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La salud de Enilse López, conocida como ‘La Gata’, empeoró cuando supo que tendrá que acudir ante un fiscal por el crimen de uno de sus socios chanceros. Aunque esta noticia fue la que la llevó de inmediato a cuidados intensivos, ya se está poco a poco recuperando

barranquilla

Cuidado intensivo

La mala hora de Enilse López, 'La Gata', no termina. Su caso penal se complica y su salud se deteriora. Un ejército la cuida en un hospital de Barranquilla.

10 de marzo de 2007

"Me estoy muriendo. Tengo parálisis facial. Y el corazón y los políticos corruptos me están matando". Durante el año de su detención, Enilse López siempre se había negado a hablar con la prensa. El miércoles pasado rompió su silencio para decir que estaba mal de salud. Estaba siendo trasladada de urgencia de Santa Marta a una clínica de Barranquilla.

'La Gata' sufre de una isquemia cerebral que, según explicaron los médicos, es una disminución de sangre y oxígeno al cerebro. Tiene además problemas renales e insuficiencia cardíaca. Padece desnutrición. Sufre de una depresión mayor y su estrés llegó la semana pasada a su más alto nivel.

Mientras un equipo de especialistas, compuesto por un cardiólogo, internistas, neurólogos y gastroenterólogos cuida de su salud, un ejército de guardianes de prisiones y de policías la cuida alrededor de la clínica La Asunción de Barranquilla.

Son numerosas las causas para que la reina del chance de la Costa esté como está. Desde el primer día en que llegó a la cárcel El Buen Pastor, en Bogotá, hace un año, se negó a recibir alimentos y sólo tomaba suero. Había días enteros en que no salía de su celda, así se muriera de ganas por lucir sus pijamas de satín. Y cuando lo hacía, quejándose de la baja temperatura en Bogotá, se protegía con un abrigo de mink.

Atrás quedó su lujoso atuendo cuando sus abogados lograron trasladarla a Santa Marta por su mal estado de salud. Pero poco y nada le sirvió. Una vez en la Costa, ni las rejas daban abasto para controlar a sus más fieles seguidores.

'La Gata' se sentía a sus anchas en la cárcel. Su poder se comenzó a sentir. Las leyendas que se tejían en Bogotá según las cuales ella ejercía más dominio que las autoridades carcelarias, en Santa Marta se hicieron realidad.

Sus empleados montaron su oficina a pocos metros de la entrada de la cárcel y controlan la romería que llegan en buses todos los fines de semana desde Magangué y Cartagena . Los sábados ingresan los hombres, y los domingos, las mujeres. Como no hay cupo para tanta gente, 'La Gata' se ingenió la manera para que todos sus seguidores pudieran compartir un día con ella. Les 'compró' el cupo a sus compañeras de patio y a cambio les ordenó a sus hombres realizar un censo de las necesidades de las reclusas en sus casas. En diciembre los familiares de las internas recibieron neveras, televisores y toda clase de electrodomésticos que compensaran la falta de visitas de sus familiares.

Todo parece indicar que lo primero para ella era la política y no la salud. Entre sus más ilustres visitantes está uno de los secretarios del departamento de Bolívar, pero su nombre no quedó en el registro de entradas al penal. Otro, fue el actual presidente del Concejo de Cartagena, Argemiro Bermúdez Villadiego, probable candidato a la Alcaldía de Cartagena. Otros, fueron algunos aspirantes a las alcaldías municipales y a la gobernación de Bolívar. Dos de estos últimos, Alfonso López Cossio, ex representante liberal, y Jesús Puello Chamié, ex senador conservador, fueron a pedirle su aval a la doña.

López ha sido militante durante varias décadas del movimiento de la familia García Romero. Y en las elecciones del año pasado, Puello fue la fórmula del hijo de Enilse, Héctor Julio Alfonso López, quien sacó una de las votaciones más altas como representante a la Cámara.

A todos los atendió sin problema. Entre quebranto y quebranto de salud, para todos había fórmulas de alivio político. Hasta la semana pasada. Frente a los 10 abanicos que tiene en su celda recibió una noticia que la dejó sin aire. Le avisaron que tenía que acudir a una audiencia de indagatoria con el fiscal 39 de la Unidad de Vida, en Santa Marta. Eso significaba que su vida jurídica podría empeorar y entraba a una etapa de cuidados intensivos. Frente a este fiscal, ella y su hijo, Jorge Luis Alfonso López, tendrán que dar explicaciones sobre la muerte de su socio Renato Pardo Donado, asesinado en el parqueadero de Uniapuestas en Barranquilla el 11 de marzo de 2003.

Ese día los socios fueron convocados a una reunión en las oficinas de la empresa. Pardo y dos de sus escoltas fueron recibidos a bala. La información que compromete a Enilse López es que la orden de asesinarlo fue dada por ella y ejecutada por su hijo, el ex alcalde de Magangué, quien comandaba el grupo de escoltas. "Ese señor era un desconocido y llegó a un 'pool' que hicimos con mucha gente y que bautizamos Uniapuestas, y mi hijo era de la junta directiva, ha dicho en varias ocasiones Enilse López. Él decía que estaba amenazado. Entonces, ¿qué culpa tenemos nosotros de que sus enemigos hayan escogido las instalaciones de la empresa para matarlo?".

Esa defensa es la que tienen que hacer 'La Gata' y su hijo frente al fiscal. Pero no tuvo chance. La que ingresó a cuidados intensivos fue ella y todo indica que su mala hora no termina. Parece estar viviendo los dolorosos de su séptima vida.