diccionário la palabra maquinaria, en cuanto al significado que tiene como término electoral, habría que decir algo así: "Andamiaje que garantiza la votación de los más importantes dirigentes de los dos partidos tradicionales en las provincias colombianas". Esta definición serviría a la perfección, usi no fuera porque existen dos maquinarias, quizá las más perfectas del país, que se encuentran a punto para el debate del próximo domingo y cuyas características no corresponden a las señaladas por la definición. En efecto, se trata de los andamiajes del Nuevo Liberalismo y del Movimiento Nacional o gustavismo, que no sólo se apartan de la definición en cuanto a que se hallan por fuera de los dos partidos tradicionales, sino que además operan como un relojito en la capital del país y no en las provincias.
Se trata, eso sí, de maquinarias que parecen haber ideado mecanismos novedosos y más acordes con la realidad actual, introduciendo por ejemplo el uso de computadores en la planificación y cálculo de la movilización de los electores tanto para inscripción y zonificación, como para votación. Lo curioso es que tanto los galanistas de Bogotá, como los gustavistas, tienen una filosofía de su maquinaria, como si se negaran a limitarla al mero problema mecánico y operativo.

DE LA SIMPATIA AL VOTO
El Nuevo Liberalismo, cuya primera campaña en Bogotá correspondió a la mitaca de 1980, aprendió durante esa contienda sus primeras lecciones. "No teníamos experiencia ni en preparar a los simpatizantes a votar, ni en supervisar los escrutinios, y aprendimos muchas cosas de los demás grupos. Los comunistas, por ejemplo, nos enseñaron a vigilar todas las mesas y anotar los resultados para poder reclamar a la hora de los escrutinios", cuenta Alberto Villamizar, representante galanista por Cundinamarca, candidato a la reelección y quien ha sido identificado como el gran animal político del Nuevo Liberalismo en materia electoral.
Y no es para menos. Villamizar creó en Bogotá una maquinaria electoral que despierta la envidia de más de un cacique de los partidos tradicionales. Cuando terminó la mitaca del 84, los galanistas de la capital decidieron ensanchar su equipo de activistas. A mediados del año pasado, ya contaban con cerca de 10 mil. Las encuestas realizadas entonces por las distintas firmas de sondeos, revelaban que Galán era sin duda el precandidato con más imagen y credibilidad, pero cuando se les preguntaba a los encuestados sobre su intención de voto, los porcentajes del joven Senador descendían considerablemente.
"El problema estaba identificado: había que convertir toda esa simpatía en votos", comenta Villamizar. De los 10 mil activistas que trabajaban en barrios y puestos de votación, la organización pasó a conformar un equipo de jefes de manzana, que pudieran entrar en contacto directo con los votantes potenciales y acompañarlos a inscribirse y a votar. Con base en los más actualizados datos obtenidos por el precenso en Bogotá, el Nuevo Liberalismo detectó un total de 24 mil manzanas habitadas y, a principios del año, ya estaban trabajando 18 mil jefes en igual número de ellas. Su labor consistía en un principio en registrar y zonificar al mayor número posible de electores galanistas.
Los datos recogidos por cada uno de estos jefes iban a dar a un computador IBM AT, que un amigo de la causa galanista ha prestado en forma gratuita. Ese computador organizó la información y se encargó también de producir las cartas que, firmadas por el propio Galán, le llegan cada 15 días a los jefes de manzana con las respectivas instrucciones. "Una prueba de fuego fue el acto de los jefes de manzana en el coliseo El Salitre hace algunas semanas -comenta Villamizar-, pues se invitó a todos por el sistema de carta y no falló nadie. Es posible que sea la manifestación de más de 10 mil personas más barata de la historia reciente de Colombia".
Los cálculos obtenidos gracias a esta maquinaria, llevaron al Nuevo Liberalismo a pensar en la utilidad de dividir en dos las listas para Concejo, teniendo en cuenta que se podía elegir un buen número de ediles con los votos de los que ya habían sido zonificados y confiar en un gran número de votos aún no capturados entre los electores no zonificados de la calle 19. Pero de cualquier modo, la gran prueba final de la efectividad de estos mecanismos, tendrá que llevarse a cabo el 9 de marzo, cuando los jefes de manzana conduzcan a quienes ya inscribieron a las mesas de zonificación y los demás activistas arrastren al mayor número posible de no zonificados a la calle 19.

BAÑAR ENGUAYABADOS
Pero la tarea del galanismo capitalino resulta mucho más fácil de cumplir que la que tienen que desempeñar los gustavistas del Movimiento Nacional. Para los primeros, se trata solamente de llevar a votar a cientos de miles de personas que Galán ya ha cautivado con sus innumerables intervenciones en radio y televisión, y con el registro diario de sus posiciones que hacen los dos grandes periódicos de Bogotá. Gustavo Rodríguez tiene que pasar por encima de esto, ya que él tiene poca radio, poca prensa y nada de televisión.
Sin embargo, sus cálculos demuestran que aspira a llegar muy lejos para obtener la segunda votación de Bogotá. "Con 120 mil votos para Bogotá y Cundinamarca, podemos obtener dos senadores, 6 representantes y 5 concejales", asegura uno de los asistentes de Rodríguez en la campaña. Los gustavistas han abierto 5 sedes en la capital, una para cada jefe de lista al Concejo. Cada jefe de lista dividió su organización por zonas electorales, nombrando un coordinador en cada una de ellas, que a su vez debe instalar comandos en cada barrio, con lo cual puede haber hasta 5 comandos gustavistas por barrio.
La clave, según Rodríguez, es que cada jefe de barrio conoce a sus electores y la información que recoge de ellos, es enviada al computador central del movimiento, a cargo del dirigente Mariano Ospina Rodríguez. Pero, al igual que en el caso de los galanistas, organizar esta maquinaria e inscribir posibles electores es apenas la primera etapa del camino. "La tarea más difícil y definitiva es la del día de elecciones, cuando hay que ir a despertar a los votantes en sus propias casas, bañar a algún enguayabado o hasta quedarse cuidando los niños mientras la madre se dirige a las urnas", cuenta Ospina Rodríguez, al recordar la pasada mitaca.
De cualquier forma, el caso de Gustavo Rodríguez es hoy en día uno de los grandes dolores de cabeza de los politólogos, quienes estaban convencidos de que era imposible montar, en estas épocas, una telaraña de favores y reciprocidades a la antigua y de semejante proporción, y hacerlo precisamente en la ciudad del voto de opinión que muchos consideraban libre del voto cautivo.

EL PLAN 10 x 10
Pero la era del computador y la organización milimétrica y escalonada de las maquinarias, no es un invento exclusivamente bogotano. El movimiento conservador que lidera el senador Alvaro Villegas Moreno en Antioquia, promete ser uno de los hechos políticos más importantes del debate de este domingo.
Villegas, quien diseñó una estrategia de listas por regiones del departamento nara sacarle el mayor jugo posible al residuo, comenzó a trabajar desde principios del año pasado. Lo primero que hizo fue nombrar un numero de precandidatos a listas unipersonales por cada una de las regiones identificadas previamente. A cada precandidato se le delimitó una zona de trabajo y se le trazaron objetivos a cumplir. "Todo fue como en una gran empresa de ventas con cartillas y video cassettes", relata Villegas.
Gracias a un computador IBM AT, el movimiento de Villegas determinó las metas que cada precandidato debía cumplir y diseñó algo muy similar a los programas de barras que se establecen en las obras públicas. El primer objetivo era el análisis histórico de cada una de las zonas para establecer cómo había evolucionado el voto en las últimas 4 elecciones. A mediados del año pasado, cada precandidato había integrado ya sus equipos de campaña y comenzaba sus planes de visitas y el censo de simpatizantes. En total, el plan de barras incluía 27 actividades.
En cuanto a Medellín, la ciudad fue dividida en 6 comunas o zonas para obtener de cada una de ellas un concejal. El grupo de Villegas aspira a conseguir 4 de los 13 senadores que elige Antioquia, 7 de los 26 representantes y 8 de los 30 diputados, aparte de los 6 concejales del total de 20 que elige Medellín. "El polo en Medellín es el puesto de votación", explica Villegas.
"Con base en eso diseñamos el plan 10x10, por medio del cual por cada puesto de votación se nombró un jefe, con diez registradores que debían inscribir 10 personas por semana cada uno", agrega Villegas.
Aparte de inscribirlos, se recogieron los datos de los electores, de tal manera que se pudiera implementar la logística del día de las elecciones. "Nuestro plan 10 x 10 resultó tan exitoso que se lo prestamos a Rodrigo Lloreda en el Valle y le enviamos copias de todos nuestros documentos a la campaña del doctor Gómez", anota orgulloso el senador Villegas.
En fin, como puede verse, si hay algo nuevo bajo el sol en materia de campañas electorales.