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Arancha González Laya fue durante varios años directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional de Naciones Unidas. Desde enero maneja las relaciones exteriores de España. | Foto: foto: Nacho Gómez

ENTREVISTA

El apoyo a países receptores de migrantes es clave en la crisis de la covid-19

La ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya, explica los objetivos de la Conferencia Internacional de Donantes que sesionará el martes para recoger fondos destinados a paliar la crisis migratoria en América Latina.

23 de mayo de 2020

El gobierno español muestra de nuevo su solidaridad con los fenómenos sociales que ocurren en América Latina. Movilizó recursos bilaterales y multinacionales para apoyar los esfuerzos de los Gobiernos regionales a fin de enfrentar la crisis migratoria en el contexto de una situación agravada por la pandemia. SEMANA habló sobre el tema con Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno español.

Semana: ¿Quién convoca la conferencia de donantes del martes y qué la motiva?

ARANCHA GONZÁLEZ: La convocan España con el alto representante de la Comisión Europea y con dos copatrocinadores, que son la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Se trata de un esfuerzo común que quiere llamar la atención sobre la situación específica de una serie de países en América Latina que tienen refugiados y migrantes en su suelo y que necesitan de un ejercicio de solidaridad internacional.

Semana: ¿Y cuál es en concreto el papel de España?

A.G.: España ha tomado un poco el liderazgo de esto porque piensa que esta es una situación que necesita de la atención internacional. Algo que no sabemos y de lo que no hablamos a menudo es que esta es la segunda situación en el mundo con más refugiados y emigrantes detrás de Siria. Entonces, es un ejercicio de solidaridad con aquellos países que están ejerciendo la solidaridad con sus vecinos. Porque en realidad acá de lo que se trata, cuando yo veo las cifras, es de una serie de naciones –Colombia, Perú, Ecuador, Chile, en menor medida Brasil, Argentina– que están albergando en su territorio esta población, con grandes esfuerzos. El caso de Colombia es el más importante, con 1.800.000 personas venezolanas en su territorio, a los que acoge, a los que acompaña y les presta una serie de servicios públicos. Bueno, merecen una mano.

Semana: ¿Quiénes van a participar?

A.G.: Alrededor de 30 países. Están Estados Unidos, Canadá, Noruega, Suecia, Irlanda, Portugal –por supuesto, gran amigo también de la región–, Italia, Alemania, Japón y otros más, amén del Parlamento Europeo, la Organización de Estados Americanos, la Santa Sede. Pero el grueso de los participantes está compuesto por países que quieren apoyar a los que reciben emigrantes o que quieren contribuir financieramente, al fin y al cabo es una conferencia de donantes. Están también instituciones financieras internacionales, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones, que lo que buscan es contribuir de una manera clara a una respuesta solidaria.

Semana: ¿Este apoyo se enfocará en actividades específicas relacionadas con la recepción de migrantes venezolanos?

A.G.: Bueno, cada país tiene sus propios planes para los cuales buscan una financiación. En algunos de ellos se trataría de reforzar, por ejemplo, los servicios de salud; en otros, entregar el acceso al agua, servicios básicos alrededor de la higiene, etcétera. En otros, se trata de programas temporales de transferencia de dinero para que los emigrantes puedan iniciar pequeños negocios, o suministro de alimentos, o un refugio, o una vivienda, educación. En fin, cada país ha hecho un listado de lo que necesita. Y lo que nosotros buscamos es conceder financiación para corresponder a necesidades expresadas en este caso.

Semana: Resulta sorprendente este esfuerzo de solidaridad en tiempos de pandemia…

A.G.: Al contrario, tengo que decir que, claro, este ejercicio de solidaridad tiene aún más sentido en plena crisis de la covid-19, cuando al esfuerzo de acoger de la mejor manera a los refugiados y migrantes se añade el tener que protegerlos como protegen a su propia población del impacto de la covid-19, o tratar a aquellos que han sido contagiados. O sea que la pandemia agrava la situación y aumenta la necesidad de acompañar a los países de esta región.

"Este no es un ejercicio para discutir quién tiene la razón en términos políticos, sino para responder a los ciudadanos".

Semana: ¿Qué tanto componente tiene este esfuerzo de participación del sector privado?

A.G.: Por supuesto, el sector privado participa de estos esfuerzos, en gran parte, al acompañar y asesorar, como decía antes, la gestión de pequeños préstamos para que los emigrantes o refugiados puedan iniciar una actividad económica rentable. Evidentemente, en cada uno de los países hay plataformas del sector privado que buscan apoyar los esfuerzos de los Gobiernos para acoger a los recién llegados. Es en realidad casi un esfuerzo público-privado, en el que cada uno tiene que poner un poquito de la solución, y la cooperación internacional tiene que poner otro tanto para aliviar la situación de los países receptores, que, al fin y al cabo, tienen gente que necesitan sentir que ellos también cuentan en esta discusión.

Semana: El presidente Nicolás Maduro ha negado que haya una crisis migratoria proveniente de Venezuela. ¿Estos esfuerzos de carácter humanitario, concertados con otros países, tienen incidencia en las relaciones de la Unión Europea, de España o de las otras entidades internacionales con el Gobierno de Caracas?

A.G.: Bueno, por encima de las diferencias políticas y de las declaraciones que puedan hacer unos u otros, a nosotros lo que nos preocupan son las personas. Los ciudadanos, aquellos que están sufriendo las penalidades de su país. Ahí están las cifras oficiales de organismos de Naciones Unidas. Y no tengo que quitar ni que poner a esas cifras, pero hay alrededor de 5 millones de venezolanos desplazados en la región y todas esas personas necesitan un acompañamiento. Como también necesitan de un acompañamiento los colombianos, peruanos, ecuatorianos, que ahora mismo se enfrentan a una dura crisis de la covid-19; como también necesitan un acompañamiento los ciudadanos que están en Venezuela sufriendo el impacto de la covid-19. Este no es un ejercicio para discutir quién tiene razón o no en términos políticos, sino para responder a las necesidades de los ciudadanos. Esto es lo que nos ha impulsado a convocar esta conferencia de donantes.

Semana: ¿Y esto tiene antecedentes?

A.G.: Esta reunión, por ciento, tuvo ya un precedente en el otoño de 2019. Entonces la Comisión Europea en Bruselas convocó una conferencia de solidaridad para con los refugiados y emigrantes venezolanos. Lo hizo casi más para crear una conciencia sobre la existencia de esta cuestión. Pero ahora hemos dado un paso más, pues no basta con crear conciencia, sino acompañar la respuesta. Pero la respuesta, como digo, a los y a las ciudadanas. De eso se trata, no de entrar en cuestiones políticas, aunque también por supuesto las tratamos. La Comisión Europea, que preside el Grupo Internacional de Contacto, uno de los que busca una resolución por la vía del diálogo al conflicto político en Venezuela, será convocada en breve por el alto representante de la Unión Europea y España participará. Pero tiene una sede que es el Grupo Internacional de Contacto. Este es un ejercicio complementario pero diferente.

No será un escenario tanto de discusión y deliberación, sino que habrá una contribución respetable de recursos, y las cifras que tenemos de los países así lo indican.

Semana: ¿Y cómo podríamos medir el éxito de la convocatoria? ¿Usted tiene algún anuncio al respecto que podamos adelantar?

A.G.: Yo no quisiera hacer algún anuncio en particular, porque estamos todavía en fase de preparación. Hay algunos países que están dándonos sus cifras y yo no quisiera tampoco dar una imagen anticipada. Pero sí puedo asegurar que será un ejercicio serio de solidaridad para con la región. No será un escenario tanto de discusión y deliberación, sino que habrá una contribución respetable de recursos, y las cifras que tenemos de los países así lo indican.

Semana: Cambiando un poco de tema, pero siempre con la pandemia de fondo, ¿cuál fue el mensaje de España en la reciente Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, en particular, en cuanto a la investigación propuesta por muchos de los países acerca del manejo del inicio de la situación, particularmente en China?

A.G.: Bueno, nosotros tenemos una posición bastante coherente en esto, fuera y dentro de España. El presidente del Gobierno anunció al inicio de la pandemia que en España habría un examen, una pesquisa acerca de qué funcionó, qué no funcionó, cómo se manejó, con el objetivo de aprender para mejorar nuestra preparación para la próxima pandemia. No es un ejercicio de señalar con el dedo, sino para entender cómo se puede hacer mejor para la próxima vez que pueda ocurrir, que esperamos no sea en breve. Y lo mismo que nosotros pensamos que esto vale para España también para la OMS. Por eso, España ha apoyado que se haga un examen de cómo ocurrió, cómo se gestionó en sus pasos iniciales, cómo se ha ido gestionando. Pero no lo hemos hecho como un ejercicio político, sino muy práctico, para entender qué hay que cambiar, tanto en la OMS como en los países.