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Diez años de privatización

¿Están los puertos colombianos listos para responder al ALCA y al TLC?

30 de noviembre de 2003

La semana pasada se llevo a cabo un foro para evaluar los primeros 10 años del proceso de privatización de los puertos marítimos colombianos. Al evento acudieron expertos nacionales e internacionales y autoridades colombianas, que se encargaron de mostrar los avances que se han logrado y los retos que aún se tienen por delante. Sobresalieron como logros la estabilidad de las reglas de juego para los participantes, las inversiones llevadas a cabo por las sociedades portuarias y los operadores que anteriormente eran realizadas por el Estado, así como la decisión de mejorar los indicadores de eficiencia. Este aumento en la productividad ha redundado en menores tarifas y costos portuarios que han favorecido el comercio exterior colombiano. El investigador Luis Alberto Zuleta, en una reciente evaluación de la reestructuración portuaria estimó que la economía colombiana en los últimos 10 años, a pesar del costo de la liquidación de Colpuertos, se benefició con este proceso en 11.700 millones de dólares.

Los provechos económicos se recibieron en menores fletes de exportación e importación, en menores costos portuarios, en reducción de tiempos de espera y en agilización de procesos portuarios y aduaneros.

A pesar de los logros alcanzados, que ponen la infraestructura colombiana en buena posición frente a la región latinoamericana, ésta dista mucho de la de los mejores puertos de Europa y el Lejano Oriente, donde se han alcanzado indicadores de productividad tres y cuatro veces superiores a los colombianos. El ex ministro de Hacienda, Hugo Palacios (autor de la ley de privatización), insistió en la importancia de acometer el tema del transporte en su conjunto, para incluir los mejoramientos no sólo en los puertos marítimos, sino en los fluviales, así como en toda la cadena de transporte.

Frente a la realidad de la firma de un tratado de libre comercio -TLC con Estados Unidos y el Alca con los países americanos-, el ex ministro de Desarrollo, Eduardo Pizano, prendió las alarmas al señalar que de no darse un incremento en la productividad con mayores inversiones en los puertos, estos podrían saturarse con el incremento de la carga de importación y exportación. Para apoyar esta afirmación, Pizano mostró cómo México al firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, incrementó sus exportaciones per cápita en cerca de 3,5 veces. Si esta situación se repitiera en Colombia, los puertos pasarían de exportar ocho millones de toneladas anuales a 30 millones. De acuerdo con la Superintendencia de Puertos, hoy las sociedades portuarias tienen unos índices de ocupación que están entre 53 por ciento y 75 por ciento, lo que con el incremento de la carga, las llevaría a congestiones similares a las que se presentaban con Colpuertos.

Si esta es la situación que se va a presentar, ¿qué se puede hacer para evitarlo? Las sociedades portuarias están en proceso de negociación con el Ministerio de Transporte la extensión de sus concesiones. Esta es la oportunidad para que un gobierno que carece de recursos fiscales para mejorar la infraestructura portuaria y los canales de acceso a los puertos, comprometa a éstas a llevar a cabo las inversiones en obras y en nuevos equipos que permitan agilizar la operación portuaria, a cambio de la extensión de las concesiones, lo que les permitiría a éstas recuperar estos mayores costos. De no hacerlo, les estaría dando ventajas comparativas a otros países de la región, como Panamá, que en un esquema de concesión está logrando inversiones por 900 millones de dólares en tres puertos. Este mejoramiento se hace aún más necesario cuando este último país está pensando seriamente en la ampliación de su canal para aumentar no sólo el tráfico de buques, sino la capacidad de los mismos.