Colombia podría recibir presos de Guantánamo

La canciller de Colombia, María Ángela Holguín, dijo el jueves que el país recibió la solicitud global de Estados Unidos para admitir en el país presos de Guantánamo, pero que aún no se ha estudiado ni tomado ninguna decisión al respecto.

"Nosotros hemos oído atentamente esa solicitud de EE. UU., pero no hemos avanzado absolutamente en nada con ellos en este tema. Ya hicieron solicitud y no hemos dado respuesta ni hemos hablado en profundidad del tema", afirmó la ministra de Relaciones Exteriores en una rueda de prensa en la Cancillería.

Holguín insistió en que este asunto todavía no ha sido "analizado" por el Gobierno, frente a versiones de la prensa uruguaya que afirmaron que Colombia y Brasil se podían sumar a la decisión de Montevideo de acoger al menos a cinco reclusos de los 154 que permanecen en la prisión.

"Nosotros hemos visto los acercamientos que ha habido con otros países de la región, yo creo que esto en general es con todos los países del mundo porque se necesita de alguna manera poder tener algún lugar para que los detenidos de Guantánamo puedan tener una vida", agregó Holguín.

El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció su intención de cerrar el penal antes de que finalice el año y aunque avanzan las conversaciones con naciones extranjeras, existen obstáculos para su ejecución, como los 86 presos yemeníes cuyo país de origen se encuentra en una situación de inestabilidad que no ofrece garantías para su repatriación.

Sin embargo, el sistema penitenciario colombiano atraviesa una complicada crisis humanitaria por el alto índice de hacinamiento.

Según cifras del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) publicadas en mayo pasado, el índice de hacinamiento en las cárceles del país era del 55,2 %, lo que supera en 41.802 internos la capacidad total.

A pesar de que las cárceles de carácter nacional del país tienen capacidad para albergar a 76.066 presos, actualmente hay 120.387 reclusos que copan la capacidad del sistema penitenciario, una situación que es motivo de constantes llamadas de atención de instituciones que velan por los derechos humanos.