| Foto: Juan Carlos Sierra

NACIÓN

"Estoy aquí para comunicarles mi miedo por su país": el emotivo discurso de Todd Howland

El Representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos pidió ante el Congreso la refrendación del Acuerdo de Paz. Sus reflexiones sobre el miedo, a partir de su experiencia como enfermo de leucemia, estremecieron a más de uno.

30 de noviembre de 2016

En las extensas jornadas que se viven en el Congreso para refrendar el acuerdo de paz pactado entre el Gobierno y las Farc han habido decenas de intervenciones. Sin embargo, muy pocas lograron acaparar la atención de los congresistas y demás participantes. Con un breve discurso Todd Howland logró atraer la atención del recinto. El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien ha conocido de cerca los conflictos de Congo y Angola, en África, señaló que Colombia camina por la cuerda floja y que en manos del Congreso están las vidas de miles de ciudadanos que son los que sufren la violencia en los territorios alejados de Bogotá.

Este fue su discurso:
 
En 2010 fui diagnosticado con leucemia. Unas semanas después tomé un curso para personas que se enfrentan a la incertidumbre sobre la supervivencia, sobre la vida y la muerte. En este curso nos dijeron que era muy importante decir lo que se piensa.
 
Hoy estoy aquí para comunicarles mi miedo. Mi miedo por su país. Tengo un miedo muy grande de que la esperanza del Acuerdo de Paz con las FARC no va a producir la No Repetición de las violaciones de derechos humanos, para la gente que vive y ha vivido por décadas afectada por el conflicto, porque la realidad de la gente que vive en las áreas de influencias de las FARC, ya está cambiando, y no es para mejor.
 
No estoy aquí para culpar al Gobierno, ni a quienes votaron SI, ni a quienes votaron NO. Pero todos comparten la responsabilidad de donde estamos ahora.
 
Todos y todas tienen responsabilidad de encontrar una salida.
 
Estoy aquí para pedirles a ustedes poner como prioridad los derechos de los más o menos dos millones de colombianos y colombianas que viven afectados de manera directa por el conflicto armado con las FARC, y para que con sus decisiones no se adicionen 2 millones de víctimas más a los 8 millones que ya existen en Colombia.
 
Estoy pidiendo a ustedes poner la realidad de estas dos millones de personas en frente de sus diferencias ideológicas y políticas.
 
Los procesos de paz son sostenibles cuando los acuerdos son bien implementados, y hay  una manera evidente de ver una mejora en la situación de derechos humanos.
 
Este proceso de paz con las FARC se puede decir que ya está mal implementado, pues ya hay impacto negativos en la situación de derechos humanos.
 
Por meses, antes de la firma del primer Acuerdo de Paz, ellos (los integrantes de las FARC) ya estaban saliendo de las zonas tradicionalmente de su influencia. En muchas de estas zonas hay economías ilícitas, por ejemplo: coca y minería ilegal. Estos vacíos dejados por las FARC, supuestamente el Estada los va a llenar, trabajando por transformar las economías ilícitas en lícitas. Esto no está ocurriendo ahora. En cambio, otros grupos ilegales están entrando en estas áreas.
 
En El Bagre, Antioquia, donde las FARC tenían una presencia histórica, y a la vez había y hay mucha minería ilegal, este año hubo 37 homicidios, tres de las personas asesinadas son líderes sociales.
 
En Tumaco, Nariño, este año ya tenemos 119 homicidios, dos de las personas asesinadas son líderes sociales.
 
Es importante ponerse en los zapatos de las 2 millones de personas que viven en estas áreas de conflicto.
 
En Tumaco rural, la gente tiene suerte de tener tres años de educación formal. Esto no es una excepción para estos dos millones de personas. Mucha de la gente que es líder o lideresa comunal en estas áreas no puede escribir ni leer.
 
No es normal para un país tan desarrollado como Colombia que de estos dos millones de personas muchos tengan que vivir de la coca, de la minería ilegal, que no haya presencia del Estado, ni servicios básicos como salud y educación, y claro no hay oportunidades para ellos y ellas.
 
Estos dos millones de personas viven miedo por el contexto de violencia. No es normal que muchos de estos dos millones de personas, ni siquiera puedan votar. Para ustedes es muy fácil votar, si van a caminar 5 o 20 minutos estarán en su puesto de votación. Pero piensen en esos dos millones de personas, que tiene que hacer un esfuerzo de uno o dos días para ir a votar. En varios países hay una aceptación del estándar internacional que pide que todas las personas tengan el mismo derecho del voto, donde todas y todos tienen el mismo acceso al voto. No puede ser que unas personas tengan inconvenientes para votar  en un lugar y otras no.
 
Amartya Sen, el Premio Nobel de Economía, dice que los datos disponibles indican que hay una relación entre mortalidad prematura, hambre escapable, morbilidad evitable y falta de libertades y derechos.
 
Es normal que ustedes como políticos respondan a la mayoría. Estos dos millones de colombianos y colombianas de los que estoy hablando viven dispersos en unos 20 departamentos del país, son la minoría de las minorías. Sus votos normalmente no ganan elecciones. Priorizar sus derechos podría ser un problema para sus objetivos políticos. Sin embargo, estos dos millones de personas a veces si tienen importancia en las elecciones. Estas personas, además, también son colombianas y colombianos y merecen los mismos derechos que tienen ustedes. A pesar de que la inversión necesaria en sus vidas para cambiar su realidad, no haga que ustedes ganen elecciones.
 
Más y más, durante los últimos dos últimos meses, los miembros de las FARC le preguntan a los integrantes de nuestros equipos en terreno, en varias partes de Colombia rural: qué está pasando y qué va  a pasar con nosotros. La Incertidumbre es muy mala para un proceso de paz…
 
Ellas y ellos ya tienen ofertas de trabajo en otros grupos ilegales y en economías ilícitas. La No repetición de violaciones de derechos humanos en las áreas afectadas por el conflicto, en los lugares en los cuales viven los dos millones de personas que he citado aquí, no está relacionado con lo que pase con los miembros del Secretariado de las FARC, pero sí está relacionado con lo que pasa y va a pasar con los integrantes rasos de las FARC. Maximizar su reintegración es necesario para el éxito del Proceso de Paz y para la No Repetición de violaciones de derechos Humanos.
 
Estamos observando más y más señales de disidencia. Por ejemplo, en Tumaco una de las muertes sería responsabilidad de estas disidencias. En otros lugares del país, las muertes son responsabilidad de BACRIM u otros actores de la post desmovilización de las AUC.
 
Los Acuerdos de Paz son imperfectos. Este de Colombia no es la excepción. Un mal acuerdo bien implementado tiene posibilidad de ser sostenible. La perfección es enemiga de lo posible.
 
Trabajar en Colombia por el “Acuerdo Perfecto” va a condenar a dos millones de personas a la repetición de violaciones de sus derechos, porque las FARC se va a desarticular antes de que ustedes creen ese “Acuerdo Perfecto”.
 
Los acuerdos relacionados con transformar las economías ilícitas, con crear un desarrollo rural y con el sistema integral de justicia, incluyendo los trabajos de desarrollo social que las FARC deben comenzar, son necesarios en este momento, ya que lograrán minimizar los riesgos de las violaciones de derechos humanos que se comentan en contra estos dos millones de personas que viven en las zonas de conflicto.
 
En unas áreas ustedes ya están demasiado tarde, porque ya entraron otros grupos armados, y ya hay personas muertas.
 
Es importante que ustedes como actores del Estado recuerden sus obligaciones relacionados con los derechos de todas y todos, incluyendo particularmente a estos colombianos y colombianas, los dos millones de personas, que viven en estas zonas en las que su derecho a la vida está en juego.
 
Su obligación es la de parar el conflicto con las FARC lo más rápido posible y la de no arriesgar más la vida de estos dos millones de Colombianos.
 
Gracias por esta oportunidad, y suerte para crear un Acuerdo y un Proceso en el cual todas y todos estén aportando algo para mejorar la situación de los derechos humanos aquí en Colombia.