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Alejandro Linares es un abogado que llegará a imprimirle pragmatismo a la Corte Constitucional. Esta era la cuarta vez que intentaba llegar a la Rama Judicial. | Foto: Andrés Gómez

CORTES

Alejandro Linares: el magistrado conciliador

El nuevo miembro de la Corte Constitucional será clave para devolver el buen ambiente a ese organismo y para las decisiones más importantes del país.

7 de noviembre de 2015

Quienes conocen a Alejandro Linares dicen que es un hombre agradecido. Desde que quiso entrar a las cortes, no dejó de llamar uno a uno a los senadores que lo apoyaron con su voto así perdiera. Y tanta llamada dio sus frutos. La semana pasada logró un asiento en la Corte Constitucional, puso de acuerdo a santistas y uribistas y evitó una batalla campal en su casa, donde no aguantaban una cuarta derrota.

La elección estaba cantada. Con 64 votos, le ganó a las otras dos postuladas, las constitucionalistas y expertas en derechos humanos Catalina Botero (sacó 18) y Magdalena Correa (sacó 3). La diferencia de Linares se explica por varias razones. La primera es que es la cuarta vez que intenta llegar a la Rama Judicial. Se lanzó dos veces al Consejo de Estado, una a la Corte Suprema de Justicia y esta última a la Constitucional. Eso le dio cierta cancha en la materia. La segunda es que se dedicó a hacer una campaña con todas las de la ley. Alquiló una oficina en el Hotel de la Ópera, contrató dos asistentes para que le facilitaran sus contactos en el Congreso, visitó uno a uno a todos los senadores, programó citas con las bancadas y hasta viajó a Barranquilla para asegurar los votos de la bancada costeña.

Varios analistas alcanzaron a decir que esta sería una pelea de géneros en el Capitolio. Y así fue. Aunque por Linares votaron en bloque Cambio Radical y el Partido Conservador, en las toldas liberales mujeres como Viviane Morales y Sofía Gaviria fueron solidarias con su género. Lo mismo pasó con el Centro Democrático, pues aunque los hombres se fueron con Linares, varias senadoras votaron por Catalina Botero. También causó curiosidad que a pesar de la cercanía de Linares con el gobierno, el partido que menos le sumó a su victoria fue La U. Al parecer, la pelea interna contra su director Roy Barreras está tan dura que no hay consenso entre los congresistas ni para esas decisiones.

En todo caso la llegada de Linares a la corte tiene múltiples significados. Por un lado, es un abogado experto en finanzas que viene del mundo privado y eso le puede dar cierta tranquilidad a ese sector. Al ser ternado por el presidente Juan Manuel Santos es obvio que es una persona afín a sus políticas, incluido el proceso de paz. Eso para el gobierno es positivo sobre todo ahora que la corte tendrá que revisar, si se aprueba en el Congreso, el Acto Legislativo para la Paz y muchas otras decisiones de gran calado para que lo acordado en La Habana se pueda implementar. Y por otro lado, quienes lo conocen aseguran que es un hombre liberal y pragmático, que llegará a inclinar la balanza hacia el progresismo en asuntos tan difíciles como el aborto y la eutanasia.

Para él la corte necesita aterrizar sus decisiones, y eso, desde su punto de vista, solo se logra a partir de una mirada más práctica de los asuntos y una posición más conservadora en los temas económicos. Lo que puede jugarle en contra, y que hasta él mismo reconoce, es que se pasa de conciliador. Lo cierto es que el mayor reto de Linares no será solamente revisar el acuerdo con las Farc, sino ayudar a la firma de una paz que todavía está lejos: la del Ejecutivo con las altas cortes.