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Carlos Vicente de Roux y Gustavo Petro. | Foto: Archivo SEMANA

BOGOTÁ

El antiguo aliado de Petro, en la puja por la alcaldía

Carlos Vicente de Roux fue hombre clave en la campaña en que triunfó Gustavo Petro. Ahora defenderá un proyecto distinto al de la Bogotá Humana.

7 de mayo de 2015

Hace cuatro años hubo un episodio que ayudó a inclinar la balanza a favor de Gustavo Petro en su elección como alcalde de Bogotá. Petro y otros dos dirigentes del Polo Democrático elaboraron un voluminoso informe sobre la forma como los hermanos Samuel e Iván Moreno, en ese entonces copartidarios, se habían beneficiado de los contratos públicos y prácticamente se habían robado las arcas de la ciudad.
 
Aquel informe fue una de las piezas con las que la justicia abrió la investigación del llamado carrusel de contratos en Bogotá y que a la postre llevó a las condenas del exalcalde Samuel Moreno, el exsenador Iván Moreno, y casi una decena de concejales y contratistas, como los primos Nule.

Detrás de ese informe estuvo el entonces concejal del Polo Carlos Vicente de Roux. Él hizo parte de los llamados ‘quintillizos’ del Concejo, entre los que estaban, entre otros, Carlos Fernando Galán y Ángela Benedetti, y quienes fueron los primeros en destapar el carrusel de la contratación.

Al presentarlo públicamente en el Congreso, Petro, quien en 2010 había sido candidato a la presidencia y obtuvo la cuarta votación (detrás de Juan Manuel Santos, Antanas Mockus y Germán Vargas Lleras), se posicionó como quien había denunciado la corrupción del gobierno del Polo en Bogotá, y pareció empuñar las banderas de la lucha contra la corrupción. Eso, en buena medida, sedujo al 30 % del electorado que finalmente le dio la victoria.

Tras sus denuncias, Petro y de Roux no tuvieron otro camino que marginarse del Polo. Organizaron el movimiento Progresistas: de Roux fue la cabeza de lista al Concejo, la cual resultó la más votada y se hizo con 13 curules en el cabildo, lo cual garantizaba una importante base para la gobernabilidad de Petro.

Pero, como muchos otros aliados de Petro, caso de Antonio Navarro, de Roux decidió romper relaciones políticas con el alcalde. El año pasado, quien era considerado el concejal estrella del Progresismo cuestionó la renovación de varios contratos en materia de transporte y movilidad, que no se hicieron en licitación pública, decisión que en su criterio podía tener oscuros intereses. “Petro bajó la guardia en la lucha contra la corrupción”, afirmó lacónicamente al anunciar que se apartaba del gobierno.

Este jueves, de Roux fue avalado por el movimiento Alianza Verde como su candidato único a la alcaldía de Bogotá. El concejal se sometió a una encuesta con su colega Antonio Sanguino, la cual arrojó varios resultados.

Primero, de Roux tiene una imagen favorable del 47, 4 por ciento, mientras que la de Sanguino está en el 33,7 por ciento. Segundo, la encuesta concluyó que más bogotanos votarían por de Roux (2,7 por ciento) que por Sanguino (2,0 por ciento).

Aunque de Roux cuenta con el apoyo de los actuales congresistas del partido, los resultados en las recientes encuestas nacionales no dejan de preocupar a los dirigentes verdes que, a pesar de apoyar a su candidato, no cerraron las puertas a las coaliciones en la campaña. Fuentes cercanas a la Unidad Nacional dijeron que de Roux podría alcanzar principios de acuerdo para apoyar la candidatura de Rafael Pardo, a pesar de que, en teoría, el sector de izquierda que representa pudiera tener mayores afinidades con Clara López o con el candidato de Petro.

Sin embargo, el hecho de que el concejal se haya distanciado del alcalde, y las controversias que tuvo en el pasado con Clara López por su respaldo al gobierno de Samuel Moreno, advierten que los verdes no se sumarían a ninguna de las otras dos candidaturas de la izquierda.

De momento, de Roux dice que irá hasta el final con su campaña y en estos meses le presentará a la ciudad un nuevo modelo de desarrollo.

Más que político, de Roux es más conocido como uno de los mayores expertos del país en materia de Derechos Humanos. De hecho fue consejero presidencial de César Gaviria y ratificado por Ernesto Samper. En 1997 fue nombrado juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En la política, como independiente, hizo parte de los equipos de Noemí Sanín en la campaña presidencial de 1998 y 2002 y también trabajó con Antanas Mockus. En 2003 se matriculó en el Polo hasta que denunció a su copartidario Samuel Moreno, y en el 2011 ayudó a fundar el movimiento Progresista. Hace cuatro años fue clave en la elección de Gustavo Petro, y ahora será el segundo exaliado del alcalde que busque sucederlo en el cargo.