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Cómo les fue a los godos

Los social-conservadores perdieron terreno en la Cámara, la votación total, las alcaldías y algo menos en el Senado.

16 de abril de 1990

Mucho se había especulado en los últimos meses sobre la suerte que correría el Partido Social Conservador en las elecciones del 11 de marzo. Algunos analistas hacían predicciones que rayaban en lo catastrófico, asegurando que perderían numerosas curules y muchas alcaldías, aparte de un retroceso importante en la votación total.
Y la verdad es que, aunque no todas las cifras del descenso conservador son igualmente dramáticas, la situación es altamente preocupante, como lo registraron dirigentes como el senador Carlos Holguín Sardi, el miembro azul de la Cámara Alta que mayor votación individual obtuvo quien pidió la convocatoria de una especie de convención para analizar los resultados y efectuar un juicio de responsabilidades.
La verdad es que en términos de la votación global, los conservadores vienen perdiendo terreno desde 1978 cuando al igual que en 1982, su participación porcentual en el total de votos rondaba el 40%. Hoy esa participación se ha reducido hasta un 32.4%, si se analizan las cifras con base en más del 82% de las mesas escrutadas.
En cuanto al Senado, la cosa no fue tan grave como algunos la vaticinaron. Los azules perdieron tres de las 44 curules que tenían. El problema es que los liberales aumentaron en cinco su total, con lo cual la diferencia entre una y otra bancada creció en ocho curules a favor de los liberales. Si antes los godos ocupaban el 38.6% de las curules del Senado y los liberales el 57.9%, ahora los primeros sólo ocupan el 35.9% y los segundos el 63.2%.
En la Cámara, según lo que se podía calcular con el porcentaje de mesas escrutadas al cierre de esta edición, los liberales aumentaban en siete sus curules, y los conservadores perdían 11. La diferencia entre una y otra bancada crece así en 18 curules a favor de los liberales.
Pero tal vez lo más preocupante sea lo sucedido en las alcaldías donde los conservadores, que tenían en su poder más del 40%, ahora sólo ocupan un 36% del total del país, mientras los liberales, que apenas estaban en posesión del 45%, ahora pasan a ocupar más del 55%. Si se analizan las 25 capitales más importantes, puede verse que los conservadores siguen ocupando seis, como hace dos años. El problema para ellos es que las seis que ganaron el 11 de marzo son mucho menos importantes en habitantes y presupuesto que las seis que tenían antes en su poder. Si se hacen cálculos globales de habitantes de esas 25 ciudades gobernadas por conservadores antes y ahora, puede verse como en 1988 cerca de nueve millones de personas en esas capitales tenían un alcalde azul, mientras que ahora sólo cerca de tres millones lo tienen. Eso se debe básicamente a la pérdida por los conservadores de las dos ciudades más importantes del país: Bogotá y Medellín, difícil de compensar con la victoria en Cali.
Al cierre de esta edición y cuando la sección de cartas ya estaba en la imprenta, la dirección de SEMANA recibió una del ex presidente Misael Pastrana Borrero en la cual el ex mandatario se refiere a estos temas.
La misiva es la siguiente:
Señor director:
"Se acabó el Partido Conservador" con entusiasta interrogante fue el sonoro título de la portada de esa revista en su edición del 31 de octubre.
En un recuadro se señalaba que nuestra colectividad en las elecciones de marzo "reduciría su bancada de 43 a entre 35 y 37 curules, o incluso menos" más adelante, ponía en labios de algún supuesto miembro de mi partido que se podrían perder unas 12 o 14 curules", o sea, las mismas que alegremente durante dos días nos hizo perder una cadena radial con el anuncio de la liquidación del PSC. Dentro de ese alegre análisis hacía su revista descender eventualmente nuestra representación en el Senado a solo un 30%.
Aún cuando se es objetivo es difícil ser profeta, en especial en politica. La verdad es que de los mencionados 43 miembros del Senado los lentos organismos electorales ya han contabilizado 42 y hemos conquistado representación a ese cuerpo en Caquetá, Chocó, Meta, Cesar, que antes no la teníamos. Perdimos senadores por simple error de división de listas, y es así que en Nariño con 120 mil votos sólo alcanzamos una curul, y en Norte de Santander con cerca de 100 mil de igual manera únicamente una. Y alcanzamos ese guarismo desde la intemperie enfrentados a todos los abusos del poder, en contraste de que hace cuatro años el PSC contaba con uno de los suyos en la dirección del Estado .
Le pregunto: ¿no sería justo reconocer el error? A no ser que ustedes en su extenso artículo hubieran querido enterrar al Partido Conservador pero no al Partido Social Conservador.
MISAEL PASTRANA BORRERO