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CAPITULO CERRADO

Con la captura de Luis Rubio, ex alcalde de Puerto Boyacá, la Policía encuentra una ficha clave en el matrimonio entre 'narcos' y 'paras'.

26 de mayo de 1997

El viernes de la semana pasada, luego de tres meses de intenso seguimiento por parte de unidades de la Policía, fue capturado Luis Alfredo Rubio Rojas, ex alcalde de Puerto Boyacá y, según las autoridades, uno de los creadores de los grupos paramilitares del país. La captura se produjo en la calle 146 Nº 19-24, en el norte de Bogotá. Al ser requerido por las autoridades Rubio exhibió una cédula falsa a nombre de José Vicente Rojas Betancourt.Las autoridades le habían perdido el rastro desde el 26 de febrero de 1990, cuando 15 paramilitares lo sacaron el mismo día de su captura de la cárcel de Puerto Boyacá, donde debía pagar una condena por porte ilegal de armas. Además un juzgado de orden público lo había vinculado a los procesos penales derivados de las masacres cometidas en las fincas La Negra, Honduras y Tres Esquinas, en Antioquia y Córdoba. En la actualidad tiene en su contra cuatro órdenes de captura, dos de las cuales son por los delitos de homicidio y concierto para delinquir. Luis Rubio fue el primer alcalde popular del municipio de Puerto Boyacá, donde fue elegido en 1988 por el movimiento político que había dirigido Pablo Emilio Guarín, considerado por las autoridades como uno de los cabecillas de las llamadas autodefensas del Magdalena Medio y muerto por las Farc. Pero Rubio tuvo que renunciar a mediados de ese mismo año a su alcaldía ante investigaciones que lo vinculaban seriamente con las matanzas realizadas por los paramilitares. Desde de su retiro, y con la momentánea interrupción de su captura en 1990, su paradero era un misterio para las autoridades. El nombre de Luis Rubio aparece vinculado a una de las épocas más trágicas en la historia reciente del país. De acuerdo con las autoridades, su participación fue fundamental para la creación, consolidación y crecimiento de los paramilitares, organizaciones que tuvieron su origen en la lucha contraguerrillera y que degeneraron en escuadrones de la muerte y en grupos de justicia privada. Dichas organizaciones terminaron siendo financiadas por los narcotraficantes José Gonzalo Rodríguez Gacha, 'El Mexicano', y Pablo Emilio Escobar. En la década de los 80 Rubio era uno de los dirigentes políticos del Magdalena Medio que se codeaban con los jefes narcotraficantes y gracias a sus gestiones éstos habrían logrado comprar grandes extensiones de tierra y crear en ellas sus grupos de justicia privada. Dichas organizaciones eran entrenadas por expertos británicos e israelíes, entre quienes se encontraba el tristemente célebre Yair Klein. Según las autoridades, uno de los narcotraficante más cercanos a Rubio habría sido Pablo Escobar, a quien conoció en la campaña electoral de 1982, poco antes de que saliera elegido representante a la Cámara por Antioquia. De acuerdo con las investigaciones de los organismos de seguridad, también se relacionó con José Gonzalo Rodríguez Gacha, quien fue uno de los narcotraficantes que más tierras compró en el Magdalena Medio.Durante muchos años las autoridades han investigado la presunta participación de Rubio en la muerte del ex gobernador de Boyacá Alvaro González Santana, a mediados de 1989. González era el padre de la juez segunda de Orden Público, Martha González, quien se atrevió a llamar a juicio a Escobar, Rodríguez Gacha y Rubio por las masacres de las fincas bananeras de Urabá y Córdoba. Poco tiempo después de tomar esa decisión la funcionaria debió abandonar el país ante las amenazas contra su vida. Con la captura de Luis Rubio parece cerrarse uno de los capítulos más trágicos para el país. Ese que escribieron a sangre y fuego los narcotraficantes y los paramilitares, quienes con su matrimonio funesto sembraron el terror en muchas regiones y vistieron de luto a millares de colombianos. Muchas páginas de ese capítulo, según las autoridades, habrían sido escritas por este ex alcalde de Puerto Boyacá, quien pensó que siete años después de su fuga había logrado burlar definitivamente la acción de la justicia.