Cuatro rutas increíbles para 'rodar' por Cundinamarca

Cerca de Bogotá, en el departamento de Cundinamarca, cada ocho días desde muy temprano cientos de pedalistas amateur cargan baterías para emprender senderos en sus caballos metálicos de dos ruedas. Los territorios que colindan con la capital de la República actualmente son conocidos como ‘bicirregión’, por la popularidad que reviste la práctica de este deporte.

Hay muchas rutas pero estas son las que hemos recorrido con el Festival ‘A vuelo de cóndor’:

Choachí - La Calera (31 kilómetros)

Atraviesa estos municipios con un paisaje rural insospechado, cargado de bosques de pinos, frailejones, cipreses y atractivos naturales como el embalse San Rafael, la laguna de Teusacá y el valle del Frailejón. Por el camino se encuentra el sector de Santiamén y el Alto de la viga. Esta es una travesía de montaña (off-roud) de dificultad baja que se puede practicar en familia. A paso regular dura cerca de cuatro horas.

El camino inicia en el corredor de conservación del Chingaza-Sumapaz-Guerrero, a unos a 3.400 metros de altura sobre el nivel del mar. Los pedalistas bajan hasta La Calera y, si desean, hasta Bogotá, por la calle 85 con carrera 7ma. En la bajada cargada de curvas, se encuentra el famoso Alto de patios, donde puede comer arepa y salpicón Donde Rocío, y luego el mirador de La paloma, para tomar unas panorámicas inigualables.

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Alto del vino (40 kilómetros)

La salida es por la calle 80, desde el occidente de Bogotá. Esta ruta es la sensación para grupos de ciclistas amateur, semiprofesionales y profesionales porque en esta se logra practicar ‘el plano’. Después de El rosal, inicia una subida de 40 kilómetros de pedaleo constante. El empeine culmina con el cerro El tablazo (una montaña a la que parece que le hubieran cercenado una parte, porque es plana completamente por uno de sus extremos), en la salida hacia municipios como La Vega, Villeta y Nocaima. Son dos horas y media sin parar y al lado del tráfico vehicular.

La recompensa al finalizar el recorrido en los paraderos del Alto del vino: amojabanitas, pan de bono, chocolate o agua de panela con queso y un desayuno bien ‘trancado’.

Desierto de Sabrinsky (15 kilómetros)

El paisaje naranja y rojo parece de otro mundo. Se puede llegar por la salida de la calle 13 o la 80, pasando por Siberia, Mosquera y tomando la salida hacia La Mesa, por el sector de Mondoñedo. Es un sendero abierto exigente y de muchas subidas. La sombra se encuentra lejos, así que es una ruta para pedalistas de mayor rendimiento. Son 15 kilómetros donde se suda la gota y el desgaste físico es evidente. Se recomienda hidratación y entrenamiento previo.

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Chía-La Valvanera-Tabio (25 kilómetros)

Más conocida como la ruta ‘rompepiernas’ de Cundinamarca. Inicia con una subida empinada a la iglesia de la Valvanera en Chía, que tiene cuatro senderos bien demarcados: tres de ellos en carretera destapada y el cuarto en escaleras. Esta ruta tiene muchos contrastes: es corta pero con tramos intensos.

La idea es llegar al paradero del ciclista en Chía en carro, desmontar bicicletas y emprender camino. Es un punto en donde se encuentran muchos pedalistas, hay comida, punto de hidratación y estancia y también se pueden lavar las bicicletas.

La sexta visita del cóndor por Cundinamarca será al municipio de La Mesa, que hace parte de la Ruta del río, por todo el ecoturismo extremo que lo ha hecho famoso. Este fin de semana, sábado 04 y domingo 05 de agosto, ‘A vuelo de cóndor’ arribará a la plaza central. Entrada libre.

Es una iniciativa de SEMANA, la Gobernación de Cundinamarca, con su marca regional ‘Cundinamarca, El Dorado, la leyenda vive’, y Cine Colombia

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