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| Foto: Pixabay

JUSTICIA

Un lunar secreto se convirtió en la prueba reina a favor de una viuda

Este es el caso de una mujer que pasó por un verdadero drama al haber quedado en la mitad de dos hermanos: uno vivo y uno muerto. Con recursividad, logró demostrarle a la justicia quién tenía la razón.

22 de junio de 2018

Los anaqueles judiciales están repletos de historias que podrían ser adaptadas a verdaderas telenovelas. Pocas trascienden a la luz pública, pero allí también se dan desenlances sorpresivos a dramas con los que muchos conviven día a día. Historias, en las que la trama obliga a que la justicia busque en los detalles más secretos para poder llegar a la verdad.

Este es el caso de una familia promedio de Bucaramaga, cuya historia comenzó con amor y felicidad, pero se interpusieron la muerte, la intriga y el dinero. Al final, fue la Corte Suprema de Justicia la que tuvo que decidir cómo repartir una pequeña fortuna haciendo uso de una prueba que surgió del lugar menos esperado.

El caso comienza con el noviazgo de una pareja que dio el siguiente paso en el año 2005, cuando tomó la decisión de vivir bajo el mismo techo. Él era conductor de bus, ella se dedicaba a oficios varios; en sus días libres ella lo acompañaba a hacer el recorrido, le sacaba el almuerzo; fotografías acreditan que estaban enamorados, se ve cómo ella se sienta en sus piernas y él la abraza. Él llegaba a las 9 o 10 de la noche y ella le tenía lista la comida.

Pero seis años después la tragedia invadió este pequeño hogar cuando él falleció.

El golpe que sufrió la mujer fue el comienzo de un drama aun mucho más confuso. Al momento de reclamar la herencia, el hermano del difunto le contó a la justicia una historia de amor diferente. Según su relato, la mujer de las fotos en realidad era su novia. Dijo que vivieron juntos en la casa de sus padres y su relación era tan estable que ella aparecía como beneficiaria de la afiliación a la EPS. La mujer vivió un infierno cuando el resto de la familia -padres y hermanos- aseguraron en los estados que conocían de la relación que ella sostenía con el pariente vivo, no con el muerto. Y le pidieron a un juez de Bucaramanga repartir el dinero entre su verdadera familia y dejar sin nada a la falsa viuda.

Al examinar la evidencia, el juzgado le dio en primera instancia la razón a la familia del difunto. Ello llevó a que la mujer impugnara la sentencia, pidiéndole a los magistrados del Tribunal Superior de Bucaramanga echar mano de una prueba que había sido pasada por alto.

Previo a los interrogatorios, durante la parte inicial del proceso, ella al ver la postura que había asumido la familia que por años creyó como propia, tomó la decisión de pedirle a un médico que acreditara la existencia de un pequeño pero notorio detalle en su zona íntima: un lunar. Con esta evidencia en mano fue a la Fiscalía para que interrogaran al hermano vivo que la decía su compañera; la sorpresa para los magistrados que analizaron con cuidado el interrogatorio es que cuando confrontaron al hombre, no tenía conocimiento de esta evidente característica física.

Para los encargados de impartir justicia este hecho no podía pasar desaparecibido para quien fuera su compañero permanente por 4 o 5 años. Además, encontraron justificados los argumentos de la mujer, quien explicó que su pareja no podía tenerla en la EPS porque ya tenía como beneficiaria a la madre de la familia, que padecía de cáncer. Por ello, en el papel quedó como beneficiaria de su cuñado.

A las pruebas también allegó el documento con el cual su cónyuge estando vivo la hizo beneficiaria del 50 por ciento de un seguro de vida, aunque para el momento de su defunción ya estuviera vencido. Al final, hasta las declaraciones de los padres y hermanos resultaron siendo imprecisas, incoherentes, contradictorias y discordantes para la justicia.

Aunque la familia intentó tumbar la decisión del tribunal quemando su último cartucho en casación, la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia dejó en firme la sentencia del tribunal y le dio la razón a la viuda. "El tribunal no incurrió en ningún error material y objetivo, ni de eficacia jurídica, al declarar la unión marital de hecho conformada por el extinto y la señora; al no conocer a su vez en el contorno de la defesa, una relación de la misma naturaleza entre ella y el hermano". 

Esta es una historia refundida entre miles de grandes líos judiciales en Colombia. Sin embargo, su caso demuestra cómo la prueba menos esperada puede darle un giro crucial a la justicia, así sea en su última instancia.