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Doctor Gallinazo

Un quimico barranquillero, medio genio y medio brujo, asegura que descubrió la cura para el sida. Algunos especialistas le creen.

20 de septiembre de 1993

Mientras Estados Unidos destina el equivalente de cerca de 200 mil millones de pesos anuales para investigar y combatir el sida, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide a todos los países que aporten por lo menos 2.500 millones de dólares para la misma causa y el Gobierno de Colombia se compromete a girar cerca de 10 mil millones de pesos para luchar contra esa enfermedad, un químico farmacéutico y medio brujo, descendiente de indios guajiros de la casta Epiayuu, con la milésima parte de esos recursos y sin tanto tiempo de investigación, dice en Barranquilla que él ya descubrió la cura para el sida.
Muchos le creen. Pero otros, los científicos y los médicos convencionales, no sólo no le creen sino que no quieren saber nada de él. De manera que lo que no logró el cura Bernardo Hoyos con sus discursos contra la gente rica de la ciudad alta, lo con siguió Miguel Angel Palencia: dividió la ciudad en dos.
Hay quienes lo tildan de loco y también los que dicen que se trata de un genio, los que dicen que es un vividor encantador de tontos y los que admiran su dedicación al estudio del sida y el cáncer.
Para los vendedores de pescado de la zona de Barranquillita, donde agoniza el arroyo de Revolo y se respiran los aires más fétidos de la ciudad, es el doctor Gallinazo y para los enfermos de sida de Estados Unidos y Europa, que le escriben decenas de cartas cada semana es el doctor Palencia.

HALLAZGO EN URUMITA
La locura -o si se quiere, la genialidad- de Palencia comenzó en febrero de 1962. En ese entonces estudiaba química y farmacia en la Universidad del Atlántico. Era el menor de tres hermanos, hijo de un ganadero y una india guajira, y durante las vacaciones de fin de año viajaba a Urumita a ayudar a sus padres. Durante uno de esos períodos de descanso, se produjo la muerte de cientos de reses debido a una epidemia de carbón animal. La forma como los gallinazos devoraron los restos llamó su atención y decidió estudiar en detalle el organismo del detestado y repudiado gallinazo.
Palencia se dio entonces a la tarea de investigar la composición química del jugo gástrico del gallinazo o chulo, para tratar de averiguar por qué razón puede comer toda clase de alimentos, inclusive los más descompuestos y putrefactos, sin que ello afecte su organismo.La inquietud de Palencia no era ninguna novedad. La misma pregunta se la había formulado años atrás el médico y escritor cartagenero Alfonso Bonilla Naar, quien revolucionó en los años 50 la facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Bogotá con sus estudios sobre el gallinazo, a quien no consideraba ave de mal aguero sino sujeto de análisis científico.
Una vez graduado y con el título de Químico Farmacéutico bajo el brazo y el rótulo de loco y genio, Palencia se dedicó a tratar de descomponer en su laboratorio el jugo gástrico del gallinazo y a vender la tesis de que semejante animal era capaz de salvar vidas humanas. Comenzó investigando la cura para el cáncer.
Ello le produjo muchas satisfacciones profesionales, como la visita del premio Nobel de Medicina de 1981, Renato Dulveco, quien se interesó por sus investigaciones y presentó en Italia las conclusiones de dichos estudios.Pero pese a las satisfacciones profesionales, la primera tarea le ha quedado grande, según él, no por falta de ganas sino por falta de plata. Para evitar que con el estudio sobre la cura para el sida le suceda lo mismo que con el cáncer, acaba de enviarle una carta al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, donde le solicita un millón de dólares para financiar su proyecto. Habrá que esperar primero si Clinton recibe la carta, y segundo si la contesta.Palencia es quizá la única persona que cree que ambas cosas sucederán.
Al Magic Johnson, el famoso basquetbolista norteamericano, y al boxeador colombiano"Huracán" Palacios, portadores del mortal virus, también les envió cartas en las que, a diferencia de la que dirigió a Clinton, no pide dinero sino que les ofrece el remedio, sin pedir a cambio retribución económica alguna. Lo único que les solicita es que se sometan a su tratamiento. Ellos tampoco han contestado.
El tratamiento consiste, básicamente, en suministrarle el producto elaborado del jugo gástrico del gallinazo mezclado con algunas plantas medicinales. La fórmula no la suministra: "Es como pedirle a la Cocacola que nos diga a todos su receta", dice. Lo único que revela es que antes de tomar el jugo gástrico del gallinazo, el animal debe ser alimentado con sangre contaminada con el virus del sida y deben esperarse 72 horas. El jugo gástrico se trata entonces con la esencia de las plantas medicinales -no dijo cuáles, se filtra y se elabora el producto.

Loco, Genio, Vividor...
Pero mientras espera la respuesta de los tres personajes. La fama del doctor Gallinazo se sigue tejiendo al ritmo de una ciudad tropical y macondiana como Barranquilla. Su fama, buena y mala, sigue tomando cuerpo con el "correveidile" de los taxistas, los chanceros, los vendedores de butifarra, las prostitutas del Paseo de Bolívar y, por supuesto, los enfermos de sida y sus familiares que como última esperanza acuden al doctor Gallinazo pagan una consulta de 25.000 pesos, compran un frasco de Manopale-LV-como se llama el remedio-, y salen del consultorio con la ilusión de haber encontrado la cura a su enfermedad.
Algunos escriben agradecidos -hay cientos de cartas sobre su escritorio. Otros mandan dinero para que Palencia les envíe el remedio. Pero hay otros de los cuales no se vuelve a saber nada. No hay registros de ellos, o por lo menos Palencia no los revela, pues pretenden preservar sus identidades. ¿Loco? ¿Genio? ¿Vividor? ¿Redentor? Nadie sabe.
El sida seguirá dando para todo.Hay quienes buscan el remedio en los embriones de pato canadiense, como el biólogo Oscar Mendoza; quienes preparan un coctel de tres drogas para eliminar el virus, como los médicos de la Universidad de Harvard en Estados Unidos; quienes experimentan sus fármacos con chimpancés; quienes centran sus esperanzas en la AZT, la única droga admitida por la OMS; quienes dedican 10 años a la investigación de la enfermedad, como Jean Claude Chermann, codescubridor del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Y hay también algunos como el doctor Gallinazo, que brindan la última esperanza a los enfermos más desesperados y construyen tras de sí una leyenda que es hoy la favorita del pueblo barranquillero.
Que piensan los especialistas
ALEIANDRO HAAG LEDERNER Médico especialista en tratamiento del sida, catedrático de la Universidad del Norte de Barranquilla: "Lo ¿mportante es que su comportamiento sea ético y honesto.No conozco un solo paciente que esté siendo tratado por el 'Doctor Gallinazo'. Quisiera saber ¿dónde han sido publicados sus estudios e investigaciones? Los genios sólo nacen del conociiento, aunque no descarto los milagros.
ALVARO LLANOS Especialista, catedrático del Hospital Metropolitano de Barranquilla: "Hasta el momento no conozco la cura del sida.
Elaborar una droga requiere muchos años de experimentación en animales, una serie de estudios preclínicos y clínicos. Un seguimiento de los pacientes: ¿Cuántos sobreviven? Hay pacientes que temen al tratamiento y prefieren acudir a personas como el 'Doctor Gallinazo,, más para aferrarse a una ilusión que para encontrar su sanación" RICARDO CAMARGO Presidente de la Sociedad Colombiana de Químicos Farmacéuticos, seccional Atlántico: "El doctor Palencia es un gran investigador.
Su trabajo ha sido destacado y reconocido en Estados Unidos y Europa. Sus estudios son valiosos y tienen validez cientifica.
Todos sus trabajos tienen razón de ser y están respaldados por más de 30 años de experiencia en estudios del organismo del gallinazo. Doy fe de su trabajo profesional".
EDUARDO MARTINEZ Decano de la facultad de Química y Farmacia de la Universidad del Atlántico: "En el jugo gástrico del gallinazo debe existir una sustancia que destruye el virus.La hipótesis del 'Doctor Gallinazo' parece fabulosa. De no ser por el trabajo que desempeño hasta yo mismo me uniría a esas investigaciones. Acabo de aprobar la intervención del doctor Palencia en la Convención de Químicos acerca del 'Método de destruir el virus del sida ''