Condenan a funcionaria que graduaba cirujanos plásticos con títulos falsos

Los títulos falsos se repartieron entre el gremio de la cirugía plástica y causaron estragos en los cuerpos de cientos de personas que querían cambiar su apariencia. A algunas, incluso, les costó la vida. Este jueves, un juez emitió la primera condena contra uno de los eslabones de esa cadena que puso en riesgo a tantos: los convalidadores de los diplomas.

Leonor Herreño, exfuncionaria de la Subdirección de Talento Humano del Ministerio de Educación, llegó a un acuerdo con la Fiscalía que finalmente fue avalado por un juez, en el que acepta los delitos de cohecho, falsedad en documento privado y fraude procesal.

La mujer admitió su participación en la convalidación de por los menos 44 falsos cirujanos. En muchos de estos casos, los médicos hacían cursos breves en países como Brasil, Perú o Argentina, que eran maquillados como títulos de posgrado, y con los que ejercían la plástica sin tener ni las acreditaciones ni los conocimientos necesarios.

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“Tras la dificultad de homologar los títulos en Brasil, contactaron a Leonor Herreño, ella les comentó de un tramitador internacional para que les colaborara con la elaboración de la carpeta. El proceso costó más de 17 millones de pesos, el dinero fue consignado al hijo de la funcionaria”, dijo el fiscal del caso.

Herreño fue capturada inicialmente en 2016, luego de que la misma Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica denunció irregularidades en los documentos que los médicos usaban para acreditar sus estudios. Una de las pruebas de la falsedad de los títulos es que tenían fechas de convalidación del 2010, cuando los trámites se habían adelantado en 2013.

Esta decisión no cierra el episodio de los falsos cirujanos. Al menos 6 médicos están en juicio porque habrían ejercido sin tener los diplomas necesario, y se calcula, de acuerdo a las mismas declaraciones de Herreño, que podrían ser decenas más. Ella, por ahora, espera a que, el 23 de julio, el juez que ya la encontró culpable determine el tiempo que tendrá que pasar en prisión por jugar con la salud de cientos pacientes solo por sacar una tajada.