Los policías que avergonzaron a la institución

“Cuéstenos lo que nos cueste, duélanos lo que nos duela, seguiremos sin tregua contra la corrupción dentro de la institución”, con esas palabras el general Rodolfo Palomino, director general de la Policía, cerró la rueda de prensa en la que anunció una penosa noticia: la captura de 16 patrulleros involucrados con una banda de ladrones que delinquía en Cali.
 
El oficial se desplazó ayer hasta la capital del Valle para él mismo anticipar la dolorosa noticia que en esos momentos se desarrollaba, tras las órdenes de captura que hacían efectivas miembros de la Fiscalía en coordinación con la Policía.
 
Se trataba de uno de los golpes más duros contra la delincuencia organizada que azota a Cali, pero en esa operación la institución policial salía golpeada.
 
En las redadas cayeron 29 integrantes de una banda conocida con los alias del ‘Seño’ y el ‘Patas’, dedicadas a atraco de personas, hurto a residencias y establecimientos comerciales; entre ellos había 16 policías activos, dos de los cuales aún son prófugos.
 
Y para empeorar el mal momento que atraviesa la institución por cuenta de esa banda delincuencial apoyada por policías; el CTI de la Fiscalía confirmó que ayer otros tres uniformados fueron capturados mientras extorsionaban a un panadero, a quien le exigían la suma de 30 millones por no hacer efectiva una supuesta orden captura que resultó ser falsa.
 
Por todo lo anterior, al general Palomino se le sintió firme pero adolorido cuando daba la mencionada rueda de prensa, “el mensaje es muy claro, vamos a seguir luchando contra la corrupción”, sentenció el oficial mientras esquivaba preguntas de los periodistas que le pedían detalles de su revelación. ¿Cómo operaba esa banda que tanta vergüenza le causó a la Policía?
 
El propio general Palomino dio pistas sobre el asunto: “Anticipo que son delitos que tienen que ver con el contubernio y la omisión”, dijo. En efecto, esos datos fueron confirmados durante la audiencia de legalización de captura, y otros corroborados por fuentes oficiales cercanas al caso.
 
La investigación duró varios meses y fue desarrollada por agentes encubiertos cuyas pruebas recaudadas permitieron inferir que la participación de los policías en esa banda criminal consistía en hacerse los de la vista gorda.
 
Según las fuentes, existía una minuciosa sincronización para que los patrulleros a cargo del cuadrante donde se cometería el robo o atraco se alejaran del lugar o desatendieran los llamados de auxilio de la comunidad.
 
No obstante, otras pruebas recopiladas, que se presentarán durante el juicio, señalarían que al menos uno de los agentes capturados, que estaba adscrito a la sijín de Palmira, participaba activamente en los hurtos.
 
El general Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, aseguró que, según datos preliminares, esa banda sería responsable de por lo menos 26 robos cometidos en la comuna 2 de la ciudad.
 
Durante la operación de captura de los supuestos miembros de la banda se decomisaron 14 celulares, 4 millones de pesos, 1.293 dólares, 500 euros y 80 libras esterlinas.
 
La Fiscalía formuló varios delitos como concierto para delinquir, peculado por aplicación oficial diferente y cohecho propio a los policías implicados. El agravante de todos esos cargos es que fueron cometidos durante el servicio activo como patrulleros.
 
Antes de cerrar el día y mientras la tormenta por el escándalo en Cali apenas amainaba, el general Palomino recibió otra dolorosa noticia: cinco policías de Apartadó, Antioquia, eran capturados por presuntamente extorsionar a prestamistas gota a gota. Sin duda un momento vergonzoso para la Policía.