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Luz Elena Restrepo, quien con sólo 8000 votos recibe la curul de Álvaro García. Es la hija de la llamativa Regina 11 y promete ponerle un tinte metafísico a esta legislatura. Por eso lleva colgado un collar para equilibrar energías

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Curules al por mayor

Quince congresistas vinculados a la para-política acaban de ser reemplazados. Llegan más mujeres, menos costeños, más folclor y, en general, parlamentarios con menos votos y menor representación.

28 de julio de 2007

La tormenta para-política no sólo deja damnificados. También hay beneficiados. Quince políticos que no se imaginaban que llegarían al Congreso acaban de posesionarse como reemplazos de los congresistas detenidos. Algunos de ellos tuvieron votaciones irrisorias y ni siquiera tienen claro a quién reemplazan ni a quién representan.

"El amor y la mortaja del cielo bajan", afirma Juan Carlos Vélez, ex director de la Aereocivil, que aún está sorprendido con su entrada al Congreso. Sólo con 25.000 votos en la lista de La U, asumió la curul de Mauricio Pimiento. Ya es el candidato más firme a la presidencia de la comisión primera. "Es difícil entrar al Congreso a través del dolor de otras personas. Pero Dios sabrá porqué me puso en este lugar", afirma la senadora Luz Elena Restrepo, quien representa el movimiento 'Sabiduría Universal Reginista', liderado por su madre y maestra, Regina 11. Ella es uno de los personajes más pintorescos del grupo de recién llegados. No tiene idea de quién es Álvaro García Romero, a quien entra a reemplazar. Sabe poco del movimiento Colombia Democrática, por el que fue elegida y que ya tiene a más de tres miembros y a su presidente vinculados en el escándalo de la para-política.

Pero no a todos les cayó como del cielo la nueva investidura. En Cambio Radical nadie quiere el puesto que dejó Reginaldo Montes. Todo indica que José Renán Trujillo, actual superintendente de Servicios Públicos, y César Negret, actual notario 30 de Bogotá, quienes deberían haber ingresado, prefirieron sus nuevos cargos en el Ejecutivo y le chutaron la papa caliente al ex senador paisa Humberto Builes Correa.

Algo similar ocurrió en el Partido Conservador, donde casi no le encuentran heredero a William Montes. Luis Emilio Sierra se negó a recibir la curul porque prefirió quedarse como embajador en República Dominicana. La herencia llegó por fin a las manos de Milton Rodríguez, de Cundinamarca.

Entre los 15 recién llegados, hay caras nuevas y viejas. Tienen algo en común: su escasa votación. La mayoría sólo sacaron la mitad de los sufragios de su antecesor, algunos apenas alcanzaron el 10 por ciento. El revolcón dio posibilidad a viejos caciques como el ex senador de Bolívar Vicente Blel, de reencaucharse. Pero también abrió pasó a figuras nuevas, como Yolanda Pinto, esposa del gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, asesinado por las Farc en 2003. En las toldas rojas desde ya se alistan para capotear el carácter aguerrido de esta paisa, que empieza a competir con el de Piedad Córdoba.

Ella es una de las cuatro mujeres que llegaron al Parlamento por el revolcón para-político. Pinto entra a ocupar la curul de Juan Manuel López y promete ser la gran abanderada del intercambio humanitario.

En términos regionales, el cambio de curules debilitó la Costa Atlántica: perdió nueve de los 28 senadores que tenía. Se quedaron con los reemplazos de los representantes Eric Morris, Jorge Luis Caballero, José de los Santos Negrete y Alfonso Campo Escobar, que siguen siendo costeños.

Pero la mayoría de los nuevos congresistas es del centro del país. Entre ellos está el reemplazo de Luis Eduardo Vives en la lista de Convergencia Ciudadana, Édgar Espíndola un líder cristiano de Boyacá que trabajó gran parte de su vida en el sector de las esmeraldas en Sogamoso y que fue alcalde de esta ciudad. Del departamento de Antioquia entran cuatro, entre ellos el reemplazo de Álvaro Araújo, Antonio Valencia, que ya había sido representante en el período 2002-2006. Fue recientemente elegido como vicepresidente de la comisión quinta del Senado.

Los nuevos congresistas, en síntesis, llegaron con menos votos y tienen menor representación. Hay más mujeres y menos costeños. Y aunque reemplazan a los que se llevaron los vientos de la para-política, hay casos que están en la mira de la justicia por prácticas semejantes a las que llevaron a cabo sus antecesores. Un panorama no muy promisorio. Lo cual es una paradoja porque la exclusión de los para-políticos se supone que es un aporte a la limpieza del poder legislativo. ¿Lo entienden los recién llegados? Lo cierto es que tienen en sus manos la gran oportunidad de su vida y, a la vez, una enorme responsabilidad con el país.