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‘Metástasis’ es la adaptación colombiana de la serie ‘Breaking Bad’ que toca el tema de las drogas sintéticas.

NARCOTRÁFICO

Cuando las drogas sintéticas pasan de la ficción a la realidad

El comienzo de la versión criolla de la exitosa serie televisiva ‘Breaking Bad’ coincide con el aumento del consumo de las drogas sintéticas en Colombia.

17 de enero de 2015

La semana pasada los colombianos empezaron a ver en la pantalla chica la adaptación de la serie estadounidense Breaking Bad. La versión criolla, emitida por Caracol, se llama Metástasis y al igual que la original narra la vida de un profesor de química de un colegio que termina por usar sus conocimientos para fabricar metanfetaminas.

La serie pone sobre el tapete un tema relativamente desconocido y del que poco se habla en el país, pero que ha despertado inquietud entre altos funcionarios del gobierno y las autoridades: el auge de las llamadas drogas sintéticas. Y no es para menos. En los últimos años la Policía y el CTI de la Fiscalía han realizado decomisos de este tipo de drogas que evidencian una creciente tendencia de su consumo.

“Las drogas sintéticas han ganado popularidad entre los jóvenes. En algunas partes de América del Sur y Centroamérica, el consumo en los grupos de edad más jóvenes a veces incluso supera a la del ‘cannabis’ o la cocaína”, afirma el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). “Evidencias de casi todas las regiones del mundo indican que las pastillas vendidas como éxtasis o metanfetamina contienen sustancias distintas a los ingredientes activos ofrecidos cada vez más, cocteles químicos compuestos que traen consigo problemas imprevistos de salud pública. Por lo tanto, los servicios de emergencia pueden encontrar dificultades para identificar las sustancias peligrosas y poder administrar el tratamiento médico adecuado”, dice otro de los apartes del informe que resalta que hay más de 300 tipos de esas clases de drogas.

En Colombia las autoridades están debatiendo seriamente el tema. A finales del año pasado en Santa Marta, durante el primer encuentro de investigadores de alto nivel sobre Drogas de Síntesis, Sustancias Emergentes y sus Precursores, el ministro de Justicia, Yesid Reyes, reveló que “se calcula que cada seis días se crea una nueva droga de síntesis. Lo anterior implica que las posibilidades de combinación molecular son prácticamente infinitas, por tanto la producción es más fácil, más cambiante y, por consiguiente, más difícil de controlar”, dijo. Y agregó que “es un reto a nivel mundial producir legislación para fiscalizar las nuevas drogas, puesto que tardan más los gobiernos en producir las normas que los traficantes en introducir nuevas variaciones químicas que burlan la ley recién expedida”.

Reyes explicó que aunque en Colombia este tipo de sustancias todavía tienen un uso muy reducido, “ya empieza a verse un incremento que nos pone a la cabeza de los países andinos en cuanto al consumo de estas drogas, no obstante, el problema que enfrentamos es mayor porque estas drogas tienen efectos más potentes en el organismo humano haciéndolas más atractivas para los consumidores con consecuencias toxicológicas desconocidas”, afirmó.

Las drogas sintéticas más comunes en el mundo son los estimulantes de tipo anfetamínico o ATS. Dentro de este grupo se encuentran el éxtasis, las anfetaminas y las metanfetaminas. La gran mayoría de esas sustancias provienen de Europa, Estados Unidos y México. En Colombia las autoridades no han detectado laboratorios para fabricar ese tipo de drogas creadas a partir de combinar una gran variedad de sustancias químicas, en cocteles capaces de producir graves consecuencias para la salud. Según el Observatorio de Drogas de Colombia (ODC) una vez esas drogas entran al país las bandas de narcotraficantes las rinden y mezclan con todo tipo de químicos para optimizar la ganancias.

Las propias autoridades aceptan que no tienen cifras confiables sobre cuántos colombianos pueden estar consumiendo ese tipo de sustancias. Pero reconocen que el negocio es extraordinariamente rentable. Una pastilla de éxtasis puede oscilar entre los 10.000 y 50.000 pesos, mientras que un gramo de la llamada cocaína rosada o 2cb puede alcanzar los 150.000. La batalla contra ese tipo de sustancias en el país apenas está comenzando y, como en la serie televisiva, no será fácil.