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En la jornada de consultas populares, este domingo 29 de mayo, las mesas de votación se vieron desocupadas debido a la poca afluencia de electores. | Foto: Daniel Reina

POLÍTICA

Cuatro propuestas para hacer efectivas las consultas de partidos

Controlar la afiliación a los partidos, hacerlas sólo para cargos uninominales, que sean obligatorias, cambiar la cultura política son algunas de las propuestas de los analistas.

César Paredes, periodista de Semana.com
30 de mayo de 2011

La asistencia a la jornada de consultas de partidos este domingo abrió el debate sobre la importancia del mecanismo para la democratización de estas organizaciones.
 
El ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, calificó como un “fracaso” la jornada, por lo que en su criterio fue una escasa participación, e hizo énfasis en los costos para el Estado. En un principio, dijo que cada voto había costado 140.000 pesos.
 
No obstante, este lunes, la Registraduría indicó que en la jornada solo se habían invertido 40.000 millones de pesos. Como participaron cerca de 1'400.000 ciudadanos, el costo del voto se reduciría casi a 29.000 pesos.
 
Además, el organismo electoral dijo que la participación fue del 11,31 por ciento, “cifra que supera el promedio histórico de los últimos 10 años en el nivel de votación de consultas populares”. Ese porcentaje de participación “se destaca”, dijo la Registraduría, pues la jornada no coincidió con un día de elecciones ordinario.
 
En criterio de varios analistas consultados por Semana.com, el costo de las consultas no debe ser un argumento para acabarlas, pues en estas los ciudadanos eligen el candidato para que represente a su partido. Por el contrario, debe llevar a pensar en mejorar el mecanismo.
 
“Este es un momento para pensar en cómo se deben hacer las consultas en el marco de los procesos electorales, que en Colombia apenas se están perfeccionando”, dijo Margarita Batlle, docente investigadora de la facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de a Universidad Externado de Colombia.
 
Batlle, quien ha estudiado el funcionamiento del sistema electoral en varios países, argumentó que las declaraciones del ministro “son desatinadas, pues hubo municipios en los que la participación fue importante”. La investigadora puso como ejemplo el municipio de Garzón (Huila) en donde 14.000 personas del Partido Conservador salieron a votar.
 
En el mismo sentido, para el consultor político Juan Fernando Londoño, experto en asuntos electorales, “se ha maximizado el problema”. “En ningún país del mundo, la participación en las consultas iguala a la participación en las elecciones”, agregó.
 
Su importancia
 
Los analistas del proceso electoral colombiano consultados por Semana.com enfatizaron en la importancia del mecanismo. Según el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral Antonio Lisarazo, “las consultas son un mecanismo democrático que invita a los ciudadanos a dirimir quién podría ser el candidato de una contienda electoral”.
 
Sin embargo, los expertos coincidieron en que se debe mejorare el mecanismo.
 
Para comenzar, dijo Juan Fernando Londoño, “hay que aclarar que en Colombia las consultas no son internas sino populares”. Las consultas populares se caracterizan por ser abiertas, quienes quieren, pueden participar. Hay quienes consideran que estas consultas se prestan para distorsionar una elección, pues militantes de otros partidos pueden intervenir.
 
Las consultas internas, por el contrario, están limitadas a los integrantes de una organización.
 
¿Qué pasa con los partidos?
 
Para Lisarazo, el problema no está en el mecanismo de la consulta, sino en los partidos y los movimientos políticos que no son capaces de convocar a sus militantes. En muchos casos, por ejemplo, los postulados a una consulta se arrepintieron de participar a solo unos días de la elección. Además del desconcierto que generaron, con actitudes como esa, también pierden credibilidad.
 
Para los analistas eso es muy grave, sobre todo cuando el sistema electoral reduce cada vez más la participación política por fuera de los partidos y se consideran clave en la competencia por el poder, y por ende, en la democracia.
 
Según las encuestas, los partidos políticos encabezan las listas de organizaciones desprestigiadas. En el estudio de opinión bimestral de mayo, hecho por Gallup-Poll, por ejemplo, una de cada tres personas dijo tener una opinión desfavorable de los partidos. Y el 65 por ciento de los encuestados dijo no pertenecer a ninguno.
 
“No hicieron la tarea”, dijo Batlle refiriéndose a la incapacidad de movilizar a los ciudadanos y de dar a conocer sus propuestas.
 
¿Cómo mejorar el mecanismo?
 
1- Carnetizar a los militantes

“En otros países del mundo se hacen consultas, pero con una diferencia: estas organizaciones tienen un registro de sus afiliados”, explicó Londoño.
 
Para el analista, saber cuántas personas militan en un partido ayudaría a calcular con más precisión los costos para las consultas porque se harían bajo el supuesto de que los afiliados van a participar en la elección de sus candidatos. Londoño explicó que la norma que reglamenta la Reforma Política aprobada en el 2009, y que está en revisión de la Corte Constitucional, le exige a los partidos la elaboración de un registro de sus afiliados.
 
2- Que sean para cargos uninominales
 
Uno de los problemas que, en criterio de Lisarazo, tienen las consultas internas es que están permitidas para todo tipo de cargos en los partidos. Las consultas se pueden hacer para elegir la dirección de un partido, candidatos a cargos uninominales y listas para corporaciones como las de Congreso, asambleas, concejos municipales y juntas administradoras locales.
 
“Eso merece considerar si debemos volver a las consultas únicamente para cargos uninominales”, reflexionó Lisarazo.
 
En el mismo sentido, Batlle consideró que las consultas no se deben hacer “para elegir cargos que a la gente no les importa, como el candidato a edil de un barrio”, indicó.
 
3- Que sean obligatorias
 
Para Batlle, las consultas sobre todo tipo de certámenes electorales son un fenómeno propio de Colombia, pues en la mayoría de países se utilizan solo para Presidente y muy poco para corporaciones legislativas.
 
No obstante, en su criterio, eso no es negativo, pero sí exige mayor compromiso de los partidos políticos con el régimen democrático. Una forma de solucionar la escasa participación de los afiliados de los partidos, argumentó Batlle, sería “volverlas obligatorias y simultáneas”.
 
Así, la organización electoral abriría un registro de inscripciones previo y se podría estimar cuántas personas van a participar en una jornada de consultas. Además, los afiliados a un partido no podrían intervenir en la decisión de otro partido.
 
Pero la tradición colombiana no ha sido de obligar a los ciudadanos a participar en las elecciones. Hay quienes consideran que la obligatoriedad es contraria a un principio democrático que ve en la abstención una opción política, cuando los candidatos y partidos no llenan sus expectativas.
 
4- Cambiar la cultura política
 
Los analistas coinciden en que hay una debilidad no solo en el sistema electoral, sino también en la democracia colombiana: la falta de cultura política.
 
Tradicionalmente, la abstención en Colombia ha sido alta. Esto se explica por diferentes factores: falta de interés, falta de educación política, falta de identificación con las propuestas de los candidatos y partidos, etc. Además, la corrupción, la violencia, el clientelismo, entre otros problemas, generan escepticismo en el sistema.
 
Por esta razón, los analistas sugirieron la importancia de reformar la cultura política. Esto implica un trabajo de pedagogía y fortalecimiento del Estado, y un cambio de actitud por parte de los ciudadanos.