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CRUZADO BILLONARIO

George Soros, uno de los hombres más influyentes del mundo según 'Time', quiere que se legalicen las drogas. Su campaña comienza por Colombia.

26 de mayo de 1997

George Soros no es un multimillonario cualquiera. A diferencia de otros potentados del mundo, este inmigrante húngaro que amasó una fortuna especulando mercados internacionales tiene por pasión el retar el statu quo y gastar grandes cantidades de dinero para lograrlo. Y algunos piensan que no le ha ido del todo mal. En 1979 creó una fundación para financiar al sindicato Solidaridad en Polonia y varios movimientos disidentes de Europa del este para derrumbar al comunismo. Hoy en día invierte enormes sumas en esos países para fortalecer la economía de mercado y divulgar las ventajas del capitalismo. Entre los 350 millones de dólares que donó a diferentes causas solamente en Estados Unidos durante 1996 dio 15 millones a entidades que favorecen la eutanasia, 50 millones para inmigrantes ilegales y 12 millones a educación en zonas urbanas. Dedicó un millón de dólares más para legalizar en California y Arizona el consumo terapéutico de marihuana, objetivo que consiguió en agosto del 96. Su obsesión ahora es precisamente la legalización de la droga. Con la convicción de que es la única salida, Soros ha puesto sus ojos en Colombia. La Drug Policy Foundation, una entidad creada por él, va a realizar en Medellín un seminario internacional llamado 'Las grandes ciudades y los planes sobre droga'. Se llevará a cabo el 8 y 9 de octubre, en asocio con el Plan Municipal de Prevención de Medellín. Expertos, académicos y delegados de las principales ciudades del mundo estarán de visita en Colombia, con todos los gastos de transporte y alojamiento por cuenta del excéntrico multimillonario. El evento pretende producir un manifiesto de clausura en el cual sus asistentes se declaren mayoritariamente en favor de la legalización. El presupuesto que Soros dedica al tema se estima actualmente entre 60 y 100 millones de dólares anuales. Este controvertido magnate justifica semejante inversión por su convicción de que la guerra contra las drogas le hace más daño a la sociedad que el mismo consumo. "Yo creo que soñar con Estados Unidos como un país libre de drogas es una utopía. Algún tipo de abuso de sustancias o drogas es siempre endémico en la mayoría de las sociedades. Insistir en la total erradicación del consumo de drogas lleva al fracaso y a la pérdida de esperanza. La guerra contra las drogas no puede ganarse", dice. Opiniones como esta le han valido críticas de innumerables personalidades políticas, medios de comunicación y funcionarios gubernamentales dentro y fuera de Estados Unidos. Hasta el New York Times lo acusó de representar los intereses del dinero de la droga. Pero Soros responde que sus contradictores quieren mostrar a todos aquellos que cuestionen las políticas actuales como enemigos de la sociedad y que "la histeria ha reemplazado al debate" en el discurso gubernamental de su país. Para demostrar que el enfoque actual es errado, dice que mientras Estados Unidos es líder mundial en la disminución del consumo de tabaco gracias a la educación y el rechazo social, al mismo tiempo pierde todos los días la lucha contra las drogas por insistir en la represión.Sin duda Soros seguirá dando mucho de qué hablar. El seminario que organizará en Medellín agitará todavía más el debate. Escoger a esta ciudad para llevar a cabo un evento en favor de la legalización le ofrece una plataforma impactante a nivel internacional. A pesar de posibles implicaciones negativas para la imagen del país, no es del todo descartable que Colombia sea un buen lugar para iniciar el debate. De lo que no hay duda es que con la tenacidad con que George Soros asume sus convicciones, y con una fortuna de 2.500 millones de dólares en el bolsillo, habrá Soros para rato.