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Las comunicaciones modernas fueron el talón de Aquiles para Gerardo Antonio Aguilar, alias ‘César’, y su compañera, Nancy Conde, alias ‘Doris Adriana’. Los dos salieron derrotados de las Farc

Extradición

Destino USA

La historia reciente de 'César', el carcelero de Íngrid capturado en la operación, era una cadena de fracasos. Ahora será juzgado por terrorismo en Estados Unidos.

5 de julio de 2008

El éxito de las Fuerzas Militares con el perfecto rescate de los secuestrados implicó no sólo un gran triunfo, sino la captura de uno de los capos más importantes del grupo guerrillero: alias 'César'. Gerardo Antonio Aguilar llevaba 26 años en la Farc, era experto en explosivos y durante años se dedicó a realizar actos terroristas. Fue quien planeó el ataque contra la Casa de Nariño, el 7 de agosto de 2002, cuando Andrés Pastrana entregaba su cargo a Álvaro Uribe. Pero durante los últimos 10 años fue el principal financiero del movimiento subversivo.

Se hizo multimillonario con el negocio de la cocaína y poseía fincas, ganado, discotecas y hasta una panadería en zona rural de Miraflores, Guaviare. Importó 16.000 fusiles para las Farc, y era el proveedor de medicina y comunicaciones. Irónicamente, los mismos equipos modernos que conseguía en tiendas de Miami fueron el talón de Aquiles para labrarse su propio destino, al que llegó de fracaso en fracaso.

La captura de su compañera, Nancy Conde Rubio, alias 'Doris Adriana', realizada en febrero pasado tras una labor de inteligencia del DAS, fue un duro golpe para él y la guerrilla. Sus conversaciones telefónicas estaban siendo escuchadas por los agentes colombianos, cuando se produjo el momento clave. En una llamada a Miami, detectaron que la mujer negociaba el envío de cierto número de teléfonos satelitales, equipos GPS, celulares y radios UHF. Entonces pidieron apoyo al FBI, que entró en contacto con la persona que le hacía los envíos de los equipos a Colombia, quien se convirtió en informante. Como resultado, le despachó teléfonos que ya estaban 'chuzados' y que fueron a parar en manos de los comandantes de las Farc.

Revestidos de una gran paciencia, los hombres de inteligencia militar, asesorados por las agencias internacionales, escucharon durante años las conversaciones de los líderes de la guerrilla, aprendieron a conocerla y llegaron al fondo de sus entrañas. Neutralizaron los contactos que le cambiaban la cocaína a 'César' en Surinam, Guyana y Venezuela, por armas y medicina. Poco a poco, el subversivo fue perdiendo el manejo de la red logística de las Farc en Vaupés y Guaviare, hasta el punto de que en los últimos tiempos ya estaba prácticamente aniquilado.

Por la misma razón, 'César' ya había perdido buena parte de la confianza que le tenía el Secretariado. Fue él quien dejó en ridículo a las Farc y al presidente venezolano, Hugo Chávez, cuando anunciaron la entrega de Emmanuel, el niño de Clara Rojas. 'César' le había entregado el bebé a un campesino y había perdido su rastro. Y como si eso fuera poco, él era el comandante del grupo de milicianos capturados por el Ejército, en noviembre pasado, en Bogotá, con las pruebas de supervivencia, fotos y cartas del grupo de secuestrados, el mismo del que se escapó el intendente de la Policía John Pinchao.

'César' era el verdadero "carcelero" de las Farc. Tuvo bajo su custodia unos 40 secuestrados, y cuando sus hombres entregaron a Clara Rojas y a los ex congresistas Consuelo de Perdomo y Jorge Eduardo Géchem, ya había caído en desgracia. Fue reclutado a los 26 años por 'Iván Márquez' en Remolinos del Caguán y luego de ganarse la confianza del Secretariado, ingresó al anillo de seguridad de 'Tirofijo' cuando existía el campamento de Casa Verde. Ascendió hasta cuando hace unos 10 años su jefe inmediato, el 'Mono Jojoy', le dio el mando de 350 hombres que conformaban el Frente primero de las Farc en los Llanos orientales.

Nacido hace 49 años en El Cairo, Valle del Cauca, era en el monte "malvado, sanguinario y casi sádico", como lo describió Íngrid Betancourt, quien lo conoció en sus 10 años de cautiverio.

Su seguidilla de fracasos recibió el último puntillazo cuando los hombres del Ejército le arrebataron lo que las Farc consideraban la "joya de la corona". Hoy, cuando se hizo efectiva la orden de captura con fines de extradición, se espera que sea juzgado con su compañera por narcotráfico y terrorismo en una corte federal de Estados Unidos.