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El presidente Juan Manuel Santos ha dicho que esta es la década de América Latina. Ahora, como anfitrión de la Cumbre, busca posicionar a Colombia como un líder en la región.

POLÍTICA

Calentando motores

Esta semana empiezan a llegar las avanzadas de los 34 presidentes que asistirán a la Cumbre de las Américas. Así se prepara Cartagena para el mayor reto diplomático y logístico de la historia de Colombia.

4 de febrero de 2012

No hay un solo cuarto de hotel disponible en Cartagena para la segunda semana de abril. Tampoco hay vuelos. Para entonces, la oleada turística de Semana Santa ya se habrá ido y la ciudad será sede del mayor compromiso diplomático del país en muchos años: la VI Cumbre de las Américas, el 14 y 15 de abril.

Por su magnitud y nivel -presidencial- el evento solo es comparable con la Cumbre de los No Alineados que se llevó a cabo en octubre de 1995. Aunque esta última contó con delegaciones de 113 países y la de las Américas recibirá a 34 jefes de Estado, la trascendencia se debe a la presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y al crucial momento que atraviesan las relaciones hemisféricas. Cuatro de los mandatarios que confirmaron su asistencia, Barack Obama, de Estados Unidos; Leonel Fernández, de Republica Dominicana; Hugo Chávez, de Venezuela; y Felipe Calderón, de México, están en pleno año electoral y probablemente usarán la Cumbre como una carta a su favor. En el caso del presidente estadounidense, se sabe que esta, junto a la reunión del G-20 en Los Cabos (México) en julio, será el centro de su estrategia para tratar de convencer al voto latino de su cercanía con la región.

La ocasión será también un termómetro para medir el estado de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. La primera Cumbre de las Américas en 1994, en Miami, se llevó a cabo en un ambiente de fraternidad, pero las posteriores y en especial las de Mar del Plata en 2005 y Trinidad y Tobago en 2009, produjeron más diferencias que acuerdos entre la potencia y el resto del hemisferio. Ahora, en 2012, la región está políticamente dividida entre los países del Alba, liderados por Hugo Chávez, y los demás. Y hay quejas en la región por la falta de presencia estadounidense, que ha concentrado su trabajo diplomático en otras latitudes. El momento es difícil para construir consensos.

De hecho, varias 'parejas disparejas' se verán obligadas a compartir mesa. Es el caso, por ejemplo, de Barack Obama y Hugo Chávez, y de otras naciones con disputas judiciales pendientes, como Nicaragua y Colombia. Lo último que se quiere es que se repita el episodio de "por qué no te callas" en la Cumbre Iberoamericana de 2007, cuando el diplomático y prudente rey Juan Carlos se enfrentó a Chávez. Por otro lado, primíparos en estos eventos, como Ollanta Humala de Perú y Dilma Rousseff de Brasil, serán analizados con lupa por el resto del continente. Para Rousseff, es una de las primeras cumbres en la era postLula y es aún un enigma qué papel quiere jugar Brasil en el continente.

También es un momento singular para Colombia. Será el momento de cosechar los frutos que han sembrado la canciller María Ángela Holguín y el presidente Juan Manuel Santos en el último año y medio mediante una intensa agenda diplomática. Las miradas estarán puestas en Colombia y el gobierno buscará presentar al país como un líder que une al hemisferio. Según Holguín, "es una oportunidad para Colombia como pocas veces se le han presentado y tenemos que proyectar una región optimista, propositiva". En las mismas fechas tendría lugar el Encuentro Empresarial de las Américas, al que asistirán grandes cacaos del sector privado y autoridades económicas de los países miembros. El presidente Santos invitó al presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y conformó un grupo asesor liderado por Alejandro Santo Domingo, Carlos Julio Ardila, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, Jack Goldstein, Jorge Londoño y Luis Carlos Villegas. Ocho presidentes visitarán la reunión de los empresarios para interactuar y hablar de proyectos y desarrollo para la región.

La canciller Holguín considera que esta cumbre, para diferenciarse de las anteriores, debe arrojar resultados más concretos. Si bien hay seis ejes temáticos -pobreza, seguridad, integración física, tecnología, desastres naturales y cooperación solidaria-, que se han tratado en otras reuniones, en esta ocasión se buscará un mandato concreto. La esperanza máxima sería lograr una declaración de una página con proyectos precisos, la forma en que se llevarían a cabo y la fuente de financiación de cada uno. Se trata de cambiar la percepción de las cumbres como 'turismo presidencial' en las que nunca pasa nada, que solo producen declaraciones generales y sosas, que se quedan en el papel.

Sin marcha atrás

Los organizadores de la reunión presidencial esperan minimizar los imprevistos con un despliegue logístico pocas veces visto en Colombia. La Cancillería lleva meses trabajando y, actualmente, hay más de cinco reuniones diarias y un equipo de 200 personas dedicado exclusivamente a ese propósito. El presidente Santos y la canciller Holguín presentarán la cumbre en dos semanas ante la opinión pública y el cuerpo diplomático.

La cumbre estará dividida en tres partes. Durante cuatro días habrá un foro de actores sociales: pueblos indígenas, jóvenes emprendedores y organizaciones no gubernamentales. El viernes 13 de abril se dará inicio formal a la reunión de presidentes -que dura un día y medio- con una cena en la Casa de Huéspedes en la que se presentarán Juanes y Fonseca. Paralelo a esto se desarrollará el foro de los empresarios. El domingo 15 de abril habrá un éxodo masivo y La Heroica tendrá un respiro.

Las acreditaciones para la prensa están abiertas y se espera que 1.500 periodistas lleguen a Cartagena. Los accesos para todos los asistentes -presidentes, escoltas, reporteros y técnicos- se manejarán por un moderno sistema de código de barras en las escarapelas. Desde esta semana -a dos meses del evento- las avanzadas de los 34 jefes de Estado aterrizarán en Cartagena para preparar la llegada y seguridad de los presidentes. Se espera, por ejemplo, que el presidente Obama sea protegido por 500 agentes del Servicio Secreto, cifra que se aumentaría si la primera dama confirma su asistencia.

En total, entre delegados, periodistas y asistentes, se esperan 10.000 personas en Cartagena para la segunda semana de abril. El alcalde, Campo Elías Terán, instaló dos transformadores para evitar apagones de luz y la Policía aprobó un aumento de pie de fuerza para garantizar la seguridad. En cuanto a comunicaciones y tecnología, es el evento más ambicioso del país. Todo el evento se transmitirá por televisión y streaming, contará con 74 cámaras, y tendrán aplicaciones móviles y redes sociales especialmente diseñadas para la Cumbre.

Los planes ya están en el papel. Ahora viene lo difícil: llevarlos a la realidad y evitar cualquier imprevisto. El conteo regresivo ya está en marcha. Y ya marca el gran cuarto de hora para la diplomacia colombiana.