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El antecedente nigeriano

La multinacional Sagem, la firma más opcionada para quedarse con el contrato de la renovación de las cédulas de los colombianos, está cuestionada en Nigeria, donde adelanta un proyecto similar.

16 de mayo de 2004

Afines del año pasado las autoridades londinenses detuvieron a un nigeriano que llevaba en una maleta 200.000 dólares. Pensaron que esto les permitiría identificar una red terrorista, pero al investigar descubrieron que el dinero era uno de los pagos hechos a altos funcionarios del gobierno nigeriano en uno de los casos de corrupción más grande de este país africano.

Aunque aún no ha culminado el proceso judicial que establecerá responsabilidades, el caso salpicó a la multinacional francesa Sagem, empresa líder en comunicaciones y proyectos de seguridad y defensa, que adelanta desde 2001 en Nigeria el proyecto más grande de cedulación del mundo. El segundo proyecto de este tipo en tamaño es el de Colombia y su primera etapa, que se inició en 1997 y costó 62 millones de dólares, ya fue realizada por la misma empresa.

En los últimos meses se ha discutido la realización de la segunda etapa, en la que se renovará la cédula a todos los colombianos. Una de las propuestas más opcionadas es la de Sagem, por 120 millones de dólares, pero aún no se toma ninguna decisión pues en el alto gobierno no hay acuerdo al respecto. Unos defienden la contratación inmediata con esta empresa argumentando su experiencia y la urgencia del proyecto. Otros dicen que se debe convocar a un concurso en el que participen otras empresas buscando transparencia en la contratación y la posibilidad de tener otras opciones tecnológicas.

En el caso de Nigeria el contrato con Sagem fue por 214 millones de dólares y se buscaba cedular a más de 60 millones de ciudadanos. En febrero del año pasado se hizo una campaña en la que se contrataron 246.000 personas en todo el país para que registraran a los nigerianos.

Un columnista del diario nigeriano Daily Trust denunció irregularidades en este proceso y dijo que los equipos de Sagem no eran nuevos, algo que exigía el contrato; que el personal tomó mal las huellas digitales, lo que es clave para garantizar la seguridad del sistema; y que fue tal la desorganización, que algunos funcionarios cobraron por un registro que era gratuito.

Otras denuncias por supuesta corrupción llevaron al presidente nigeriano Olusegun Obasanjo a ordenar una investigación. Luego de la captura en Londres se reveló, según lo registraron en su momento la BBC y las agencias Asociated Press y Reuters, que en el caso se pagaron dos millones de dólares en sobornos a funcionarios nigerianos.

Según la Oficina de Comunicaciones Públicas de Nigeria se levantaron 16 cargos contra el entonces ministro de Trabajo y de la Productividad, quien fue destituido y capturado, y contra otros cinco altos funcionarios del gobierno de ese país.

El pliego de cargos asegura que los pagos de los sobornos se hicieron en cuentas del Reino Unido, a través de cheques viajeros y en varios pagos de 30.000 dólares a hijos de los acusados en ciudades europeas. Por la posición de las personas acusadas, la justicia nigeriana les concedió el beneficio de excarcelación y el proceso continúa. Aún no hay un fallo definitivo.

La situación de Nigeria es diferente a la del contrato en Colombia pues aquí los organismos de control investigaron denuncias pero no encontraron irregularidad alguna.

Por tratarse de denuncias tan delicadas alrededor del contrato de Sagem en Nigeria, y cuando está pendiente si se hace la segunda etapa de cedulación en Colombia con esta firma, SEMANA contactó a los representantes nacionales de la multinacional, pero prefirieron no referirse al tema por el momento. Es necesario, de todos modos, que se conozcan estos antecedentes, cuando lo que está en juego es un proyecto vital para la democracia colombiana como es la identificación de los ciudadanos.