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| Foto: Archivo SEMANA

DIÁLOGOS

Así sería la ‘comisión especial’ para implementar acuerdos con las FARC

Según lo acordado en una reunión con los partidos políticos en la Casa de Nariño, esta fórmula podría ser el camino para avanzar en el proceso de paz.

19 de agosto de 2015

Después de la intervención de Humberto de la Calle en las horas de la mañana del lunes, quedó la impresión de que todavía no estaba definido cuál sería el mecanismo para implementar los acuerdos de La Habana.

El jefe negociador dijo que existía un ramillete de posibilidades como el referendo, el plebiscito, la constituyente y las facultades extraordinarias y señaló que la sugerencia del presidente Juan Manuel Santos de un 'congresito' era simplemente una propuesta y no el mecanismo acordado definitivamente. 

Sin embargo, esa percepción cambió en las últimas horas cuando se conoció que anoche en una reunión en la Casa de Nariño se tomaron decisiones importantes. A la cita asistieron los líderes de los partidos políticos de la Unidad Nacional, así como algunos dirigentes conservadores.

En esa reunión se acordó que se le meterá el acelerador al trámite legislativo de la fórmula que se ajuste para implementar los diálogos en La Habana. Se espera que la próxima semana exista ya un borrador de proyecto de ley que debería ser presentado pronto. Lo más revelador de la reunión fue el preacuerdo que hicieron los partidos. En este se habría ya acordado que el mecanismo podría ser, como se ha dicho en los últimos días, la creación de una Comisión Especial dentro del Congreso de la República.

Se espera que esa comisión sea la punta de lanza de las propuestas de proyectos de ley y actos legislativos que se necesiten para hacer realidad los acuerdos de la Habana. Aun así, se sabe que el mecanismo no busca desconocer el Congreso y que este tendrá la posibilidad de debatir y ratificar lo que se haga en la Comisión.

Aunque hay muchas cosas por determinarse, algunos aspectos de lo que va a pasar ya están definidos. Sólo dos puntos requieren una reforma constitucional: la justicia transicional y la participación política. Este último sobre todo porque hay una prohibición expresa en la Constitución para que quienes hayan sido condenados por delitos de lesa humanidad puedan acceder a cargos de elección popular. Por otro lado, todos los demás temas se pueden tramitar por ley ordinaria.

Se sabe que el Congreso probablemente le otorgará al presidente facultades extraordinarias para este proceso. Lo que falta por definirse es si son solamente para invitar a las FARC a participar en la Comisión Especial Legislativa o si estas se pueden extender a los temas de más calado como la justicia transicional y la participación política.

En todo caso, está establecido que la aprobación final tendrá que venir de la dicha cuerpo, que será integrada por miembros del Congreso, nombrados proporcionalmente a la actual distribución de ese organismo. En otras palabras, cada partido tendrá el mismo porcentaje de curules que hoy. Por lo tanto, estará presente la oposición, en la misma medida a cómo se encuentra integrado el parlamento.

Se calcula que para que la comisión sea operativa el número no debe ser inferior a 20 ni superior a 30 personas. El número de representantes de las FARC no está todavía determinado. Por lo tanto, la fórmula que hasta ahora está siendo evaluada es una derivación de las facultades extraordinarias que el expresidente César Gaviria había propuesto, pero con el contrapeso de la Comisión especial que tendrá presencia tanto del Congreso como de las FARC.

La discusión jurídica que se viene será larga y compleja. Hay otro aspecto que se tendría que definirse. El primero es cómo se cumplirá la promesa de Juan Manuel Santos de ratificar con el pueblo colombiano lo que se firme en los diálogos con la guerrilla. Durante los últimos meses se ha hablado de muchos mecanismos, como el referendo, el plebiscito y la Asamblea Nacional Constituyente.

Sin embargo, todos estos tienen muchas contras por el tiempo que se necesita para su trámite y los umbrales de votación que requieren. Tampoco se descarta que exista una especie de Séptima Papeleta, como ocurrió en 1990.

La discusión sobre cuál debería ser la fórmula jurídica para implementar los acuerdos está abierta desde cuando en una entrevista con SEMANA el presidente Santos habló de la posibilidad de hacer un ‘congresito’

El debate está abierto y, como señala un reciente análisis de Semana.com, se necesitará una gran dosis de imaginación. Las leyes están diseñadas para tramitar la normalidad, y un acuerdo con la guerrilla es un evento que no necesariamente está previsto. 

Colombia ha tenido que definir ese debate en otras oportunidades en el pasado. En 1958, para aclimatar la paz entre liberales y conservadores se firmó un plebiscito. En 1990 la séptima papeleta hizo posible convocar a una Asamblea Constituyente. Muy pronto se conocerá cuál será la fórmula elegida para sellar la paz con las FARC.