¿Cual es su lío con "Jorge 40"?

M.I.R.: Los recientes episodios del DAS son el epílogo de rumores que hace tiempo venían señalando al DAS, incluido su director saliente, Jorge Noguera, de tener simpatías paramilitares? A.P.G.: El asesinato de reputaciones de funcionarios en Colombia es un deporte nacional. M.I.R.: ¿Usted también piensa, como él, que todo fue un montaje de los medios? A.P.G.: Hay que ser realistas. Ante la gravedad de las acusaciones, particularmente las de la revista SEMANA, hay que tomarlas en serio. Llevo ocho días en la oficina del director del DAS y se me han ido en escuchar a todos los funcionarios de nivel directivo. En revisar sus cuentas, sus sistemas de control. Tengo la sensación de que el DAS no está 'cooptado' por el paramilitarismo. Pero el Presidente, el Congreso y la opinión pública colombiana me están demandando certezas, y yo estoy buscándolas. M.I.R.: ¿Buscará esas certezas con la prueba del polígrafo? A.P.G.: Hemos identificado las oficinas y los funcionarios que debido a su tipo de trabajo y al lugar donde laboran, tienen mayor riesgo de ser infiltrados por el paramilitarismo. Los someteremos a una prueba de lealtad, del tipo que se utiliza en toda agencia de inteligencia en las democracias avanzadas del mundo. M.I.R.: ¿Cómo se realiza ese examen de lealtad? A.P.G.: Con una prueba del polígrafo de cuatro horas, encaminada a detectar infiltración y penetración. Antes se hacía sólo a funcionarios bajos, y ahora la haremos a funcionarios altos y de mayor riesgo, rutinariamente. Yo seré el primero, porque tengo que demostrar que no poseo vínculos con el paramilitarismo y que soy confiable de los secretos del Estado. En 10 días tendremos resultados. M.I.R.: ¿Cómo devolverle al DAS su función como principal generador de inteligencia estratégica del Estado? A.P.G.: He convocado una comisión externa que revisará los sistemas de control del DAS y sus actuales funciones. Aquí se manejan cosas que en cualquier democracia son sensibles: armas, y por lo tanto puede haber destrucción de vidas humanas, y elementos que pueden atentar contra la privacidad de las personas. Son elementos necesarios para la supervivencia de un Estado democrático, pero no pueden ser usados en contra las reglas democráticas. Lo que hay que revisar son los sistemas de control, que no son los mejores posibles. También hay que revisar las funciones, porque muchas son incompatibles entre sí. El DAS debería ser una oficina pequeña, calificada, de élite, con mucha inversión técnica y bajo perfil, para hacer inteligencia de alto nivel. No inteligencia contra el crimen, sino para la supervivencia de la democracia. Pero con el tiempo se le han venido asignando otras funciones como la de protección no sólo de altos funcionarios del Estado, sino de todas las personas que tengan un liderazgo político. Eso significa, por ejemplo, que ONG de derechos humanos, que sindicatos, que miembros de partidos de oposición deban tener protección del DAS, y eso es difícil de conciliar con la función de inteligencia. Aunque se haga bien, siempre va a generar complejidades administrativas. Un organismo de protección es exactamente al revés de uno de inteligencia de Estado. Tiende a tener mucha gente, y por definición es notorio en las calles. Esa mezcla de las dos cosas ha afectado al DAS. M.I.R.: ¿Y así como lo sospechan los congresistas, el DAS nos tiene 'chuzados'? A.P.G.: Es de esperarse que los recursos de interceptación, que son limitados, se enfoquen en los blancos de alto valor para la seguridad del Estado. Hay un poco de paranoia al respecto. Fíjese toda la que se generó recientemente con lo que resultó ser sólo el número de un Gaula marcado de manera diferente. En materia de interceptación, todos nos sentimos más importantes de lo que realmente somos, y dignos de ser escuchados. M.I.R.: Al tiempo que el Presidente lo encargó de esta 'papa caliente' del DAS, el 'Nuevo Herald' publicó un artículo en el que decía: "La dirección del DAS la asumió provisionalmente el viceminuistro de Defensa Andrés Peñate, quien goza de la confianza del Presidente y al mismo tiempo está señalado de mantener presuntos nexos de amistad con el poderoso jefe paramilitar y narcotraficante Rodrigo Tovar Pupo, alias 'Jorge 40'?" .¿Cuál es su lío con este personaje? A.P.G.: Mi mamá y mis tíos maternos tienen unas fincas algodoneras en Cesar, que heredaron de mi abuelo, un paisa que llegó allá en los años 60. En la década de los 70 tener fincas algodoneras en Cesar era sinónimo de ser rico. Hoy es sinónimo de ser paramilitar. La zona entre Codazzi y Becerril, esa parte del Valle de Upar, tiene una de las historias más difíciles que ha vivido Colombia. A finales de los 80 se convirtió en un coto de caza de secuestros de las Farc y el ELN. El tristemente célebre 'Simón Trinidad' hizo su reputación en las Farc secuestrando en esa zona. Desde hace 12 años no visitaba una de las fincas de mi mamá y mis tíos, por las amenazas de la guerrilla primero, y luego, de los paramilitares. Estos llegaron a la zona ofreciendo seguridad contra la guerrilla, pero nunca cumplieron. El país urbano está engañado con eso. Piensa que el paramilitarismo fue un pacificador de esas zonas. Eso no es cierto. Se convirtió en una fuente de extorsión igual que los otros, y también de robo de tierras, con un discurso distinto: Tampoco pagamos. Cuando me nombraron viceministro de Defensa, al despacho de la ministra Marta Lucía Ramírez llegaban muchas quejas de habitantes de la zona por la extorsión de esa gente, y la apropiación violenta de tierras. El Presidente ordenó acciones fuertes y decisivas sobre esos frentes y la captura de sus estructuras de apoyo en los pueblitos. Pocas semanas antes de esto, a mi mamá los paramilitares habían ido a cobrarle el pago de seguridad atrasada de tres años. Mi mamá no lo pagó, mi tío tampoco, y le robaron 270 cabezas de ganado. M.I.R.: Pero en una carta que usted envía al 'Nuevo Herald' admite que su tío pagó una vez la extorsión? A.P.G.: Sí, él me reconoció que pagó una extorsión antes, en el año 2000, porque su administrador estaba amenazado, y su ganado, en riesgo. Pero luego se negó a volver a hacerlo. M.I.R.: ¿Y eso fue a 'Jorge 40'? A.P.G.: Empezando el gobierno de Uribe, el Alto Comisionado le puso presión por la campaña de extorsión que estaba haciendo en esta zona, y 'Jorge 40' le mandó una carta reconociendo el robo de este ganado y diciendo que lo había tomado porque mi tío le debía el pago de tres años de vigilancia y que no se lo iba a devolver. ('La Otra Verdad', 2002, declaraciones de 'Jorge 40': "Desde que asumió Andrés Peñate como viceministro, su tío Luis Erney Giraldo dejó de colaborarnos, al igual que su madre. Ante eso, procedimos a cobrarnos directamente, y fue así como el administrador nos hizo entrega de 180 animales con los cuales nos dábamos por cobrada dicha suma"). M.I.R.: ¿De dónde sale entonces la versión de que usted y su familia fueron colaboradores de los paras? A.P.G.: En esa carta, 'Jorge 40' hacía también unas acusaciones infames. Decía que el viceministro de Defensa toleraba antes esa protección que ellos daban. ('La Otra Verdad', 2002, carta de 'Jorge 40' al Alto Comisionado: "No entiendo por qué antes de asumir el viceministro, para su familia sí era importante la participación de las AUC, hasta el punto de colaborarnos, y ahora resulta que somos de lo peor") M.I.R.: ¿De ahí se agarró el 'Nuevo Herald'? A.P.G.: De ahí se agarró. De las declaraciones de 'Jorge 40'. El original de esa carta llegó misteriosamente a la publicación de Pedro Juan Moreno, La otra verdad, hace dos años. M.I.R.: Pasamos de que usted es víctima de 'Jorge 40' a ser aliado de 'Jorge 40'? A.P.G.: Sí, pasamos de un extremo a otro, basados en la palabra de un bandido. Por eso digo que este país es muy chistoso, porque le gusta acabar con la reputación de sus funcionarios. M.I.R.: Pero interesante que usted sea ahora viceministro de Defensa y director encargado del DAS en medio de este proceso con las autodefensas? ¿Usted va a pedir compensación por las extorsiones y el robo de ganado? A.P.G.: El ganado fue robado a mi tío, que murió hace dos meses. Corresponde a sus herederos decidir si van a reclamar una compensación o no. M.I.R.: ¿Usted no conoce a 'Jorge 40'? A.P.G.: Nunca lo he visto. Y si de veras hubiéramos recibido 'protección', habríamos podido volver a esas fincas que no visitamos hace 12 años. Yo sólo pude volver recientemente, porque se restableció la seguridad de la zona, y está regresando la Policía. MIR: Para disipar todos estos rumores, ¿cuál será la primera pregunta que le hará el polígrafo o máquina de la verdad? A.P.G.: La de si alguna vez he ayudado, cohonestado o patrocinado a paramilitares o a cualquier otro bandido. Con gusto haré pública la respuesta.