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A LA GUILLOTINA CON GUSTAVO GÓMEZ

“Colombia está bastante preparada para ‘frentear’ la crisis”

El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, habló en vísperas de la asamblea de Medellín sobre su gestión y las posibilidades del país de sortear con éxito las dificultades del momento.

21 de marzo de 2009

Luis Alberto Moreno pasa más de la mitad de su vida metido en un avión, acompañado por una maleta de mano a la que alguien que lo quiere mucho llama la "Baby Gap". Uno de tantos aviones pronto lo traerá a Colombia para ponerse al frente de la asamblea con la que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) celebra 50 años. Bill Clinton y otras 5.099 personalidades lo acompañarán durante 15 días de jornadas avivadas por la crisis. Antes de llegar, este presidente que busca la reelección sin que se oigan mayores objeciones, pone el cuello en la guillotina.

GUSTAVO GÓMEZ: Comencemos por las fáciles: ¿sabe el nombre del próximo presidente del BID?

LUIS ALBERTO MORENO: Esa respuesta no depende de mí.

G.G.: Pero los presidentes de los organismos multilaterales como el BID suelen estar mucho tiempo al frente del timón. ¿Es la idea?

L.A.M.: Para consolidar una gestión es importante permanecer un tiempo importante en los cargos.

G.G.: ¿Lo entienden ahora los brasileños, que en su primera elección no lo respaldaron?

L.A.M.: Tengo excelentes relaciones con los 48 accionistas del banco, y a Brasil he aprendido a conocerlo y admirarlo.

G.G.: En el panorama de su primera elección eran grandes protagonistas el presidente Bush, que se fue rodeado de una inocultable impopularidad, y el presidente Uribe, que pareciera ser la isla de una región tentada por las ideas de izquierda. ¿Esas ausencias le dificultarán la reelección?

L.A.M.: Es importante tener el apoyo del país de uno, pero también se mira en esto la gestión y se necesita el concurso de todos los países, donde, sin duda, pesa Estados Unidos.

G.G.: ¿Qué tanto lo separaron de Uribe las declaraciones que dio sobre la inconveniencia de la reelección de él?

L.A.M.: Siempre he tenido un diálogo honesto con el Presidente, y en su momento lo dije con el absoluto convencimiento de que la reelección no es buena para él ni para la democracia colombiana.

G.G.: ¿Cómo va el proceso de sintonizarse con Barack Obama?

L.A.M.: Lo conocí cuando era senador, y conozco a mucha de la gente que hoy lo rodea, gracias a la experiencia de la embajada en Washington. Muchas de las personas que fueron parte del gobierno Clinton, y con las que tuve cercanía, están con Obama.

G.G.: El senador Richard Lugar consignó en una carta la preocupación que le producía ver que el BID tenía pérdidas más elevadas que las de otros bancos de desarrollo. ¿Quedó satisfecho Lugar con sus explicaciones?

L.A.M.: No hay nada de raro en que un senador que, como él, tiene que ver con la Comisión de Relaciones Exteriores manifieste esas inquietudes. Lugar ha sido gran amigo del BID y de los bancos de desarrollo, como me lo recordó esta semana.

G.G.: ¿Le mandó otra carta?

L.A.M.: Sí, en muy buena tónica, y hemos hablado un par de veces. Tengo que entender la preocupación de Lugar, porque Estados Unidos es el principal accionista del banco. Tuvimos pérdidas en un escenario mundial donde la crisis ha dejado cifras de 50 billones de dólares, algo así como 22 veces la economía de América Latina y el Caribe. Es normal frente a una situación económica que el mundo no ha vivido en 75 años.

G.G.: Su gran reto es doblarle el volumen del capital al banco. ¿Cómo va a hacerlo en momentos en que el mundo se encoge?

L.A.M.: El banco ha hecho un enorme esfuerzo que se traduce en que nuestra actividad de crédito, que estaba alrededor de 6.000 millones de dólares, ha venido aumentando. A un punto tal, que en 2007 aprobamos cerca de 9.000 millones, y el año pasado, casi 11.200. Este año estaremos mirando aprobaciones que se acercan a 18.000 millones.

G.G.: ¿Es posible mantener esos ritmos en épocas tan difíciles?

L.A.M.: No, sobre todo porque los productos del banco tienen una mayor demanda y porque, si se mira hacia adelante, hay que concluir que la crisis nos está llegando casi con un año de distancia y es de suponer que el año entrante va a ser más difícil para Latinoamérica.

G.G.: ¿Cómo le va con los dueños de grandes fortunas? ¿Usted es el colombiano que más amigos millonarios tiene?

L.A.M.: A mí me va bien con todo el mundo, por fortuna.

G.G.: ¿Ellos son una buena guía en momentos de crisis?

L.A.M.: En las crisis, los que más tienen son los que más pierden.

G.G.: Muchos presidentes de la región están pensando en aplicar políticas de proteccionismo para blindarse. ¿Es el gran peligro para el libre comercio regional?

L.A.M.: Sin duda. De los 20 países que conforman el G-20, 17 han venido introduciendo medidas que reducen el comercio, y eso a pesar de que se había dicho que esos países tendrían un inmenso compromiso de evitar el proteccionismo.

G.G.: ¿Cuánta gente en Latinoamérica va a volver a la pobreza a causa de la situación económica?

L.A.M.: Si uno asumiera que, en la última crisis, en Latinoamérica cayó en un 1,4 por ciento el ingreso per cápita, eso podría significar cerca de unos 13 millones de personas que pasarían a la extrema pobreza.

G.G.: ¿Qué tan duro vamos a sentir el golpe de la caída de las remesas?

L.A.M.: Fuerte. El año pasado no crecieron los montos de las remesas y en algunos países ya caían, en enero, entre el 10 y el 13 por ciento.

G.G.: ¿Es cierto, como dice el gerente de Opain, que usted va a hacer en Medellín el anuncio de 160 millones de dólares para las obras de El Dorado?

L.A.M.: No puedo hablar de que vamos a aprobar un crédito sin haberlo aprobado, pero estamos trabajando uno muy importante para ellos.   

G.G.: ¿Va a financiarle el metro a Samuel Moreno?  

L.A.M.: Inicialmente dimos recursos para que se hicieran los estudios, y en la medida en que avancen, estaremos mirando ese proyecto.

G.G.: El presidente Uribe dice que financiará metro y tren de cercanías. ¿Lo dice porque cuenta con su respaldo?

L.A.M.: Nuestros equipos han estado mirando, pero estamos en una fase muy preliminar. Esperemos.

G.G.: En términos económicos, ¿el de Uribe ha sido un buen gobierno?

L.A.M.: La economía colombiana está en una posición de fortaleza. El comercio exterior ha crecido significativamente, el país tiene unos montos de reservas grandes y, gracias a las mejoras en seguridad, ha habido un aumento de inversión extranjera. Como otros países, Colombia va a tener déficit de cuentas corriente y fiscal, pero está bastante preparada para 'frentear' esta crisis.

G.G.: ¿Le parece que el Banco de la República atiende la petición del gobierno de bajar las tasas de interés?

L.A.M.: Tengo mucho respeto por el presidente del Banco de la República y su Junta que, cuando vio cambios en la economía mundial, inyectó liquidez al sistema. En el momento en que estaba recalentada la economía colombiana aumentaron las tasas y eso ayudó. Tengo un balance positivo de su actividad.

G.G.: Siempre hemos necesitado dineros externos, no sólo del BID, sino de Estados Unidos. Francisco Santos desató una polémica cuando aseguró que el Plan Colombia ya no es necesario. ¿De acuerdo con Santos?

L.A.M.: Es un tema de política exterior colombiana, pero puedo decirle que cualquier cosa que uno haga, tiene que hacerla con cabeza fría, pensando y teniendo en cuenta todo lo que está de por medio para Colombia.

G.G.: ¿Se embolató el TLC?

L.A.M.: No, hay una coyuntura política difícil y demasiados temas en la agenda legislativa. Hay que tener paciencia, pero estoy seguro de que el tratado será aprobado.

G.G.: Andrés Pastrana le dijo a SEMANA que lo ve a usted como presidente del BID, pero no como presidente del país. ¿La lectura de Pastrana es adecuada?

L.A.M.: Es adecuada en el sentido de que siempre he dicho que no tengo interés en hacer algo distinto, en este momento, que concentrar todas mis energías en el BID.

G.G.: ¿Qué tanta sintonía tiene con la vida política del país?

L.A.M.: Uno como colombiano nunca deja de ser colombiano, de tener interés en lo que pasa, pero sólo se tiene una mirada confiable cuando está uno allá metido en el día a día.

G.G.: No se deja de ser colombiano y, en su caso, no deja de ser conservador.

L.A.M.: No voy, de ninguna manera, a decir que dejé de ser conservador, pero creo que lo importante es el amor por el país de uno, que no se pierde. Muy por el contrario, la distancia acrecienta ese amor…

G.G.: Bueno, ¡es que su corazón está en Colombia!

L.A.M.: En todo sentido.

G.G.: ¿En todo sentido?

L.A.M.: Déjelo ahí.