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El abismo

El caso del niño Andrés Felipe Pérez refleja la profunda distancia que hay entre el resto del país y las Farc.

17 de septiembre de 2001

Pocos hechos de la guerra que sufre el país han sensibilizado tanto a la opinión pública como el caso de Andrés Felipe Pérez, el niño de 12 años enfermo de cáncer y cuyo padre está en poder de las Farc. ¿Cuáles son las razones para que haya ocurrido esto? Para muchos la respuesta es clara: es una de las demostraciones más frías y escalofriantes de la crueldad de las Farc. Sin embargo el caso va mucho más allá de un acto de sevicia y simboliza la complejidad de lo que significa lograr la paz.

El dramatismo de la historia y, más aún, vista en vivo por la televisión, hace que la gente se solidarice fácilmente con las víctimas. Un niño al borde de la muerte cuya última voluntad es despedirse de su padre secuestrado y a quien sus captores se niegan a liberar. Frente a ese cuadro, es más que natural que los televidentes se hayan radicalizado en favor del niño. Las páginas de Internet de los canales de televisión han recibido una avalancha de correos electrónicos de espectadores que censuran el hecho. Sin pretenderlo los ciudadanos han tornado la solución más difícil. Ante lo que las Farc ven como un acorralamiento colectivo manipulado por las clases dirigentes, la posición del grupo guerrillero ha sido endurecerse cada vez más. Para las Farc la dramatización en televisión es un guión premeditado: el rostro pálido del niño con la máscara de oxígeno, las imágenes de su padre, el cabo de policía Norberto Pérez, en algún lugar de la selva y con el mismo uniforme con el que fue secuestrado hace casi dos años y las lágrimas de la madre, Francia Edith Ocampo. Lo triste es que la tragedia en esta historia es verdad.

El caso también ha puesto sobre el tapete las enormes dificultades de las Farc para sintonizarse con otros sectores del país, en especial con la llamada Colombia urbana. El caso del niño es un ejemplo de que la retórica revolucionaria se limita a una ortodoxia marxista anacrónica en la que cualquier clamor ciudadano por un acto humanitario es interpretado como una manipulación de las élites para desinformar al país. Así como la ETA no busca ganarse el afecto de la sociedad española sino que intenta hacer del País Vasco un Estado independiente, a las Farc no les toca un hecho que ellos ven como producto comercial de unas clases pudientes. No porque crean que el niño es de clase alta, sino porque creen que está siendo utilizado por “la oligarquía”. Así lo aseguraron en uno de sus comunicados: “Andrés Felipe ha sido convertido en una simple mercancía. De la misma manera que el derriere o siliconos bustos de Natalia, Tatiana o Carolina sirven para vender jabones, cuadernos, carros o cervezas, el drama de Andrés Felipe sirve para la lucha publicitaria de la oligarquía contra la guerrilla”.

En esta dinámica para las Farc el hecho de liberarlo no significa la obtención de réditos políticos. Al contrario, en su situación actual prima el factor militar por lo que ven viable la liberación del padre siempre y cuando se produzca un canje si el gobierno concede “la libertad del camarada Ignacio González Perdomo, que padece una penosa enfermedad”. De esta manera, mientras la sociedad colombiana ve en esta negativa de las Farc un acto de enorme miopía política —además de barbarie—, para las guerrillas es una oportunidad para un avance militar.

Por último, el caso simboliza de manera clara las enormes dificultades que aún existen para que se consolide el proceso de paz en Colombia. Revela graves problemas de confianza de las Farc hacia la sociedad, y viceversa. Y la confianza es requisito esencial para avanzar. Si ésta no se ha logrado para un caso tan conmovedor y extremo se puede imaginar lo difícil que será construirla en el proceso de negociación y de reconciliación. El hecho deja una lección profunda aunque elemental: la guerra es terrible y está llena de historias como la de Andrés Felipe, que sólo podrán ser superadas en la medida enque esta se acabe, avanzando en un proceso de paz.