Home

Nación

Artículo

Esta es la casa de madera en la que murieron los cuatro niños y él es Javier Antonio Urrueña. | Foto: Iván Valencia

JUDICIAL

Cayó el sexto responsable de la masacre de los cuatro niños en Florencia

La Fiscalía detuvo a Javier Antonio Urrueña, uno de los autores intelectuales y quien pagó el dinero a los sicarios que asesinaron a los pequeños de la familia Vanegas Grimaldo el pasado 4 de febrero.

23 de septiembre de 2015

La investigación sobre la masacre de los cuatro niños de la familia Vanegas Grimaldo, asesinados a sangre fría por dos hombres en Caquetá el pasado 4 de febrero, sigue arrojando resultados.

Después de siete meses de ese repudiable episodio, la Fiscalía capturó este martes a Javier Antonio Urreña, uno de los autores intelectuales y el presuntamente encargado de pagar 500.000 pesos a los sicarios, Cristopher Chávez, alias el ‘Desalmado’, y Émerson Carrillo Ordóñez, el ‘Enano’, para que cometieran el crimen.

Urreña fue detenido en la vereda El Parque de San Vicente del Caguán y será trasladado en las próximas horas a Florencia (Caquetá). Allá se adelantará un proceso de identificación, pues el hombre portaba documentos falsos.

Javier Antonio Urreña es el sexto responsable capturado por la masacre de los pequeños. En febrero habían sido detenidos el ‘Desalmado’, el ‘Enano’, Luzmila Artundunga, Edison Vega y José García.

La historia

Cerca de la medianoche del 4 de febrero, los hermanitos Vanegas Grimaldo abrieron la puerta de su rancho, en la vereda El Cóndor, de Florencia, Caquetá. Acababa de llegar Samuel, su hermano mayor, en compañía de dos extraños.

Los desconocidos los obligaron a acostarse en fila en el piso para luego, sin asomo de piedad, dispararles a mansalva. Uno a uno fueron muriendo: Deinner Alfredo, de 4 años; Laura Jimena, de 10; Juliana, de 14, y el propio Samuel, de 17 años.

Pablo, de 12 años, recibió un disparo en el cuello pero sobrevivió de milagro. Fingió estar muerto mientras los homicidas salían de la casa y luego, en medio de la angustia, corrió medio kilómetro para avisar que sus hermanos acababan de ser asesinados. Inmediatamente fue transportado por una ambulancia del Ejército al Hospital María Inmaculada de Florencia, donde se recupera.

Según testimonios recogidos por la Defensoría del Pueblo, esa noche Samuel se encontraba en una casa vecina visitando a un familiar cuando llegaron dos hombres en una moto y lo obligaron a acompañarlos. El objetivo era usarlo como señuelo para ingresar a la vivienda donde se encontraban sus hermanos, y matarlos a todos.

El Ejército alertó a la Policía y al CTI sobre el horrendo crimen y cuando estos llegaron a la humilde vivienda, se encontraron con la desgarradora escena.

Aunque no se sabe con certeza qué buscaban los asesinos, ni los motivos para matar a los niños, una de las hipótesis más fuertes indica que la masacre sería consecuencia de un pleito por tierras.