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CORTINA DE HUMO

Por cuenta de la industrialización descontrolada, Sogamoso se convirtió en la ciudad más contaminada del país.

18 de septiembre de 1995

AL PARECER LA HISTORIA del Templo del Sol de los Muiscas en Sugamuxi, que terminó convertido en humo, se puede volver a repetir varios siglos después en el mismo lugar. Sogamoso vive debajo de una cortina de humo y muchos de sus habitantes están haciendo maletas para irse a causa de la contaminación ambiental. En algunos barrios la tierra ha perdido su valor y los pobladores están prácticamente regalándola. De hecho, en el barrio El Recreo, uno de los más tradicionales y exclusivos de Sogamoso, existen casas de hasta 1.500 metros cuadrados que antes tenían un valor de 160 millones de pesos y hoy se consiguen por sólo 40.
En realidad en Sogamoso la gente se ha tenido que salir de sus casas porque se les están llenando de humo. Esta ciudad de Boyacá es una de las más industriales de Colombia y la que, según un estudio de Planeación Nacional, recibe mayor emisión de material particulado contaminante con un promedio de 69.781 toneladas anuales. La emisión de óxidos de azufre es de 4.020 toneladas anuales y la de óxidos de nitrógeno de 1.537. Las cifras son contundentes. Comparativamente con otras cinco ciudades industriales, las emisiones de partículas en el Valle de Sogamoso son 5,2 veces las de Barranquilla, 3,4 veces las de Cartagena; dos veces las de Cali; 1,55 las de Bogotá y Medellin juntas.
Pero hay más. La última medición la realizó la Secretaría de Salud del municipio desde el 10 hasta el 30 de abril del año pasado. Si se tiene en cuenta que la norma internacional establece un tope máximo de 76.5 microgramos de partículas suspendidas por metro cúbico, el porcentaje de Sogamoso estaría por encima del 200 por ciento del tope admisible.
Sin duda la ciudad está ahogada y es mucho lo que hay que hacer para solucionar este problema, pues en Sogamoso hay todo tipo de fuentes fijas de contaminación. Además de las grandes industrias como Acerías Paz del Río, Cementos Paz del Río y Cementos Boyacá, también hay más de 600 chircales y cerca de 159 hornos de calizas. De acuerdo con un estudio de la Alcaldía Municipal y la Secretaría de Salud de mayo de 1993, los chircales son responsables del 53 por ciento de la emisión contaminante; las caleras del 28 y la industria del 19 por ciento restante.
Y es aquí precisamente donde está el mayor problema. Según Mery Patricia Campuzano, subdirectora de gestión ambiental de Corpoboyacá, "Las industrias desde ya se están comprometiendo para llegar a los límites permisibles de emisión de partículas, pero las caleras y los chircales más que un problema de contaminación son un problema social. No se puede de un momento a otro ordenar el cierre de esas empresas porque de inmediato miles de familias quedarían sin sustento. Para encontrar soluciones en este punto es necesario tener alternativas viables que hasta el momento no tenemos". Por su parte, el secretario de Salud del municipio, Henry Selemén, piensa de la misma forma. Según Selemén, la gente que trabaja en los chircales no cree en la palabra de nadie cuando se les habla de posibles soluciones. Por eso es necesario recaudar fondos para construir un horno piloto, que cumpla con las reglas ambientales necesarias, para demostrarles a los trabajadores que los ladrillos salen de la misma calidad. El problema, sin embargo, es que si la contaminación abunda en Sogamoso, la plata no. Hasta ahora el municipio no ha podido conseguir dinero para montar las redes de monitoreo de contaminación y tampoco cuenta con técnicos especializados en la materia. La pregunta entonces es, ¿cuándo habrá dinero para la construcción del horno piloto?
La contaminación, sin embargo, no trae consigo sólo problemas económicos. En el campo de la salud Sogamoso también está ahogada. Los altos daños ambientales llevan a pensar que dentro de poco será necesario afrontar el asunto como un problema de salud pública. Los casos de Infecciones Respiratorias Agudas -IRA- a causa de la contaminación ambiental aumentan en cifras insospechadas. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud el primer lugar en morbilidad durante el año pasado lo ocupó el IRA con un 57,3 por ciento de los casos. Tan sólo cinco años atrás los casos de IRA en el hospital San José, de Sogamoso, llegaban tan sólo a sobrepasar los 3.500 pacientes al año, y hoy son más de 9.000. Las cifras hospitalarias demuestran una vez más el estado de alerta que se debe tener en el municipio por la contaminación ambiental.
Sogamoso está en la mira de las autoridades ambientales. Y no es para menos. Abajo de una inmensa cobija de humo viven más de 150.000 habitantes que cada día ven cómo se ahogan en medio de la contaminación. Varios de sus pobladores están prácticamente regalando sus terrenos y creen que de seguir así la situación, los únicos que podrán habitar ese municipio son los chircales, las caleras y las industrias, a la postre los culpables de la horrible situación que vive actualmente Sogamoso.