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Los días 16,17 y 18 de enero, en medio de los árboles y el sol sabanero,el Presidente y su bancada intentaron superar diferencias y cargar baterías para r un año que puede ser díficil

Política

Disciplina en el Hato

El gobierno y su bancada empezaron el año con retiros estratégicos. Hubo diferencias, pero salieron comprometidos con la agenda de Uribe.

20 de enero de 2007

El gobierno del presidente Álvaro Uribe comenzó el año la semana pasada. Por primera vez lo hizo después de descansar, descansar y descansar. Los altos funcionarios se tomaron por primera vez unas merecidas vacaciones. Y arrancaron en la hacienda Hatogrande con unos retiros de dos días, en los que el jefe y sus ministros, power point en mano, intentaron convencer a su bancada de comprometerse a fondo con su agenda, sin muchos cambios.

La estrategia se concentró en los proyectos legislativos. Al aire libre, bajo el picante sol sabanero de enero, el Presidente fijó prioridades: aprobar el TLC, el Plan de Desarrollo, la Ley 80, la reforma de las transferencias y la modernización del ISS. Hubo meseros, comida, onces, almuerzo, cena, pero algunos congresistas quedaron hambrientos: no se habló de burocracia, ni de coaliciones electorales para octubre. Y como si hubiera un acuerdo implícito, nadie dijo una palabra sobre la para-política.

No todos estaban preparados para la misma tonada. Durante la cumbre salieron a relucir duras críticas de algunos miembros de la coalición gobiernista contra miembros del gabinete. Los reclamos abarcaron desde el incumplimiento en las metas de construcción de vivienda y carreteras, la falta de cifras presupuestales y réplicas a la presentación del plan, hasta los resultados en el sector agropecuario.

Algunos criticaron entre dientes la presentación de Carolina Rentería, directora de Planeación Nacional. "Se puso tan nerviosa, que se le iba la voz. No mostró cómo se harán viables las propuestas. Aunque el Presidente supo meter la cucharada para disimular los vacíos", dijo un representante. Otros censuraron la propuesta de Diego Palacio frente a la reforma del Instituto de Seguros Sociales. "Es privatizar la salud", afirmaron.

Andrés Felipe Arias, ministro de Agricultura, y Andrés Uriel Gallego, de Transporte, fueron los más cuestionados. Arias genera resistencias en el partido de La U, aunque lo defiende el partido Conservador, al cual pertenece. Carlos García, presidente de La U, en medio de la cumbre mencionó su descontento ante el escaso crecimiento del sector agro (1 por ciento). Y hasta hizo públicas sus inquietudes en los medios de comunicación.

Para los críticos de Arias en el propio seno del gobierno, las cifras del sector no corresponden a las inversiones o los beneficios tributarios que se les entregan a las familias guardabosques y a los desmovilizados. Ni a los créditos de Finagro o al apoyo a la producción de etanol y biodiesel. Luis Guillermo Vélez, también senador por La U, cuestionó la pérdida de más de 600.000 empleos en el sector agro durante 2006.

El Ministro de Transporte también fue objeto de señalamientos por el incumplimiento en la construcción de vías del llamado Plan 2.500, una de las banderas del primer gobierno del presidente Uribe que no se ha concretado al ritmo previsto. Este es un tema que además despierta sensibilidades entre la clase política, porque las obras son amores que se vuelven muy rentables en un año electoral, cuando los candidatos que defienden al gobierno van en busca de los electores.

¿Sirvió para algo la catarsis de comienzo de año? El coaching y la integración del alto equipo de gobierno, con su bancada, avanzó en los objetivos propios de estos eventos: alinear el trabajo de las entidades, unificar criterios, acordar fórmulas para las diferencias. En los días previos a los retiros se habló con insistencia de relevos en el gabinete, y la ratificación generalizada, después del descanso, fortaleció la mística. Falta ver cuánto duran los efectos del sol de enero. Y, sobre todo, si alcanza hasta los períodos legislativos. El gobierno aspira a que los partidos de la coalición marchen con mayor disciplina y sin los sobresaltos del año pasado. ¿Lo logrará? Por ahora tienen la confianza de un equipo afinado. Pero también, aunque este punto se quedó en la agenda implícita, saben que las batallas de 2007 serán difíciles.