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Cali pachanguero

Un nuevo libro cuenta la historia del cartel de Cali. Este es un aparte del capítulo sobre el sonado episodio de la seducción del coronel Velásquez por una espía de la organización mafiosa.

3 de abril de 2005

Por primera vez un libro relata cómo el coronel del Ejército Carlos Alfonso Velásquez cayó víctima de la red que el cartel de Cali le tendió con una seductora contraespía. Su autor, el periodista José Gregorio Pérez, logró que el oficial le contara la pesadilla que puso fin a 28 años de carrera militar.

SEMANA escogió algunos apartes del capítulo 'La dama infiltrada', que narra la estrategia de Dolly Buendía de la Vega, una trigueña de 45 años, sensual y atractiva, quien durante tres meses le contó al oficial la historia de la alta sociedad caleña ligada con la mafia y quien esperaba recibir 1.000 millones de pesos por entregar las cabezas del cartel de Cali. 'Diana', como se hacía llamar, utilizó todos sus encantos para hacer caer, no al militar, sino al hombre, en una trampa mortal.



Eran las 8 de la noche, así que 'Diana' le sugirió al oficial dirigirse a un bar que estaba ubicado en el sur. Antes de salir de Unicentro, Velásquez dio instrucciones a sus escoltas:

-Vayan a esta dirección, permanezcan en los alrededores, tengo una cita importante. Chequeen qué puede haber.

El sitio era Tangos y Boleros; ahí llegó con 'Diana'. Veinte minutos después, su jefe de escoltas le confirmó que no había problema. (...)

Ya en el bar, Velásquez solicitó la atención del mesero, y éste regresó con media botella de aguardiente. Las lámparas a media luz y las velas permitían ver a varias parejas conversando. (...) El oficial sirvió un trago para 'Diana' y otro para él. Ella le insistió que debían pasar inadvertidos y que podían jugar a ser novios. Ella lo había traído con la promesa de presentarle a un contacto que le daría información sobre Juan Carlos Ramírez Abadía, alias 'Chupeta', para capturarlo.

Pero el contacto no había llegado al bar todavía. Velásquez respondió a las insinuaciones de la informante. Tras un beso, se retiró unos centímetros para preguntarle por la boda de María Alexandra Rodríguez, la hija de Gilberto Rodríguez. 'Diana' le contó que el jefe del cartel ordenó a sus familiares invitar un círculo íntimo de amigos y que había logrado evitar que se publicara una nota social en uno de los diarios de la ciudad.

Velásquez le recalcó la tarea de indagar en qué capilla se realizaría la ceremonia. Un nuevo beso fue la respuesta a su petición. Los minutos pasaban y 'Diana' se insinuaba cada vez más.

El oficial encendió un cigarrillo cuando sonó el beeper de la informante. Ella se levantó de la mesa y se dirigió hasta la barra para llamar por teléfono. Varias veces, la informante repitió la escena: sonaba el beeper y ella corría a llamar.Velásquez empezó a incomodarse con la actitud de la mujer y decidió preguntarle quién le ponía tantos mensajes. Cuando ella se acercó a la mesa, le dijo al oficial:

-Ahí está él.

-¿Quién?

Era el supuesto contacto que esperaba el oficial, el hombre que, según 'Diana', iba a entregar a Juan Carlos Ramírez Abadía. El hombre hizo su aparición en el recinto acompañado de una mujer y otra pareja, tomó asiento en una mesa cercana a la que ocupaban 'Diana' y Velásquez.

-Bueno, vamos a abordarlo para la información.

'Diana' se quedó mirándolo y siguió con el juego de novios. -¿Sabes que eres muy atractivo?. Tengo unos deseos inmensos de hacer el amor contigo.

-Pero es que no conozco un sitio.

-Eso no es problema. Yo me encargo.

Ambos salieron de Tangos y Boleros y llegaron al motel Campo amor, a sólo 10 minutos del bar. El sitio escogido para entrar en contacto con el informante que le daría datos de 'Chupeta' no fue casualidad, hacía parte de una trampa que los jefes del cartel le prepararon al oficial.

Una vez llegaron al motel, Velásquez ingresó a una habitación con 'Diana'. Durante una hora la pareja compartió momentos íntimos. Las escenas fueron grabadas con una cámara de video empotrada en la lámpara de la habitación. Mientras 'Diana' seducía al oficial, la filmadora realizó su labor. En Tangos y Boleros fueron tomadas 12 fotografías donde aparecía Velásquez abrazándola y besándola.

Terminado el encuentro íntimo, el oficial abandonó el lugar sintiéndose culpable y consciente de que había cometido un error. Pero pensó que la situación no comprometía su misión, ni el amor verdadero que sentía por su esposa. (...)

Ese sábado 14 de mayo, como a las 3 de la tarde, cuando se encontraba en su oficina, entró el mayor Pérez.

-Mi coronel, lo busca el capitán (r.) Jorge Rojas Clavijo, dice que quiere hablar con usted, que es urgente.

-Rojas Clavijo, hum. ¿Ese no fue uno que echaron por estar con la mafia?

-Así es.

-No tengo nada que hablar con ese señor.

El mayor Pérez regresó a la oficina del comandante del CEC y le dijo que Rojas Clavijo insistía en verlo.

-Está bien. Pero no aquí. Que me espere en el parqueadero. Quiero que usted esté conmigo.

Los dos oficiales salieron a encontrarse con Rojas, quien se sorprendió al ver a Velásquez acompañado de su segundo al mando.

-¿Qué se le ofrece?

-Necesito hablar con usted, pero personalmente.

-Hablemos. No hay problema en que el mayor Pérez escuche lo que tiene que decir, es el segundo al mando.(....)

-La situación es grave. Dos sujetos que no conozco, y que se movilizaban en un carro con placas de Bogotá, me abordaron en el almacén Penélope, de mi propiedad, y me forzaron a entrar en el carro. Durante media hora me pasearon por varios sectores de Cali y me presionaron para que me entrevistara con usted y le entregara este paquete. Yo les dije que debía saber qué contenía, porque no estaba dispuesto a transportar un elemento peligroso. Ellos me mostraron una carta y varias fotografías y me dijeron: "Llévele esto a 'Rafael', entrégueselo personalmente. En la brigada todo el mundo sabe quién es él. No lo olvide, a él personalmente".

Rojas le entregó a Velásquez una bolsa que no tenía destinatario ni remitente. Recibido el paquete, frente al mayor Pérez Laiseca, el oficial lo abrió y sacó la carta, la leyó y observó las fotografías. También contenía un casete de video. Rápidamente se despidió de Rojas y se dirigió a su oficina con el mayor Pérez. Rojas Clavijo se adelantó y le dijo en tono lastimero:

-¿Qué les digo a los señores?

-Pues lo que acaba de hacer, que me entregó el paquete.

Camino a su oficina, Velásquez entendió lo que ocurría. Se despidió del mayor Pérez y le dijo que más tarde lo llamaría. Sin embargo, cambió de rumbo y se dirigió a la habitación del casino donde vivía. Mientras caminaba, miles de preguntas cruzaron por su mente. "Estos tipos me están chantajeando". Pensó en llamar a 'Diana'. "Pero, ¿para qué? Creo que es cómplice".

Las fotografías lo mostraban besándose y abrazándose con 'Diana' en el bar Tangos y Boleros. "Estos tipos me quieren destruir el matrimonio, desprestigiarme y buscan mi traslado".

Mientras se dirigía a su habitación, comenzó a recordar todo cuanto 'Diana' había sostenido. Su presentación ese 28 de enero, las informaciones sobre 'Chupeta', David Aljure Barjum, la amistad con Olga Patricia Trujillo, la historia de las porcelanas. Todo era un montaje. La mafia de Cali lo había infiltrado a través de Dolly Buendía de La Vega, 'Diana'.

Una vez en su habitación encendió el televisor y puso el casete de video en el equipo de VHS. (...) Por un momento sintió que todo se venía abajo. El temor de que el cartel enviara la cinta y las fotografías a su esposa en Bogotá le embargó el espíritu. (...) Se detuvo a pensar en el impacto que eso provocaría en Marcela, máxime cuando acababa de dar a luz a su segunda hija. (...)

De inmediato Velásquez cogió el teléfono privado y llamó a Bogotá al general Hernán José Guzmán, su superior.

-Mi general, necesito hablar con usted. Es muy urgente. ¿Me puede atender hoy?

-Venga el jueves y lo recibo a primera hora. (...)

Ese día, llegó muy temprano al Ministerio de Defensa. Guzmán lo recibió y mandó a llamar al general Camilo Zúñiga. Durante dos horas, Velásquez narró los intentos de chantaje que la mafia de Cali le había hecho en los últimos meses. Luego siguió con la trampa montada por el cartel a través de Dolly Buendía de la Vega. Los generales no cruzaban palabra. Velásquez hizo un relato cronológico sobre las actividades realizadas por 'Diana' en el Comando Especial Conjunto y los resultados que en principio se lograron con las informaciones que entregó.

De primera mano, los altos mandos conocieron la celada que culminó en el motel Campo amor. Velásquez dejó en claro que la infiltración de Dolly no puso en peligro la misión encomendada contra el cartel de Cali y que debía resolver su situación personal. (...) Sin embargo, Velásquez fue objeto de la sanción disciplinaria más alta cuando ostentaba el grado de coronel, lo que equivalía prácticamente a ponerle lápida a su carrera militar. Decidió encarar lo ocurrido y contarle a su esposa sobre la infiltración de la mafia a través de los encantos de una dama. Marcela decidió perdonarlo.