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EL APORTE DE ELIZABETH DE SARRIA

Investigan un aporte de 32 millones de pesos en efectivo de Elizabeth Montoya a la campaña samperista, y otras posibles contribuciones de la familia Sarria en cheques por 60 millones.

2 de octubre de 1995

ELIZABETH MONTOYA DE Sarria, la mujer que el país conoció hace pocas semanas a raíz de la revelación de la grabación de una conversación telefónica entre ella y el hoy presidente Ernesto Samper Pizano, sostenida en febrero del año pasado cuando éste era candidato, aportó 32 millones de pesos en efectivo a la campaña samperista, según lo certifica un memorando del 10 de mayo de 1994, enviado por el tesorero de la campaña Santiago Medina Serna al director administrativo de la misma, Juan Manuel Avella.
En dicho memorando, Medina le informa a Avella que "Inversiones E. Montoya y Cía. Ltda., ha hecho una donación de $32.000.000 en efectivo, los cuales se encuentran en mi poder". Este memorando hace parte de varios documentos similares por medio de los cuales Medina le reportaba a Avella los aportes recibidos por la campaña samperista.
SEMANA indagó sobre la compañía Inversiones E. Montoya Cía. Ltda. en las cámaras de comercio de distintas ciudades, pero no encontró registro alguno. En cambio, la Cámara de Comercio de Cali certificó que en sus archivos está matriculada la sociedad Inversiones Montoya y Cía., bajo el número 294092. Según ese registro, la sociedad es propiedad de Jesús Sarria Agredo y Elizabeth Montoya de Sarria, y de sus hijos Stephanie, Andrew Steve y Lizje Inés Sarria Montoya. Sarria Agredo y su esposa son además gerente titular y suplente de la sociedad. SEMANA confirmó con fuentes de la administración de la campaña samperista que el memorando de Medina a Avella corresponde efectivamente a una contribución de la señora Montoya de Sarria, aunque no está claro si fue ella misma la autora de la contribución, o si el origen de los fondos es la sociedad familiar ya mencionada.
En la famosa conversación entre Elizabeth Montoya y Samper, ella trata de concertar una cita entre el candidato y un grupo de personas que aparentemente deseaba contribuir con algún dinero a la campaña.
Un comunicado emitido por la Presidencia de la República horas después de conocerse la grabación, negó que como consecuencia de esas conversaciones hubiera habido aportes económicos para la campaña: "...tampoco se hizo en ningún momento el ofrecimiento de dineros provenientes de actividades ilícitas Se trataba simplemente de una solicitud normal de audiencia por parte de empresas conocidas", empresas éstas que el comunicado de la Presidencia no identificó.
Pero es posible que los 32 millones de pesos en efectivo registrados en el memorando de Medina a Avella no hayan sido el único aporte proveniente de miembros de la familia Sarria Montoya. En efecto, entre los cheques que la campaña recibió como aportes, endosó y utilizó para pagar cuentas de publicidad a la compañía Radiodifusores Unidos, hay algunos cheques de gerencia de la sucursal en San Andrés Islas del Banco del Estado. Las autoridades están tratando de establecer si la orden de girar esos cheques provino del Hotel Marazul, que hasta hace pocos meses era gerenciado por Elizabeth Montoya de Sarria.
Se trata de tres cheques de gerencia por un total de 60 millones de pesos, girados todos ellos el 24 de mayo de 1994, pocos días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. El primer cheque es el número 1194615, por 20 millones de pesos, girado en favor de John Barreto G. El segundo es el 1194616, también por 20 millones de pesos, girado a nombre de Alexia Barreto G. El tercero es por la misma cifra y fue girado a nombre de Jairo Ortiz.
Según conoció SEMANA, Alexia Barreto y John Barreto habrían estado vinculados hasta hace poco al Hotel Marazul, el mismo que Elizabeth Montoya dejó de gerenciar hace unos meses. Esta revista se comunicó con la recepción de dicho hotel y preguntó por ellos. La recepcionista aseguró que ni Alexia ni John Barreto se encontraban en el hotel. SEMANA indagó si trabajaban o estaban vinculados al hotel y la respuesta fue que ya no trabajaban allí, que se habían retirado. Finalmente, la recepcionista invitó al periodista de SEMANA que se comunicó con el hotel, a dejarles un mensaje para que "si ellos llaman, yo les doy su número de teléfono para que lo llamen". Por su parte, Sandra Charry, jefe de recursos humanos del Marazul, le dijo a SEMANA que Alexia y John Barreto "no están vinculados al hotel", algo que parece entrar en contradicción con lo dicho por la recepcionista.
Pero lo anterior no es el único indicio que vincularía los cheques de gerencia de la sucursal San Andrés del Banco del Estado con negocios de la familia Sarria Montoya. Un documento reservado de los organismos de seguridad, que está en poder de SEMANA desde hace algunos mes es y que resume la información de inteligencia que posee el Estado sobre Jesús Sarria, indica que éste -o una empresa vinculada a su familia- sería el titular de una cuenta corriente en esa sucursal bancaria, origen de los tres cheques de gerencia que, por un total de 60 millones de pesos, fueron aportados a la campaña. "Todo nos indica que esos tres cheques y la familia Sarria Montoya estarían vinculados", le dijo a SEMANA una fuente de los organismos de seguridad. El viernes en la mañana, esta revista se comunicó con el abogado de Sarria, Germán Pérez Ariza, y le preguntó sobre este asunto. Pérez respondió que indagaría con su cliente si él o su señora tenían algo que ver con los tres cheques del Banco del Estado sucursal San Andrés. Al cierre de esta edición el abogado no se había comunicado con SEMANA.
Hace un par de semanas, el noticiero de televisión 24 Horas logró la exclusiva de entrevistar a Sarria. En la charla con la periodista Darcy Quinn, Sarria presentó documentos de las autoridades de El Salvador y Estados Unidos que lo exoneran a él y a su esposa de las acusaciones de que han sido objeto por supuesto narcotráfico en esos países. La periodista le preguntó si él o su familia habían aportado dinero a la campaña del actual Presidente. Sarria respondió: "En el caso mío es totalmente negativa. Yo no colaboré con cinco centavos para la campaña". La periodista le preguntó entonces si su esposa Elizabeth lo había hecho: "Mi esposa de pronto alguna cosa muy mínima (...). Pero tampoco, porque no somos personas para disponer de dinero líquido para actos que ni le van ni le vienen a uno". Los resultados de las investigaciones en torno a la revelación de estos aportes en efectivo y cheques, permitirán esclarecer si efectivamente Sarria aportó dineros a la campaña, o si los 32 millones en efectivo y los 60 millones en cheques son el aporte "muy mínimo" de Elizabeth Montoya a la campaña samperista al que se refería su esposo.