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La camioneta Audi conducida por Fabio Salamanca ocasionó el accidente que dejó a dos mujeres muertas y a un taxista herido. | Foto: SEMANA

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Críticas a la Policía por caso de conductor ebrio

La figura de flagrancia ya no opera para Fabio Salamanca: no fue puesto a disposición de la Fiscalía.

15 de julio de 2013

La Fiscalía le salió este lunes al paso a la crítica de por qué el conductor Fabio Andrés Salamanca, de 23 años, fue dejado en libertad y hasta ahora no ha sido imputado, siendo el principal implicado en las muertes de dos mujeres al conducir su vehículo bajo los efectos del alcohol.

El director seccional de fiscalías Bogotá, Eduardo Carranza, aseguró que indagan por qué razón la Policía de Tránsito, como primera autoridad que llegó al lugar, no puso a disposición de la Fiscalía al joven para adelantar la imputación de cargos. Como consecuencia de los hechos fallecieron las ingenieras Diana Batidas Cubillos y Ana Torres, en la madrugada del viernes pasado, en Bogotá.

“Las tareas de primer respondiente fueron realizadas por la Policía de Tránsito. Ellos consideraron que era importante trasladarlo al centro asistencial para que recibiera atención, pero no lo ponen a disposición de la Fiscalía. Al no haber el procedimiento, no se puede considerar que se esté frente a una flagrancia, por lo tanto, esa figura ya no opera, la única alternativa es citarlo a audiencia de imputación”, señaló el fiscal.

Carranza fue claro en que lo ideal habría sido prestar la atención médica porque esa es la prioridad ante este tipo de casos, pero también haber entregado el conductor a la Fiscalía. Una vez cumplido el requisito, el ente acusador debía decidir si le realizaba la audiencia de control de garantías, ya fuera en un juzgado o en la clínica, de acuerdo con su estado de salud.

Así mismo, manifestó que frente a lo ocurrido, que pone en entredicho la labor de las autoridades, hay que hacer una indagación para establecer si hubo un error de la Policía Judicial.

No se fugó

El funcionario también negó que el joven implicado en los hechos se hubiera fugado o salido del país. Al practicársele los exámenes de alcoholemia se pudo encontrar que el joven presentaba grado tres de alicoramiento cuando conducía su camioneta Audi, con la cual embistió el pequeño taxi en el que iban como pasajeras las dos víctimas, y que además, le produjo lesiones de gravedad al conductor del automotor.

“La Fiscalía sabe que la persona se encuentra internada en la clínica Monserrat -especializada en el manejo de patologías mentales- por un estrés postraumático que presentó y que por lo mismo se aplazó la audiencia de imputación. Los abogados presentaron una certificación médica de la clínica”, dijo al tiempo que aclaró que el diagnóstico fue enviando a Medicina Legal para que sea valorado.

Sobre los delitos que se le imputarán a Salamanca y la posibilidad de que se pida una medida de aseguramiento en su contra, el funcionario dijo que la gravedad de las conductas y el hecho de conducir bajo los efectos del alcohol entregan los presupuestos para que se radique la petición de privación de la libertad.

“La Fiscalía está recibiendo el informe de la Policía Judicial y mirando las circunstancias en que sucedieron los hechos y las condiciones de esta persona. Tenemos claro que hay un accidente de tránsito donde mueren dos ciudadanos, lo que nos tendría frente a un homicidio culposo, pero el fiscal 322 está valorando la posibilidad de imputar un dolo eventual”, dijo.

La diferencia de los dos delitos es clara en materia de condenas. Si se le imputa la conducta de homicidio culposo, enfrenta una sentencia que ronda los ocho años. Si se le añade el dolo eventual, serían de más de 25 años de prisión. También se le endilgaría lesiones personales, por la afectación que presenta el taxista, Iván Cangrejo, en su columna vertebral.

Frente a una situación que se ha venido rumorando de una posible competencia de ‘piques’ de vehículos durante los hechos, Carranza indicó desconocer que esto haga parte de la investigación que desde la Fiscalía se ha venido adelantando.

Las víctimas

Ana Torres y Diana Bastidas, al igual que el joven conductor señalado de sus muertes, eran ingenieras. En su caso, se habían especializado en Sistemas y trabajaban para la empresa Local Systems, que, a su vez, prestaba sus servicios al banco BBVA.

Ambas habían sido ascendidas de cargo y Ana entraba a reemplazar a Diana Milena, quien saldría a vacaciones. Las dos jóvenes se transnocharon haciendo el empalme. Decidieron tomar el mismo taxi, proporcionado por la empresa, para irse a sus respectivas casas.

A la 1:22 a. m., cuando el vehículo atravesaba la carrera 30 con calle 26, fue embestido por Salamanca, quien conducía una camioneta Audi de placas RBQ 712. El choque fue tan fuerte, que el taxi quedó a 200 metros del sitio del impacto.