Denuncian la desaparición de cuerpos en un cementerio de Barranquilla

Una cotidiana visita de Sigifredo Alcázar a la bóveda en la que estaba el cuerpo de su mamá en el cementerio Santa María terminó con una dolorosa sorpresa.

Al llegar al lugar, el hombre notó que en la tumba de su mamá habían instalado una baldosa sin que él o alguno de sus familiares lo hubiese ordenado. Sin embargo, lo peor estaba por venir.

Sigifredo se dio cuenta de que en la bóveda donde el cuerpo de su mamá llevaba varios años ahora estaba marcada con otros nombres. Es decir, que su familiar había sido sacada de sin que nadie les avisara.

La historia de Alcázar y su familia fue reseñada por el diario El Heraldo. En esta, el hombre contó que ellos mismos habían construido la bóveda para su madres, por lo que la conocían muy bien, y que ahora están muy preocupados porque nos saben dónde están los restos mortales de su ser querido.

“No sabemos si los botaron o si los pusieron en otro lugar del cementerio”, dijo el hombre, quien también contó que el suyo no es el único caso y que otras familias están pasando por la misma situación.

Entres los afectados estarían varios habitantes del barrio, que tienen sepultados a familiares en este camposanto del suroccidente de la capital del Atlántico y quienes también han reportado que han hallado bóvedas y tumbas destruidas sin ninguna explicación.

Alcázar señaló que la situación está muy alterada porque en el mismo lugar reposan los cuerpos de más personas de la familia y ahora tienen la duda de si pudo pasar los mismo con ellos. El afectado dijo que en el Santa María reposan una de sus hermanas, una sobrina y su padre.

Otra de las afectadas que denunció la desaparición fue Leidys Acuña, quien contó en Caracol Radio que una bóveda en las que reposaban tres familiares ahora la hallaron marcada con el nombre de otra persona, sin que nadie les avisara del cambio o les hubiese pedido una autorización.

La mujer contó que la administradora del cementerio le comunicó de manera extraoficial que los cuerpos de dos de los familiares había sido puestos en una fosa común y el otro en un nicho.

Ante la gravedad de los hechos, los afectados hicieron una queja pública y pidieron a las autoridades investigar para esclarecer qué es lo que viene sucediendo con los cuerpos. Además, algunos líderes del barrio pidieron que los administradores del cementerio socialicen la situación.

En respuesta a la petición de la comunidad, la secretaria de Gobierno de Barranquilla, Jennifer Villarreal, se mostró sorprendida, porque según la funcionaria, que tiene a cargo los cementerios de la ciudad, este lugar específico cuenta con vigilancia privada.

Hace unos días, sin embargo, Villarreal reconoció que el año pasado en su secretaría se habían recibido al menos cinco denuncias por casos parecidos. Por lo que manifestó que se habían tomado las medidas de vigilancia necesarias y se estaba trabajando en las investigaciones de las quejas hechas por las familias afectadas.

En diálogo con el diario, la funcionaria calificó las denuncias recientes como “delicadas” y que al tratarse de un número considerable de casos están analizando para saber si es que se trata de “personas que enterraron a sus familiares hace mucho tiempo y volvieron ahora y no los encuentran o qué ha sucedido”.