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| Foto: Gabriel González / Semana

A vuelo de cóndor

Cascada Bocatoma, el paseo imperdible

Si de impregnarse de naturaleza se trata, a unos pocos minutos de Villeta se encuentra un paraíso oculto entre las montañas llamado Bocatoma. Para llegar hasta ese punto hay que montarse en unas carrozas artesanales movidas sobre balineras e impulsadas con Acpm.

10 de agosto de 2018

Gracias a su temperatura veraniega de 25º C en promedio y la gran cantidad de vertientes de agua que posee, Villeta es el sitio perfecto para planes de aventura y ecoturismo. A unos 12 minutos del municipio se encuentra una exuberante cascada a la que sin excepción hay que ir si se visitan las cercanías del municipio cundinamarqués.

El plan es una aventura de principio a fin, por que para llegar hasta el destino hay que transportarse en una especie de troles abiertos construidos sobre balines, que parten de una improvisada estación en el riel del tren (que es la antigua ruta ferroviaria del sol). Allí, al pagar 5.000 pesos le aseguran la ida y la vuelta de la Bocatoma. Si tiene la suerte de ir sentado podrá admirar el entorno verde por excelencia. Si no, podrá sentir el vértigo de este medio de transporte que alcanza los 25 kilómetros por hora.



En el llamado ‘transmilenio’ de Villeta, no hay dos rieles. Así que si se encuentran estas arcas, antes de chocar, la que tenga menor número de pasajeros se detiene, hace un paso al costado y permite el curso de la que tenga más personas a bordo. Es una experiencia exótica y divertida, aunque no tan segura.

Al llegar se encuentra con decenas de familias que hacen literalmente el paseo de olla y llevan todos los ingredientes para hacer un sancocho de gallina a leña al lado del río. Hay espacios para que los grupos grandes se acomoden y puedan disfrutar del lugar. Ya en la cascada todo es diversión. Gozar de sus aguas es casi una obligación.

Y si lo suyo es disfrutar de la gastronomía local, alrededor del lugar hay varios restaurantes de comida típica, donde la limonada de panela y el guarapo son las bebidas predilectas.

Luego de pasar unas horas en el río, el regreso es similar (en carrito de balineras: invento 100% colombiano), o bien puede caminar por la vía del tren, lo que le tomará unos 50 minutos.

De cualquier forma, a solo 2:30 horas de Bogotá encuentra este paisaje natural lleno de biodiversidad que más parece una saga de Jurassic Park.

La ‘capital dulce de Colombia’ fue la protagonista de la quinta parada del Festival ‘A vuelo de cóndor’, el pasado 29 y 30 de julio, en un recorrido por Cundinamarca durante tres meses para admirarla como nunca antes.

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