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David Tolbert, presidente del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ). | Foto: SEMANA

ENTREVISTA

“En Colombia están dadas las condiciones para firmar la paz”

David Tolbert, presidente del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), dice a FOROS SEMANA que para que esta sea sólida es clave el papel de la justicia y el esclarecimiento de la verdad.

18 de febrero de 2015

Para David Tolbert, presidente del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), en Colombia están dadas las condiciones para alcanzar un acuerdo de paz, pero para que sea sólido es clave el papel de la justicia y el esclarecimiento de la verdad.

Tolbert, uno de los mayores expertos en procesos de paz y justicia transicional, señala que las comisiones de la verdad pueden contribuir a los procesos judiciales, pero no deben sustituir las medidas de justicia penal. Así mismo, destaca que es importante mejorar la coordinación de las instituciones públicas responsables de implementar las medidas de justicia transicional.

El presidente del ICTJ participará en el foro Comisiones de la verdad y procesos de paz, el 25 de febrero en Bogotá, junto con Kofi Annan, exsecretario de Naciones Unidas, entre otros expertos internacionales.

Foros Semana: ¿Por qué es importante que en Colombia exista una comisión de la verdad?

David Tolbert: En Colombia ya ha habido varias iniciativas de búsqueda de la verdad y de recuperación de la memoria histórica. Entre ellas figuran las investigaciones realizadas por el Centro Nacional de Memoria Histórica, un sinfín de iniciativas promovidas en todo el país por la sociedad civil y por asociaciones de víctimas, así como ciertas comisiones de investigación oficiales y, en algunos casos, a través de los procedimientos de Justicia y Paz y de otros juicios relacionados con el conflicto armado. Aparte de esas iniciativas, todavía hay asuntos trascendentales que Colombia necesita afrontar y que podemos llamar “déficit de verdad”.

Una comisión sería el núcleo de un proceso de búsqueda de la verdad más amplio en el país, que examinaría cuestiones que todavía no se han abordado adecuadamente. Destaca sobre todo la necesidad de esclarecer las responsabilidades colectivas e institucionales en las violaciones graves de derechos humanos, entre ellas las de los actores políticos y económicos. Otros “déficit de verdad”, sobre todo los que conciernen a las víctimas de desaparición forzada o la inaccesibilidad de ciertos archivos (especialmente los de las fuerzas de seguridad), no pueden ser abordados a través de una comisión de la verdad y necesitarían estrategias distintas.

Foros Semana: ¿Cuáles son las principales amenazas o riesgos a los que se enfrentan las comisiones de la verdad?


D. T.: En el caso de Colombia, hay dos cuestiones esenciales. En primer lugar, la legitimidad. Para que una comisión de la verdad se considere legítima necesita que todos los sectores sociales hagan parte del proceso. Si sólo es fruto de la negociación entre dos partes y responde únicamente a sus intereses –como ha ocurrido con resultados catastróficos en Nepal, por ejemplo–, es muy probable que fracase. En el caso de Colombia, esto significa que la futura comisión tendría que involucrar a aquellos que aún no han participado en ninguna iniciativa de búsqueda de la verdad, y suscitar un diálogo verdaderamente nacional y público que incluya todos los actores. Si no supera esa barrera, lo más probable es que la comisión no alcance resultados duraderos, ya que sólo será el relato de los firmantes, no la del conjunto de la sociedad.

Otro elemento esencial para garantizar la legitimidad es la selección y la calidad de los comisionados. Es importante que la sociedad reconozca a los miembros como independientes, imparciales, respetados y comprometidos tanto con la defensa de los derechos humanos como con el propio mandato de la comisión. El segundo desafío es gestionar las expectativas. Es frecuente que las comisiones de la verdad se vean lastradas por expectativas poco realistas que superan lo que estos organismos pueden conseguir. Si a las víctimas se les hace creer que la comisión responderá a todas sus demandas, la frustración y la desesperación serán inevitables. Del mismo modo, sugerir que un organismo así puede resolver todos los problemas de un país sólo lo convertirá en una fuente de decepción. La mejor forma de abordar la creación de una comisión de la verdad es tener unos objetivos claros y realistas. Por desgracia, en los últimos años hemos observado que los mandatos de las comisiones de la verdad se han expandido hasta abarcar una lista de funciones y problemas cada vez más larga.

Para el país, otro de los retos es abarcar un conflicto que lleva casi 50 años en activo. Hay que procurar mantener un difícil equilibrio: para poder ser legítimo, el mandato de la comisión de la verdad debería reflejar las demandas reales de los colombianos, pero al mismo tiempo tendrá que ser ejecutable y poder completarse en un periodo de tiempo razonable. De este modo, una de las prioridades debería ser encontrar formas innovadoras de solventar esa tensión.

Foros Semana: ¿Cómo se beneficiarían las víctimas en Colombia con una comisión de la verdad?

D. T.: Las víctimas son esenciales para el propósito y para las labores de una comisión de la verdad. Además de constituir la fuente principal de información, gracias a sus testimonios, el propio proceso de búsqueda de la verdad debe concebirse con el objetivo de proteger, reconocer y empoderar a las víctimas. Aunque no sea posible esclarecer la verdad de todas y cada una de las violaciones de derechos cometidas durante el conflicto armado, el reconocimiento de las víctimas es un aporte fundamental que una comisión de la verdad puede hacer a la consecución de una paz duradera.

Foros Semana: Algunos piensan que las comisiones de la verdad proporcionan impunidad, ¿cómo cambiar esa idea?

D. T.: Las comisiones de la verdad no pueden ni deben sustituir a las medidas de justicia penal. Una comisión de la verdad no se basa en una transacción en la que, de alguna forma, a cambio de participar en ella se eviten castigos judiciales o se acceda a otros beneficios. Dado que no es un mecanismo judicial, una comisión no puede procesar ni establecer responsabilidades penales de unos u otros victimarios de forma individual. Aun así, las comisiones sí pueden hacer importantes contribuciones a los procesos judiciales y a los mecanismos de reparación identificando responsabilidades colectivas, patrones criminales y las causas subyacentes de los conflictos, así como descubriendo pruebas y documentación importantes relacionadas con crímenes concretos.

Foros Semana: ¿Cuánto tomaría implementar una comisión de la verdad en Colombia?

D. T.: Los mandatos de las comisiones de la verdad se han ido haciendo cada vez más complejos y se les ha exigido que investiguen un abanico de violaciones de derechos cada vez más amplio. No se les suelen proporcionar los recursos necesarios para realizar las labores que dictan sus respectivos mandatos. Merece la pena subrayar que en Colombia el carácter favorable de las actuales circunstancias políticas y sociales proporciona una buena base para alcanzar un acuerdo de paz, pero para que la paz sea sostenible y se asiente sobre bases sólidas, la justicia deberá tener un papel importante e incluir un proceso de esclarecimiento de la verdad amplio y consistente. En consecuencia, es preciso aprovechar el impulso y no perder la oportunidad de crear una comisión de la verdad sólida y con objetivos claros, sin perder tiempo esperando que llegue “el momento ideal” ni caer en la tentación de complicar en exceso el mandato y el diseño de ese organismo. Si se pospone demasiado su puesta en marcha, se corre el riesgo de frustrar las expectativas de las víctimas y de decepcionar a la sociedad colombiana.

Foros Semana: ¿Cuáles son los problemas más notorios de la justicia transicional en Colombia? ¿Cómo se puede trabajar para mejorarlos?

D. T.:
Aunque Colombia tiene una experiencia considerable en la implementación de medidas de justicia transicional, necesita reflexionar sobre ellas y evaluar sus resultados. Entre esos procesos figuran la Ley de Justicia y Paz, la antigua Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Ley de Víctimas (1448). Esta reflexión permitiría al país no limitarse a repetir sus acciones anteriores una y otra vez (es decir, a “reinventar la rueda” en cada ocasión). En consecuencia, un análisis riguroso y constructivo de las experiencias previas contribuiría a que Colombia, partiendo de esa base, abordara las cuestiones más espinosas que tiene ante sí.

De experiencias anteriores hemos aprendido que siempre se puede mejorar la coordinación de las instituciones públicas responsables de implementar las medidas de justicia transicional. Si la comunicación no es clara, no se comparte la información y no se planifica conjuntamente, se corre el riesgo de que salgan mal incluso las mejores y más comprometidas iniciativas. Colombia es un país extenso, con complejas estructuras de gobierno no slo nacionales sino también locales y regionales, cuyas capacidades varían de forma significativa.

Foros Semana: ¿Qué mensaje trae Kofi Annan a Colombia frente a la implementación de una comisión de la verdad?

D. T.: No hay nadie que cuente con tanta experiencia en estas cuestiones como Kofi Annan. Además, desde el 2013 el ICTJ y la Fundación Kofi Annan han venido trabajando para analizar la interacción entre negociaciones de paz y búsqueda de la verdad luego de conflictos armados, y el señor Annan ha participado activamente en estos debates. Es importante señalar que en los últimos años los acuerdos de paz han generado más comisiones de la verdad que en ningún otro período histórico y que nuestras organizaciones han colaborado en el análisis de los retos que han planteado la creación de esos organismos.

Hemos realizado múltiples consultas con los principales expertos del mundo en procesos de paz y justicia transicional, y estamos compartiendo nuestras conclusiones con países que, como Colombia, se están planteando estas mismas cuestiones en estos momentos. Creemos que para que la comisión de la verdad esté a la altura de las grandes expectativas que la sociedad y las víctimas de Colombia han depositado en ella, analizar ejemplos de otros países contribuirá a dar solidez al proceso colombiano.