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DEBATE ANTICIPADO

Aun si el debate entre el Ministro de Hacienda y Horacio Serpa no se lleva a cabo, ya es <BR>evidente que los dos tienen sus miras en 2002.

10 de mayo de 1999

Detrás del enfrentamiento entre el ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, y el jefe del
Partido Liberal, Horacio Serpa, sobre la política económica se esconden las estrategias de ambos para
llegar a la Presidencia de la República. Es por ese motivo que resulta lastimoso que el debate televisado,
propuesto por el Ministro al jefe liberal, no se lleve a cabo. No sólo serviría para darle claridad a la opinión
pública sobre la responsabilidad de la crisis económica que vive el país, sino para mostrar una primera versión
del enfrentamiento entre los posibles candidatos de los partidos tradicionales. Sin duda ese objetivo lo
lograron los dos contendores la semana pasada. Hoy por hoy son pocos los que dudan que el candidato
liberal en 2002 será Serpa y cada vez son más numerosos quienes opinan que, a pesar de las dificultades
que enfrenta su cartera, Juan Camilo Restrepo tiene un buen trecho recorrido en la carrera por la candidatura
del Partido Conservador. Pero al igual que en las campañas presidenciales, quien más tenga qué perder en el
debate encontrará argumentos suficientes para no asistir a él. Sin embargo, por el momento, la propuesta del
Ministro de Hacienda sigue en firme y la opinión está a la expectativa sobre la realización del debate frente a
las cámaras de televisión.Con seguridad Serpa insistirá en su posición inicial: debate sí, pero con el
Presidente. Y este escenario no es aceptable para el mandatario, lo cual lo sabe bien el propio Serpa. En
cambio para el ministro Restrepo el debate es un escenario ideal. La verdad es que, aun en el peor de los
casos, el Ministro encontraría en ese debate un escenario para demostrar, en tiempo Triple A, el grado de
responsabilidad de la administración anterior en la actual crisis económica. Y en uno bueno, Juan Camilo
tendría la oportunidad de mostrar su talla presidencial y su amplio conocimiento de los temas económicos y,
de paso, de repartir las cargas de la responsabilidad con la administración Samper. Serpa el jefe contra
Serpa el candidatoMuchos se preguntan, sin embargo, qué gana Horacio Serpa casando todas las
semanas una pelea con el gobierno y exponiéndose a que los ministros lo reten a debates públicos sobre los
temas de la coyuntura. Quienes critican esta posición del jefe liberal argumentan que de este modo Serpa
está logrando lo que cualquiera de sus adversarios buscaría en una campaña: conservar la cercanía
respecto del gobierno Samper. Aseguran, además, que su papel como contradictor cotidiano de los
funcionarios públicos disminuye su talla presidencial. Y creen, por último, que al incursionar en terrenos que
no son los suyos, como el de la hacienda pública, corre el riesgo de competir con funcionarios que, como el
mismo Juan Camilo, dominan mucho mejor que él los temas especializados. Pero detrás de la actitud de
Horacio Serpa hay una estrategia que tiene que ver más con la necesidad de eliminar sus posibles
contendores en el interior del liberalismo que con demostrar su talla presidencial. Mediante una actitud
agresiva como jefe de la oposición y el cubrimiento masivo que recibe de los medios de comunicación,
Serpa se aleja cada día más de sus contradictores liberales. Y él sabe que para aspirar a la Presidencia
necesita del Partido Liberal, unido, detrás suyo. De manera que estaría dispuesto a pagar el costo del
desgaste para garantizar su candidatura única. Detrás de sus acciones como jefe de la oposición habría,
entonces, un riesgo calculado: garantizar su candidatura liberal y luego demostrar su categoría presidencial y
sus diferencias respecto de Samper. Pero Serpa está corriendo otro riesgo, quizás más importante Que el
de permanecer como el escudero de Samper. Al dejar de lado su actitud constructiva en algunos temas y
crítica en otros y pasar a una más abierta confrontación, Serpa puede convertirse, cada vez más, en el
símbolo de todo lo negativo que vive el país. Así, a medida que pasa el tiempo, cuando el gobierno ataca
a la administración anterior es Serpa quien la simboliza y ya no Samper, con lo cual le sucede, de alguna
manera, lo que al ex presidente Pastrana en tiempos de la administración Barco, cuando gracias a su crítica
permanente la opinión terminó viendo en él a un dirigente negativo y pesimista, incapaz de propiciar un
encuentro constructivo para aliviar la crisis del país. Juan Camilo, en cambio, tiene poco que perder. Con el
enfrentamiento público con el jefe liberal y el paquete de medidas que dio a conocer el gobierno para buscar la
reactivación económica, el Ministro de Hacienda parece haber salido del marasmo en el que se
encontraba durante los últimos meses. Quien fuera, al comienzo de la administración, el Ministro estrella,
se convirtió, pocos meses después, en el símbolo de la crisis. Hoy es parte de la solución y ha
reemprendido su camino hacia la consolidación de su posición como candidato oficial del Partido
Conservador.En cualquier caso el Ministro de Hacienda salió bien librado la semana pasada. Demostró, por
una parte, mayor conocimiento de los temas económicos que Serpa. Su propuesta de debate y el gambito de
Serpa para rechazarlo sin que se notara lo ponen como el más serio contradictor del ex ministro liberal. Y el
paso que dio el gobierno de la defensiva a la ofensiva en materia económica le da a Juan Camilo un
segundo aire en una cartera donde llevaba meses reaccionando. Por ahora es evidente que Pastrana no
debate con Serpa pero que Juan Camilo sí. La pregunta que muchos colombianos se hacen es, ¿debatirá
Serpa con Juan Camilo ahora o esperará hasta 2002? nJuan Camilo logró dar el paso de la defensiva a la
ofensiva en materia económica
H.S.: "El actual equipo económico está totalmente fracasado, y las políticas económicas propiciadas por
ellos han constituidoel principal acelerador de la crisis".
H.S.: "En el plan de desarrollo es inexistente una política de empleo...(hay que) rebajar a 40 horas
semanales la jornada laboral sin afectar el valor del salario....".
H.S.: "Se impone la refinanciaciónde un 50 por ciento de la cartera vencida en los establecimientos de crédito
a 15 años, con intereses equivalentes a la inflación".
H.S.: "...no es cierto que sea imposible revisar los aranceles...También se deberían renegociar los de la
Comunidad Andina frente a los nuevos acontecimientos del Ecuador, así como mejorar los acuerdos
del G-3 (el IVA implícito a las importaciones agrícolas)...".
J.C.R.: "(el IVA implícito a las importaciones agrícolas) es una medida sana. No se debe permitir la
competencia desleal con la producción nacional".
J.C.R. "Lo mejor que se puedehacer en este frente es seguir reduciendo las tasas de interés, toda vez que
esto permite a los deudores atender sus obligaciones y liberar recursos para demandar bienes y servicios".
J.C.R.: "Lo que el país necesitaes trabajar más y no reducir la jornada laboral. Esta fórmula ha fracasado en
otros países".
J.C.R.: "¿Cómo olvidar que fue el binomio Samper-Serpa el que elevó el desempleo del 8 al 16 por ciento,
aumentó las tasas de interés al 90 por ciento y provocó la quiebra de más de 700.000 ahorradores
cooperativos?".