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Desde el lunes 4 de abril, cerca de 1.200 madres comunitarias del país iniciaron un paro nacional. | Foto: Archivo particular

PROTESTA

Alimentos para niños se estarían pudriendo en Bosconia por paro

La semana pasada, en este municipio de Cesar, las madres comunitarias del ICBF recibieron las provisiones pero se negaron a prestar el servicio.

11 de abril de 2016

En Bosconia (Cesar) hay grandes cantidades de alimentos que están arrumados en despensas de hogares comunitarios del ICBF mientras decenas de niños de cero a cinco años están en sus casas sin recibir la atención y las provisiones alimenticias que el Gobierno paga para ellos.

Se trata de frutas como mangos, maracuyás, naranjas, papayas, melones y piñas. También papas, pepinos, zanahorias, pimentones, plátanos, remolachas, repollos, tomates, carnes, quesos, yogures y leches son algunos de los alimentos que llenan las alacenas y que, muy posiblemente, se dañaron sin ser consumidos.

¿Por qué ocurrió esto? Desde el lunes 4 de abril, cerca de 1.200 madres comunitarias del país iniciaron un paro nacional con el objetivo de solicitar mejoras en sus condiciones laborales. Una decisión que dejó sin atención a 16.000 niños.

Aunque estas trabajadoras ejercen su derecho de agruparse en un sindicato y exigir una mejor estabilidad laboral, hay serias denuncias que preocupan a las empresas operadoras y al mismo ICBF.

Semana.com conoció que en Bosconia, unas horas antes de iniciar el paro el pasado lunes, 25 madres comunitarias recibieron con normalidad los alimentos que les entrega la Fundación Amigos de la Comunidad de Colombia –que suscribe contrato con el ICBF– con el único fin de alimentar a los 12 niños de cada hogar infantil.

El problema es que después de recibir las provisiones –que debían durar una semana–, muchas de esas funcionarias cerraron los hogares comunitarios y guardaron los alimentos. ¿La razón? Entraban en paro nacional y no prestarían el servicio “hasta nueva orden”.

Semana conoció las 25 actas de entrega de los alimentos, que están firmadas por las madres comunitarias de este municipio. Allí quedó el registro de cada uno de los alimentos que recibieron para atender a los pequeños durante toda la semana pasada.

Así mismo, este portal tuvo acceso a las actas de visita que hizo la fundación, donde quedó registrado que sólo el hogar comunitario ‘El mundo de los niños‘ se encontraba prestando el servicio con normalidad. Los otros 24 se encontraban en paro.

“La semana pasada entregamos los alimentos con normalidad, pero la mayoría no prestó el servicio. Ellas manifestaron que tenían afiliación sindical y se unirían al paro, y por esa razón no atenderían a los niños (…) Hoy –lunes 11 de abril– sólo seis madres recibieron los alimentos y sí están trabajando. Las otras 19 siguen en paro”, explicó Nilson Caez, representante de esa fundación en Cesar, a Semana.com.

La semana pasada, esa organización –que contrata a las madres– presentó una denuncia ante la Asociación Red Nacional de Veedurías, donde manifestaron que suministraron los productos alimenticios a las funcionarias y no prestaron la atención a los niños.

“Empecé a investigar el tema y las madres me dijeron que la comida estaba guardada y que así estaría hasta que se levantara el paro. Lo preocupante es que muchos de esos alimentos, como las frutas, se podían perder en esa misma semana (…) Yo las admiro y las respeto como trabajadoras, pero no se puede jugar así con los alimentos de los niños”, manifestó el director regional Caribe de la Asociación Red Nacional de Veedurías, Luis Eduardo de la Hoz.

Semana.com intentó comunicarse con la representante de las madres comunitarias para hablar sobre esta situación, pero no fue posible contactarla. Por su parte, la directora del ICBF, Cristina Plazas, reanudó este lunes la mesa de negociación con el sindicato de madres, la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo.

Se espera que esta semana las madres comunitarias de todo el país y el Instituto logren llegar a un acuerdo en el que ambos salgan beneficiados. Pero sobre todo, uno en el que los niños puedan seguir recibiendo su atención con normalidad.