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El estudio sobre la legitimidad de las instituciones del Programa de Opinión Pública de la Universidad Nacional y el Centro Nacional de Consultoría se realiza cada dos años y busca la opinión de los colombianos de las capitales más importantes y de los municipios más alejados del país

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Colombia, entre la contradicción y el optimismo

La última encuesta sobre la confianza de los colombianos en las instituciones medida por el Programa de Opinión Pública de la Universidad Nacional arroja detalles reveladores sobre la percepción que tienen los ciudadanos de los temas más álgidos de la coyuntura. El uribismo sigue siendo mayoría, pero crece la crítica

8 de diciembre de 2007

Para entender la compleja realidad nacional hay que desafiar la lógica. Las constantes contradicciones que impone la agenda nacional hacen que parezca imposible encontrar las razones que explican el comportamiento y la valoración que los colombianos tienen frente a los problemas.

Por esto es valioso el aporte de la amplia y detallada encuesta que realizan académicos de la Universidad Nacional de la mano del Centro Nacional de Consultoría, sobre la legitimidad de las instituciones en el país. La encuesta consulta persona a persona 2.549 colombianos en 46 municipios, incluidos pueblos remotos de la otra Colombia.

No es una noticia nueva que después de la para-política los colombianos crean que el sistema político está resquebrajado: el 90 por ciento de los encuestados cree que los políticos nunca o rara vez dicen la verdad, consideran los partidos y el Congreso como entidades poco confiables y aceptan que ha habido un alto grado de infiltración de intereses ilegales en varias instituciones del Estado. Lo llamativo es que a pesar del oscuro panorama, afirman también que la situación del país está mejorando. Y la explicación es Uribe.

Pues aunque la gente identifica las fallas, mantiene su confianza en el Presidente. Y así se mantiene vivo el "país optimista", la franja mayoritaria de la población que muestra la encuesta son los que votan, los que le apuestan a la democracia y quienes están satisfechos con el rumbo del país.

El estudio evidencia que a pesar de que Uribe mantiene sus altos niveles de popularidad, se fortalece el bloque de "uribistas críticos", que siguen votando por el Presidente y tienen confianza en él, pero divergen de muchas políticas de su gobierno. Califican con severidad los resultados del gobierno en cuestión de empleo, de lucha contra la corrupción y en los temas de paz, en los que apenas alcanza un 3 sobre 5. Y en su caballito de batalla, la seguridad democrática, Uribe apenas se acerca a un 4 por ciento entre sus más fieles adeptos (ver gráfica).

La mayoría de la población considera que los desmovilizados que han contribuido a la paz pero han cometido delitos atroces (masacre, violación), merecen penas de cárcel muy altas. Deseo que contradice lo estipulado en la Ley de Justicia y Paz que promovió el uribismo. Igualmente, en el tema del intercambio humanitario hay un grueso bloque de personas -incluida una parte de la base electoral del Presidente- que cree en una posición más flexible. El 26 por ciento aprueba el camino del despeje y el 24 por ciento la opción de un referendo sobre el tema.

Para los politólogos, el estudio muestra que el famoso teflón de Uribe, que lo ha protegido de las tempestades de la coyuntura, empieza a rayarse. El 70 por ciento de los entrevistados afirma que la para-política daña gravemente la imagen del gobierno y el 9 por ciento cree que apenas lo toca.

El estado de alarma en amplios sectores de opinión también se hace evidente al analizar que aunque la población califica a Uribe como la figura pública más honesta, sólo alcanza un 3,4 por ciento sobre 5. En segundo lugar están los medios de comunicación con un 3,1. Los paramilitares y el Congreso aparecen en la cola, calificados como 'muy' corruptos.

Cuando se le pregunta a la población sobre la infiltración de grupos ilegales en las instituciones, la mejor librada es la Iglesia, le siguen las juntas de acción comunal. Pero un síntoma claro de la inconformidad con la penetración de los paras en la política es el porcentaje de la muestra que considera que este fenómeno tocó las puertas de la Casa de Nariño, de los partidos políticos, el Congreso, el Ejército y la justicia (ver gráfica).

Otra razón para afirmar que el uribismo crítico se consolida es que sólo el 26 por ciento de los encuestados apoya la posibilidad de que el presidente Uribe sea reelegido para un tercer período. La mayoría piensa que ocho años de mandato fueron suficientes e incluso hay un importante sector que quiere que se revierta esta medida y que los próximos gobernantes no puedan repetir. Es decir, que se regrese a la normatividad existente antes de 2005. El 26 por ciento, sin embargo, no considera nocivo que un presidente se pueda reelegir perpetuamente.

El país asiste a un debate ideológico entre izquierda, derecha y centro, y el estudio lo ratifica. La derechización advertida en otros estudios resulta parcialmente comprobada en éste, aunque el grueso de la población se ubica al centro. Y aquí se nota un movimiento de la tendencia. Comparado este resultado (ver gráfica) con el resultado de este mismo estudio en 2005, son más los encuestados que prefieren el centro.

El 'top' de las instituciones

Según la encuesta de la Universidad Nacional, las instituciones educativas, que comúnmente no aparecen en las mentes de muchos, son las más confiables para los colombianos. El dato llama la atención, ya que contrasta con estudios similares donde ni siquiera son mencionadas. Y además, refleja el respeto por la educación que tienen los ciudadanos y es una alerta que anuncia la necesidad de darles más realce a las políticas públicas en esta materia.

La Iglesia y el Ejército ocupan el segundo lugar en esta categoría. La mayoría de consultados afirma tenerles confianza, aunque otras partes de la encuesta muestran que la Fuerza Pública ha sido víctima de la infiltración de grupos ilegales. Siguen los noticieros de televisión, la Presidencia de la República y la Fiscalía. Y en la mitad de la tabla aparecen la Policía y los periódicos, con un nivel aceptable de confianza (ver gráfica).

A la Corte Suprema de Justicia no le va tan bien, aparece en el promedio de la tabla, pese al papel protagónico que ha tenido en el proceso de la para-política. Por su parte, el Congreso, que fue el epicentro del escándalo, está en los niveles más bajos de la confianza y comparte con los partidos políticos. Es diciente la baja confianza en el Polo Democrático Alternativo, que está muy cerca de los grupos ilegales, que aparecen en el último lugar de la tabla (ver gráfica).

La democracia, como sistema de gobierno, es apoyada por el 63 por ciento, pero el 17 por ciento preferiría otros sistemas políticos, entre los que no descartan un gobierno autoritario.

El punto más negro del estudio lo representa una franja de escépticos absolutos, que no cree en la institucionalidad, que no vota y no piensa hacerlo. Este grupo, a ojos de los investigadores, constituye el reto para los partidos políticos que, en su mayoría, incluidos los de izquierda, está en disputa por la misma población que apoya las instituciones por encima de las personas.

El programa de Opinión pública de la Universidad Nacional dará a conocer los resultados de este amplio estudio en una publicación que saldrá próximamente.
 
FICHA TÉCNICA
Nombre del estudio: Estudio de
Legitimidad Institucional
Número de encuestas: 2.549 distribuidas
en 19 departamentos y
46 municipios del país.
Cobertura: Mujeres y hombres
mayores de 18 años
residentes en los
46 municipios
Técnica de recolección: encuestas
presenciales en hogares
Fecha de recolección: 5 de octubre
de 2007 a
26 de octubre de 2007