Home

Nación

Artículo

| Foto: Archivo particular

JUSTICIA

El asesino de Génesis, otro inquilino en el pabellón del terror en La Tramacúa

Adolfo Enrique Arrieta fue enviado al mismo centro penitenciario que Garavito, Rafael Uribe y el monstruo de la soga. En pocos días se les unirá el lobo feroz. El asesino de Génesis Rúa tuvo que ser trasladado porque en Santa Marta peligraba su vida.

6 de octubre de 2018

La vida de Adolfo Enrique Arrieta, el violador y asesino de la niña Génesis Rúa, peligraba en la cárcel de Santa Marta. Por ello, un juez de Control de Garantías accedió a trasladarlo al pabellón de máxima seguridad de la cárcel de Valledupar, en donde compartirá vecindario con los perfiles más peligrosos del país. Monstruos, depredadores y asesinos en serie están ubicados en este centro penitenciario, uno de los más calurosos del país. 

Los protagonistas de escabrosos crímenes contra niños son los inquilinos que conformarán el vecindario de Arrieta, mientras espera una sentencia por el atroz crimen de la niña de 9 años en Fundación (Magdalena). 

Puede leer: Las evidencias que señalan al presunto autor del atroz crimen de la niña Génesis Rúa en Fundación

A tan solo pocos pasos de su nueva celda está recluido Rafael Uribe Noguera, el asesino de Yuliana Samboní, y Luis Alfredo Garavito, el hombre cuya macabra historia le dio la vuelta al mundo. Fue perseguido por años, sin embargo, para cuando las autoridades lograron capturarlo había violado y asesinado a por lo menos 175 niños. Está condenado a 48 años de cárcel en Colombia y es requerido para que responda también por macabros crímenes en Ecuador.

En este pabellón también está Luis Gregorio Ramírez, mejor conocido como el monstruo de la soga. En cinco años, este asesino en serie torturó y asesinó a 60 personas. Las víctimas fueron hombres entre los 19 y 30 años de edad que eran primero engañados, para luego ser torturados y asesinados, siempre con la misma técnica.

Al principio los asfixiaba hasta que perdieran el conocimiento. Una vez se despertaban, las víctimas se encontraban en medio de una compleja red de nudos en donde sus piernas estaban conectadas con su cuello: después de horas, los moribundos no lograban sostener sus piernas en el aire de manera que morían asfixiadas por la presión de la cuerda. El macabro asesino los observaba sin clemencia, mientras morían lentamente. Por todos sus crímenes le dieron 58 años de cárcel.

Le recomendamos: La confesión del monstruo de la soga

La Tramacúa, por tener la capacidad de brindarles tratamientos especiales y aislamiento de otros internos, se convirtió en el centro penitenciario por excelencia a donde trasladan a personas con este tipo de perfiles de alta peligrosidad. Allí también está ubicado Javier Velasco, el asesino de Rosa Elvira Cely, la mujer que fue violada, asesinada y empalada en pleno parque Nacional de Bogotá. Por el crimen ocurrido el 24 de mayo de 2012 recibió una sentencia de 48 años de cárcel. Y Orlando Pelayo, el asesino del pequeño Luis Santiago, el niño que fue encontrado muerto en Chía, Cundinamarca, también paga su sentencia a 58 años en el pabellón especial.

Otro de los vecinos es Manuel Octavio Bermúdez, conocido como el Monstruo de los cañaduzales, quien fue sentenciado a 40 años de prisión por el asesinato de más de 50 niños en Pradera, Valle del Cauca, y sus alrededores. También instalaron a Fredy Valencia, el llamado monstruo de Monserrate, a quien la justicia condenó a 36 años por la violación y asesinato de 8 mujeres en Bogotá. Aún está pendiente que se revise la apelación de la Fiscalía, que pidió condena de 50 años de cárcel en su contra.

Y desde hace varios meses le tienen apartado el espacio para que Juan Carlos Sánchez, conocido como el Lobo Feroz, tenga su propia celda. Este hombre fue capturado en Venezuela y es solicitado en extradición para que responda por la violación de 500 niños, que fueron usados como parte de una red de prostitución infantil por internet.

Puede leer: El Lobo Feroz aceptó dos de los 276 casos de abuso sexual contra menores que le investigan

¿Cómo es el régimen penitenciario en el pabellón?

El espacio de estos hombres, considerados como depredadores por los colombianos, es reducido. Se levantan a las 5:30 de la mañana, pueden estudiar a distancia en sus celdas. El mayor contacto personal que la institución les ofrece es a través de personal médico psicológico que los monitorea de manera individual.

Quienes están recluidos en este lugar no tienen contacto con la sobrepoblación que aqueja uno de los centros penitenciarios más dramáticos del país, por el clima y las pocas celdas disponibles. Hasta ahora, la historia de este pabellón no registra un solo incidente público, sin embargo, quienes lo han visitado lo encuentran apocalíptico.