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| Foto: Fotomontaje Semana

VIOLENCIA

La confusa muerte de un joven por la que señalan a la Policía de Barranquilla

Dairo López, un estudiante de colegio de 18 años, resultó muerto por una bala perdida en una persecución policial en el barrio La Sierrita, de Barranquilla.

17 de septiembre de 2018

A las 10 de la mañana del domingo pasado, en el barrio La Sierrita, en el suroccidente de Barranquilla, una bala acabó con la vida de Dairo José López Ceballos, de 18 años, cuando se encontraba en la puerta de una casa cercana a su vivienda comiéndose un paquete de pasabocas. Su padre de crianza trató de cubrirlo luego de que se oyera una detonación en las cercanías, pero ya era tarde, el tórax del joven ya había sido alcanzado por una bala.

El informe oficial preliminar de la Policía Metropolitana de Barranquilla indica que su caso fue un homicidio con arma de fuego, por una bala perdida, cuando dos sujetos que se movilizaban a pie cometieron un presunto hurto con “arma de fuego” en la vía pública. Al notar la presencia de uniformados “accionan el arma contra la humanidad de los policiales, quienes reaccionan con sus armas de dotación, presentándose un intercambio de disparos”,dice el reporte.

Si bien esta información se atribuye a la comunidad, testigos que residen en las cercanías afirman que lo que ocurrió es diferente. Una vecina de la casa donde ocurrieron los hechos narró a SEMANA que policías venían persiguiendo a presuntos delincuentes cuando “los tiros a ‘la loca’ que están haciendo alcanzan al joven y él murió enseguida, de un solo disparo. Estaba sentado comiéndose un chito (pasaboca) en la puerta de su casa. No les vimos armas de fuego a los rateros, solo navaja”.

La fuente, que pidió reserva de identidad para proteger su seguridad, señala que el uniformado que habría disparado contra el joven en la persecución es vecino del barrio y se encuentra asustado. “La gente lo iba a linchar”, señala.

Su versión coincide con la de la prima hermana de la víctima, Miladis Montero. “Él vivía a dos casas de donde ocurren los hechos. Mi papá lo manda a comprar unos cigarrillos para hacer menudo y comprar con eso unos chitos. Eso, cuando vienen los policías haciendo disparos, supuestamente a unos ladrones. No había ninguna balacera como ellos decían, porque los ladrones, primero, estaban a una distancia muy larga de los policías y, segundo, ellos no llevaban armas de fuego con dicen las autoridades”.

Aparentemente, según esta versión, los uniformados hicieron dos disparos de advertencia y uno de esos habría impactado en el joven, que llegó muerto al hospital San Ignacio. “No hubo intercambio de disparos”, asegura Montero, a la vez que denuncia que el Esmad de la Policía, ante la revuelta por la muerte del joven, atacó a la familia.

La Policía Metropolitana de Barranquilla, mas allá del informe preliminar, no ha emitido ninguna declaración oficial sobre los hechos y se desconoce si hay alguna investigación en curso. Tampoco se ha informado sobre la identidad del uniformado, que los vecinos han identificado como el patrullero Rangel, quien, seegún esa versión, habría dicho que respondería por todo.

El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, señaló que comparte la tristeza de la familia del joven y de sus amigos y pidió resultados a la Policía.

Los conocidos recuerdan a Dairo como un joven que estudiaba en el Colegio de Barranquilla (Codeba, oficial) y que estaba a punto de graduarse. Los proyectos del chico, el menor de dos hermanos, eran ayudar a su mamá a salir adelante y destacan que era un buen niño, un buen hijo. Le encantaban los motores y andar junto con su padre adoptivo, Carlos Montero, quien se dedica a pintar motos. Su madre biológica no podía mantenerlo, así que lo dejó al cuidado de sus tíos y primos. Este martes se espera que haya un homenaje a Dairo en el colegio Codeba.