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Daniel Samper lee su columna 'Ver ballenas con Fajardo'

El columnista de SEMANA conversa con sus lectores sobre su última columna, en la que habla sobre el caso de Álvaro Uribe y los falsos testigos.

8 de julio de 2018

Supongo que la noticia de que a Álvaro Uribe lo tumbó un caballo me hizo soñar esta semana que me iba a ver ballenas con Sergio Fajardo: a lo mejor la relación entre políticos y animales fue la que me indujo a semejante experiencia onírica, de la que no me recupero.

Fue la noche del martes, lo recuerdo porque ese mismo día la yegua del expresidente le modificó una costilla. No me gusta decir que la hizo trizas. Ni trizas ni risas. Y risas menos, porque nada duele más que reírse con una costilla rota. El hecho es que, tan pronto como lo anunciaron en el noticiero, lo lamenté. Dios mediante no sea nada grave, me dije: Dios mediante la yegua no haya “neutralizado” la costilla del doctor Uribe, por decirlo con los términos en que el senador José Obdulio se refiere al periodista que le incomoda. Dios mediante todo se resuelva inmovilizándolo (al periodista que lo incomoda, quiero decir: y al doctor Uribe de paso, para que repose y esa costilla pegue bien, como pegan los machos. Porque, si me permiten la analogía bíblica, de esa costilla primigenia nació Iván Duque: fue hecha a imagen y semejanza del Presidente Eterno, para que repoblara la patria).

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Fue la noche del martes, digo, y sucedió así: cerré los ojos, todavía llorosos por la derrota de la Selección Colombia, y aparecí entre brumas en la costa Pacífica de Colombia, un hiriente oxímoron de nuestro platanal. Porque pocas cosas existen tan violentas como nuestro Pacífico. 

El asunto es que a mi lado estaba Sergio Fajardo en bicicleteros y con camiseta del DIM, y me decía que siquiera nos habíamos escapado de la realidad política, tan densa por el triunfo de Iván Duque, tan espesa por las críticas de los petristas contra quienes no osamos votar por Petro, malditos de nosotros, idiotas útiles de los inútiles, escorias de la ultraderecha, culpables de nuevas muertes.

Si desea leer la columna completa de Daniel Samper, haga clic aquí.