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Los presidentes Nicolás Maduro, Tabaré Vázquez, Rafael Correa y Juan Manuel Santos. | Foto: Archivo Particular

CRISIS FRONTERIZA

Cumbre de Quito, sin punto final a la crisis entre Colombia y Venezuela

El principal hecho del encuentro entre los presidentes Santos y Maduro es la normalización de la relaciones diplomáticas entre las dos naciones. Pero falta mucho camino por recorrer.

21 de septiembre de 2015

El encuentro que sostuvieron los presidentes Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro probablemente le haya dado la razón al mandatario colombiano, que había llegado a Quito sin mayores expectativas del diálogo con el mandatario venezolano.

Santos y Maduro se vieron por primera vez ‘cara a cara’ desde cuando estalló la crisis en la frontera, hace 32 días, cuando el gobierno de Venezuela declaró el estado de sitio en varios municipios fronterizos y ordenó la expulsión de miles de colombianos que vivían en Venezuela.

A diferencia de Santos, el presidente Maduro sí había llegado con mayores expectativas a la capital ecuatoriana. Incluso, horas antes, había prometido hablar duro y claro de narcotráfico, paramilitarismo y contrabando, temas que a su juicio afectan la situación en la frontera.

Probablemente, en Quito no hubo vencedores ni vencidos. Y aunque los presidentes que oficiaron como mediadores, el ecuatoriano Rafael Correa y el uruguayo Tabaré Vásquez, calificaron como exitoso el encuentro, esta cumbre no concluyó con la reapertura de la frontera, y mientras tanto continúa la crisis humanitaria que afecta a casi 17.000 personas que han llegado de Venezuela a los albergues instalados en territorio colombiano.

Quizá la gran noticia de este encuentro sea la normalización de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, que se materializará con el inmediato regreso de los respectivos embajadores, que habían sido llamados a consultas en la primera semana de la crisis.

La segunda decisión es la investigación de los incidentes en la frontera, incluidos los sobrevuelos de aeronaves de la Fuerza Aérea venezolana. Con este anuncio, se confirma la gravedad de los incidentes en materia de violación de derechos fundamentales de los colombianos expulsados. No se hizo mención alguna del más reciente incidente: la muerte de dos indígenas wayúu en La Guajira, que, según las denuncias, fueron asesinados por miembros de la Guardia del vecino país.

Colombia y Venezuela acordaron la creación de una comisión entre los equipos de ministros de ambos países para tratar temas sensibles en la región. Una fórmula muy recurrente en la diplomacia cuando no se alcanzan soluciones de fondo. La primera reunión de ministros se adelantará el próximo miércoles en Caracas. Para expertos como el exviceministro Miguel Ceballos, esta reunión ha debido ser también en territorio neutro. “Es un éxito para Maduro y no para Colombia, pues se demuestra que siguió poniendo la agenda”.

Cuando las partes acordaron la normalización progresiva de la frontera, no significa la reapertura de los pasos fronterizos. Esta situación, probablemente favorezca más a Venezuela, pues oxigena al presidente Maduro para llegar a las elecciones de diciembre aún con la tensión fronteriza vigente.

El quinto punto de la declaración conjunta, el de la coexistencia de modelos económicos, es quizás el más favorable para Colombia y envía un mensaje de tranquilidad a los empresarios.

Como sucede cada vez que se presentan crisis diplomáticas entre países vecinos, los dos mandatarios hicieron un llamado a la hermandad, que no deja de ser mera retórica.

Por eso el balance de la cumbre de Quito ha salido al pie de la letra de lo que esperaba el presidente Santos, quien dio su propio parte de la reunión: “Hemos privilegiado el diálogo, hemos privilegiado el diálogo sin renunciar a la defensa de los derechos de nuestros compatriotas. Se investigarán hechos en la frontera”.

Los sectores políticos en Colombia dividieron sus opiniones. Roy Barreras, presidente de La U, respaldó la postura del presidente Santos y la decisión del regreso de los embajadores. Pero un intercambio de abrazos no era procedente.

El expresidente Álvaro Uribe cuestionó que en Quito no se hablara de la violación de Derechos Humanos, el despojo de pertenencias, la expulsión y la tortura de los colombianos, como puso en su twitter.
También se extrañó una disculpa del presidente Maduro a los connacionales afectados por sus decisiones.
 
No hubo decisiones de fondo y la tragedia de las casi 17.000 personas afectadas directamente por el cierre de fronteras y la deportación ordenada por el presidente Maduro aún continúa, sin saber cuándo se pondrá punto final.