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El presidente Juan Manuel Santos rodeado por los jefes de la Unidad Nacional y el ministro del Interior Fernando Carrillo. Tras la primera reunión de la coalición en 2013, Santos anunció respaldo al proceso de paz y apoyo a la reforma de salud. Por primera vez mencionó la posibilidad de tramitar una reforma política.

POLÍTICA

Congreso: a jugarse sus restos

La Casa de Nariño cuenta con el respaldo de la Unidad Nacional, pero aprobar reformas sociales serán un desafío.

7 de marzo de 2013

Después de tres meses de recreo, los congresistas regresarán al Capitolio desde el próximo martes 19 de marzo para una de las sesiones más cortas en el calendario, pues volverán a salir a receso el 20 de junio. Estos tres meses serán una carrera contra el reloj, pues todavía tienen muchas tareas pendientes.


Por un lado, hay actualmente en trámite 326 iniciativas parlamentarias y 50 del gobierno. Como las elecciones ya se vislumbran en el horizonte, los parlamentarios buscarán darle prioridad a los proyectos propios para poder mostrar resultados en sus regiones y asegurar su reelección.

Sin embargo, el presidente Santos sigue insistiendo con reformas de alto impacto, una decisión inusual para un tercer año de gobierno. La costumbre dicta que las grandes iniciativas se reservan para los primeros dos años, cuando el Ejecutivo conserva la emoción y el respaldo de la opinión pública, así como el músculo burocrático. Sin embargo, y a pesar de advertencias de colaboradores cercanos que dicen que el desgaste en la relación con los congresistas es evidente, la instrucción es presentar varios proyectos. 

Según trascendió después de la primera mesa de Unidad Nacional del año que reunió a los jefes de los partidos de la coalición, la prioridad de Santos es la reforma a la salud, que esta semana será socializada con las bancadas políticas. También será clave la reglamentación del fuero penal militar a través de una ley estatutaria y la reforma al Código Penal Militar. Por lo pronto, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y el de Defensa, Juan Carlos Pinzón, deberán trasladar sus despachos al Capitolio para vigilar el buen trámite de sus leyes. Por otro lado, acordaron tramitar el tratado de libre comercio con Europa y aprobar la Alianza Pacífico. 

El gobierno también tiene otro grupo de leyes prioritarias que aún no tienen fecha para su presentación. El presidente mencionó un proyecto para garantizar la inversión extranjera en Colombia y una iniciativa que busca agilizar las obras de infraestructura. Además, buscan reformar el Código Penitenciario y Carcelario, revisar el estatuto de drogas, y también hablaron de una posible reforma política. Es la primera vez que el gobierno, antes reacio, menciona la posibilidad de evaluar la necesidad de realizarla. Por otra parte, la reforma pensional sigue siendo un gran enigma. Aunque se anunció con bombos y platillos, después recibió un tratamiento de segunda categoría por parte del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y aún está pendiente un acuerdo en materia fiscal. Todo parece indicar que Rafael Pardo, ministro de Trabajo, quien ha trabajado en la reforma pensional desde que se creó la cartera, es la última víctima de la descoordinación que se palpa en el gabinete del presidente Santos.

También vale la pena recordar que el gobierno nacional todavía tiene muchas deudas pendientes con la opinión pública. Ha hecho varios anuncios sobre proyectos clave que aún no llegan al Capitolio. Se trata de la Ley de Desarrollo Rural, la reforma a las corporaciones autónomas regionales, la reforma a la educación superior y el Código Minero entre otros. Varias de estas iniciativas son fundamentales para las locomotoras –como la minería y la de agricultura– y si se quedan en anuncios, la inconformidad en varios sectores no será menor. La consulta previa ha resultado ser una talanquera que le ha ganado el pulso a más de un ministro y el debate sobre la figura y su buen uso también es urgente. 

Por ahora la coalición de gobierno parece estar sólida y respaldar la agenda presidencial. A pesar de que hay unas cuantas voces aisladas de protesta, Santos goza todavía de amplias mayorías para sacar adelante sus leyes. Aunque cada vez al Ejecutivo le salga más costoso. Y en un año preelectoral como este, los congresistas estarán más hambrientos que nunca.